Los códigos de la amistad masculina

<img height="21" alt="" width="94" src="https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/200811/193348.jpg" />  Nuevas investigaciones revelan que, en su estilo, la amistad de los hombres es igualmente estrecha que la de las mujeres, a pesar de que la afectividad no tiene un rol preponderante.




Dos tipos. Uno en cada lado del sillón. Sentados. Callados. Mirando un partido por televisión. De repente, algunos gritos al aire en contra del árbitro y después otros tantos comentarios sobre el penal. Al término, apuran las cervezas y se despiden. Un apretón de manos, unas palmadas en la espalda y hasta el próximo partido.

Podrían parecer dos conocidos, pero son amigos. De esos de años, y su amistad es tan fuerte y profunda como la que pueden tener dos mujeres que se conocen desde el colegio y conversan casi todos los días por teléfono para detallar con quién y para dónde van sus vidas. Y esto que puede parecer un poco obvio no lo es tanto, sobre todo porque es en los últimos años cuando se ha investigado más a fondo la relación de amistad entre los hombres y se han derribado mitos.

Los especialistas siempre postularon que los vínculos masculinos no tenían la misma profundidad que alcanzaban los vínculos femeninos. Esto debido, por ejemplo, a la falta de afectividad e intimidad que se observaba en ellos. Sin embargo, las investigaciones más recientes concluyen que esos no son elementos necesarios para que los hombres consigan fuertes grados de compañerismo.

"No es raro que dos sujetos se junten a ver un partido cada año y no sepan el nombre de sus hijos o no tengan muy claro en qué trabaja el otro", escribe el investigador de la Universidad de Maryland y autor del libro Buddy System: Entendiendo la amistad masculina, Geoffrey Greif. La verbalización no es un punto crucial para ellos y eso se ve desde niños, dicen quienes han estudiado el tema.

De hecho, y de acuerdo a sicólogos y sociólogos que se han dedicado a demostrar que las relaciones de amistad del hombre tienen similar grado de densidad que las de la mujer, el compañerismo masculino está determinado más por la compañía, lealtad y confianza que con el afecto.

En esa misma línea, en un experimento de la Universidad de Waikato, Nueva Zelandia, se le preguntó a hombres y mujeres acerca de qué preferían hacer con amigos del mismo sexo y la respuesta fue concluyente. En un 84% los hombres contestaron que les gustaba "hacer algo juntos", mientras que "hablar" fue el terreno de las mujeres, que optaron por esta opción en un 58%.

Las mujeres, concluyen los especialistas, suelen tener entre ellas relaciones "cara a cara", lo que se grafica en las conversaciones de horas una frente a la otra. Los hombres las tienen "hombro a hombro". De ahí que amigos sean aquellos que salen a trotar juntos, los que juegan tenis los sábados por la mañana, o los que se ayudan a pintar la casa. Hacer en vez de estar, esa es la síntesis.

Otro rasgo distintivo de las relaciones amistosas entre hombres es la competitividad (no tomado como un elemento negativo) que encierran.  Según un estudio de la  U. de Samfors, Alabama, ellos reportaron un 45% más de competencia con sus amigos que las mujeres.

Esto se explicaría porque para ellos la jerarquía es importante al momento de forjar relaciones, ya que son capaces de asimilar el éxito de una persona al éxito del grupo, lo que promueve la búsqueda de sujetos de más alto estatus como modelo a seguir, por lo general en áreas como el trabajo o los deportes, dicen los investigadores.

Es que a través de esos vínculos los hombres construyen y mantienen redes que les proveen estatus y bienestar. Son relaciones estratégicas: "Es por eso que para ellos es muy importante asistir a celebraciones de egresados del colegio o la universidad", observa el sociólogo experto en masculinidad José Olavarría.

RAZONES MAS PROFUNDAS
En 1980 el sicólogo social de la Universidad de Long Island, Jerome Tognoli, constató que la escasa cercanía amistosa que los hombres hacen patente se debe más bien a un intento por parecer fuertes e independientes. "El temor a parecer homosexuales los llevan también a preferir mantener la distancia", dice el sicólogo de la UC y especialista en masculinidad Francisco Aguayo. Según él, diversos estudios han constatado que este cuidado es particularmente poderoso en América Latina.

Lo mismo constató la socióloga de la Universidad de Pensilvania, Karen Walker, al consultar a hombres de todas las edades por sus vínculos de amistad. En su trabajo cualitativo descubrió que ellos tienden a subvalorar los aspectos más "femeninos" de la amistad, y tratan de mantener una imagen más coherente con las expectativas que hay respecto de su género.

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