"Yo estaba trabajando en la oficina de Puerto Montt cuando recibí la invitación del grupo del egiptólogo de la Universidad de Pennsylvania, doctor Josef Werger, quien lleva trabajando 30 años en Egipto". Así, la perito de la PDI, Mireya Poblete Arias (41), relata cómo la contactaron para realizar uno de sus trabajos más importantes de su carrera: realizar retratos de faraones en base a los restos descubiertos.

Poblete es diseñadora teatral de la Universidad de Chile y trabaja en el Laboratorio de Criminalística de Puerto Montt. Ingresó hace 13 años a la institución y se destacó como experta en reconstrucción facial de cráneos y elaboración de retratos hablados. Cuenta que la invitación era para la profesara chilena de la universidad de Rowan, María Rosado, con quien trabaja desde hace 10 años en el caso Diaguitas, en el que fueron asesinadas 35 mujeres de ese pueblo. "María le muestra el trabajo a Josef, quien se mostró interesado en mi trabajo y me envió una carta de invitación. Yo, obviamente acepté, porque uno nunca tiene la oportunidad dos veces en la vida de hacerle la cara a un faraón e hice el trabajo de reconstrucción facial de tres faraones", señala.

Tras emprender el viaje, en el verano de 2015 comenzó a colaborar en un estudio científico por el hallazgo de restos óseos milenarios en una tumba que tenía tres cadáveres de hace 3.600 años. Se concluyó que correspondían a tres faraones, de los cuáles uno fue identificado como Seneb Kay, quien gobernó sobre un pequeño reino alrededor del 1.650 AC y fue asesinado en batalla por golpes de hacha en la cabeza. Se cree que murió entre los 35 y 49 años.

La perito contribuyó en la reconstrucción facial de los tres rostros, inclusive su trabajo fue usado internacionalmente. “Me contactó una profesora chilena que hace clases en Estados Unidos, en la Universidad de Rowan. Se trata de María Rosado, quien me enseñó a trabajar retratos hablados y la conocí mientras desarrollaba mis actividades profesionales en el Laboratorio de Criminología de La Serena, ya que es investigadora adjunta  del Museo Arqueológico de La Serena.

La profesora María Rosado, quien llegó en diciembre de 2014 a la ciudad antigua de Abidos, en Egipto. Ella y su equipo de trabajo, liderado por el arqueólogo y egiptólogo Josef Werger, de la Universidad de Pennsylvania estudiaban los restos del faraón egipcio Seneb kay. Lograron descifrar la causa de muerte del monarca: 17 puñaladas.

“Lo que se hace es tomar las medidas del cráneo y, dependiente de la raza o etnia a la que pertenezcas, se ve el grosor de la piel, de la musculatura. Con eso, entonces, puedes construir un rostro. En este caso como era un egipcio, la tabla del grosor de musculatura tenía que corresponder a estudios que se hayan hecho con éstos. Yo no los tenía, de hecho fue toda una odisea encontrar este trabajo, el cual María pudo encontrar y me lo envío para obtener el resultado final. Porque la tabla de grosor de musculatura está hecha para caucásicos, para indio americano, asiático y negroide. Las musculaturas son  distintas. No es que a mí me pasan un cráneo y comienzo a dibujar encima; no, no es al azar. Se basa mucho en matemáticas”, explica.

Agrega que “había ciertos puntos y detalles que para mí eran desconocidos y él (profesor Werger) me las corrigió, como fue, por ejemplo, los ojos. Uno va leyendo los cráneos y la cuenca del ojo me decía que era como la de un africano, que significa que era más cuadrada, por lo que yo hice un ojo mucho más grande. Y después él me lo corrigió. Y ahí él presentó mi dibujo en un congreso de egiptólogos en Houston, donde fue muy bien acogido mi trabajo. Los científicos quedaron muy sorprendidos y eso es lo que después me hicieron ver”.

Sobre futuras colaboraciones, la perito indica que “me confirmaron que quieren seguir trabajando conmigo en el tema. Al parecer en junio encontraron nuevas osamentas, así que estoy a la espera de que me envíen fotos”.