SEÑOR DIRECTOR:

“Verba volant, scripta manent”:, “las palabras vuelan, los escritos perduran”. Durante 15 años las palabras han ido de un lado a otro, resonando con mayor fuerza en estos últimos años. Aquella palabra acerca de la dignidad de las mujeres, esa que dice que somos capaces en materia jurídica, de administrar nuestros bienes y de gestionar nuestras vidas.

¿Cómo el proyecto de ley que modifica el régimen patrimonial de la sociedad conyugal convierte estas palabras en escritos que perduran? La Sala del Senado transversal y unánimemente entendió que la situación jurídica patrimonial de la mujer casada en sociedad conyugal era insostenible. Y lo es, no tan solo por razones de justicia histórica, sino también por razones prácticas, porque las modificaciones van a afectar el diario vivir de la mujer casada en sociedad conyugal y su actuar en la vida comercial y económica. La mujer podrá por ejemplo vender su casa heredada sin autorización. Parejas que hoy optan por la separación de bienes, que al momento de la ruptura deja al que se dedicó al cuidado de la familia en un gran desamparo económico, volverán a optar por este régimen patrimonial modificado.

El mensaje que acompañó al Código Civil indicaba la intención de innovar, pero conservando las potestades maritales para “precaver sus abusos [mejorando] la suerte de la mujer bajo muchos respectos”. Replicando esa antigua intención, en la propuesta de modificación a la sociedad conyugal la protección patrimonial de la mujer se ha fortalecido, y con esto su autonomía económica que repercute en un bienestar tanto individual como familiar. Esta norma es amplia y presenta una mejora sustancial, y que viene, por fin, a detener los discursos y ponerlos en práctica. Es necesario aprobarla ahora.

Leonor Etcheberry

Abogada de derechos de familia