Opinión

Barra de Pickles: Un buen cambio

A inicios del año pasado me dirigí hasta el Barrio Franklin para reseñar este local, el que por esa época funcionaba en ese rincón de la ciudad. Y lo hice a modo de despedida, porque ya estaba anunciado su traslado hacia la comuna de Ñuñoa. La verdad es que me fue muy bien aquella vez. Por lo mismo, titulé la nota con un esperanzador “Hasta Pronto”.

El tiempo ha pasado y debo decir que he leído no pocas buenas reseñas y escuchado variados y positivos comentarios sobre esta nueva Barra de Pickles. Así también, me enteré que ahora tienen un local más espacioso que el anterior, que están cerquita del Metro Irarrázaval y que han ampliado su carta. Además, también han hecho noticia por organizar noches de bingo, pop ups y hasta por tener un DJ para amenizar. Sin embargo, tenía la duda si lo que realmente me importa, su oferta de comida, seguía tan buena como antes. Por eso, hace algunos días me dejé caer por sus instalaciones ñuñoinas.

Era media tarde así que no había mucha gente, por lo que rápidamente me ubiqué en una mesa y partí pidiendo su clásica Pichanga ($6.000) más una bebida ($2.500), porque lamentablemente andaba manejando. La Pichanga consistía en una versión más bien individual de pickles de pepino, zanahoria, coliflor y cebolla (obviamente By María), más cubos de queso mantecoso, aceitunas y algunos trozos de fiambres varios. Todo esto con un aliño suave en base a -sospecho- aceite de oliva y el mismo juguito de los encurtidos. La verdad es que estaba bien buena y por lo mismo se fue rápidamente.

Luego, a pesar que noté varias novedades en la carta, decidí pedir dos viejos conocidos: los sándwichs de Arrollado de Malaya ($9.500) y Arrollado Huaso ($9.500). El de malaya tenía además pickle de piña, mostaza con semillas, hojas de cilantro, ralladura de limón y unas gotitas del mismo cítrico. Todo esto en una marraqueta grande y fresca, apenas crujiente por fuera y de miga suave en su interior. Me atrevería a decir que es el mismo pan que usaban en el local de Franklin, buenísimo. Y el sándwich lo mismo, excelente. Una mezcla de salado, dulce, ácido y algo leve de picante. Perfecto.

Por su parte el sándwich de arrollado huaso venía en la misma buena marraqueta y llevaba también queso, pickles de cebolla morada y ají verde, hojas verdes, mostaza dulce y unas gotas de limón. Otra muy buena mezcla de sabores y texturas, aunque algo menos potente que el sándwich anterior. Aún así, totalmente aprobado.

En resumen, a pesar de todos los cambios de la Barra de Pickles, la calidad y sabor de sus preparaciones siguen intactos. No quedará más que volver y probar ahora sus novedades.

CONSUMO TOTAL: $27.500

DIRECCIÓN: San Eugenio 40, teléfono 975390277, Ñuñoa.

HORARIO: Miércoles a viernes 12:30 a 01 hrs. Sábado1 a 01 hrs. Domingo 11 a 17:30 hrs.

ESTACIONAMIENTO: No tiene.

CALIFICACIÓN: ✮✮✮✮

Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver

Por Álvaro Peralta Sáinz (Don Tinto), cronista gastronómico

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