La crisis de la atención

Vivir en un flujo constante de notificaciones, nuevas ventanas y mensajes se ha vuelto un vicio, culpable en parte de una epidemia de procrastinación, la permanente postergación de nuestros planes o deberes. Concentrarse y lograr estar enfocado se ha convertido en uno de los objetivos más buscados y esquivos de la vida contemporánea.