Nombran a organilleros como nuevos Tesoros Humanos Vivos

El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes junto con la Unesco distinguieron ayer en Valparaíso a comunidades y personajes típicos del país.




Una tradición de cuatro generaciones y que se niega a morir fue reconocida como Tesoro Humano Vivo, una distinción que festeja por quinta vez la Unesco junto al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) y que este año destacó a tres nuevas comunidades y personajes típicos del país.

Para Valparaíso, la Corporación Cultural de Organilleros de Chile (de las regiones Quinta y Metropolitana) pasa a ser la primera denominación continental, ya que en la región los primeros en obtener la condecoración fueron la poeta e historiadora María Virginia Haoa y el músico Federico Pate Tuki, ambos de Rapa Nui.

Manuel Lizana, de 87 años y el único fabricante de organillos que queda en el país, dice que ya puede morir tranquilo. Su hijo, nieto y bisnieto -también chinchineros- realizan esquinazos en el puerto y su oficio ha sido el pasaporte para llevar su arte al mundo.

"Hemos ido a México, Estados Unidos, Canadá y Alemania. En este último país estaban asombrados que todavía quedara un fabricante. Ellos hace cinco años que intentan recuperar la cultura", cuenta Manuel.

En ese sentido, el maestro del organillo asegura que se puede vivir del oficio. "El que entra como comerciante se retira luego; el que ama esto, se queda por largo tiempo y el arte no muere".

Junto a los organilleros, el CNCA destacó a la Cofradía de Fiscales San Juan Bautista de Calbuco (en la X Región), formada por 34 fiscales, que coordinan y organizan actividades como procesiones y velorios.

También en la categoría de colectivos fueron distinguidos Los Arrieros Cordilleranos de Paso El León, de Cochamó, provincia de Llanquihue. Se trata de uno de los pocos grupos que movilizan el ganado cruzando la cordillera.

En la categoría individuos de la versión 2013, los denominados Tesoros Humanos Vivos fueron Arturo Barahona, caporal piel roja más antiguo de la Fiesta de La Tirana; Manuel Ladino, cultor de la lengua mapuche, y Rómulo Ranquehue, de Coyhaique, en la Región de Aysén, quien se desempeña en el oficio de tabero.

"Hay que reconocer al individuo creador, al intérprete de tradiciones. Ya tenemos 26 tesoros y hemos invertido 130 millones de pesos. Hago un llamado a todos los chilenos a reconocer el aporte que hacen a la cultura nacional", expresó el ministro de Cultura, Roberto Ampuero.

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