Columna de Jerónimo Correa: Geopolítica en 2023: el impulso de la economía mundial y los mercados

"La clave para los inversionistas en 2023, período en que continuará la incertidumbre económica, será buscar puntos de inflexión en los mercados económicos y financieros, gestionar activamente los riesgos y ajustar las asignaciones de activos para crear carteras de inversión sólidas y ampliamente diversificadas."



Estamos viviendo el amanecer de un mundo multipolar, con la geopolítica nuevamente como protagonista de la economía mundial y los mercados financieros.

Durante el último año, el enfrentamiento entre Occidente y Rusia por Ucrania ha desencadenado una escalada en los precios de los alimentos y una crisis energética, especialmente en Europa.

En este contexto, el comercio internacional se ha reorganizado en función de las alianzas políticas, lo que marca el alba de la multipolaridad.

Como consecuencia, vivimos una elevada inflación mundial y regímenes de política monetaria restrictivos que priorizan la estabilidad de la inflación sobre el crecimiento económico. Eso implica que las tasas de interés están en su nivel más alto en años y que la economía mundial se ralentiza. Esto, sumado a los cambios demográficos, el cambio climático, las alteraciones en los centros de producción de China por el coronavirus y el debilitamiento de la inversión empresarial por los conflictos geopolíticos, generará un ritmo de crecimiento económico mundial mucho más lento al que experimentamos entre 2010 y 2019.

La inflación continuará en 2023, pero en Credit Suisse esperamos que alcance su punto máximo y comience a disminuir. En cuanto a las principales economías mundiales, proyectamos que EE.UU. logrará evitar la recesión por un margen menor en 2023; China crecerá a un 4,5%, bajo su potencial; y la recesión de la Eurozona, dominada por la crisis energética, persistirá hasta finales del primer trimestre del próximo año, con una caída de 1% del PIB desde el peak al punto más bajo.

Consistente con la desaceleración mundial que esperamos, en Chile proyectamos una caída del 2% del PIB para 2023 y un recorte de la tasa de interés del Banco Central de 200 puntos en la segunda mitad del año, a medida que la actividad económica se debilita y se reduce la inflación, que esperamos sea de 8% para 2023 y 3,6% para 2024.

Ahora, ¿cómo se comportarán los mercados financieros en este nuevo contexto político y económico? Esperamos que la renta fija vuelva a ser más atractiva, considerando que la inflación alcance su punto máximo y que la política monetaria sea restrictiva; mientras que la renta variable continuará volátil en el primer semestre de 2023. Su entorno continuará siendo difícil el próximo año debido a la ralentización del crecimiento económico nominal, lo que reduce el potencial de crecimiento de los ingresos.

También prevemos que los bonos básicos vuelvan a desempeñar un papel más relevante en las carteras. Sus rendimientos han alcanzado niveles que ofrecen cierta protección frente a los efectos adversos del mercado, que probablemente se producirán durante 2023 debido a la incertidumbre económica que nos espera.

Las carteras gozarán de las ventajas de la diversificación al añadir bonos, que durante 2022 estuvieron ausentes por la caída de la renta variable y de la renta fija, especialmente cuando los riesgos de crecimiento empiecen a dominar los titulares.

Y, en ese sentido, también estamos optimistas respecto de los bonos latinoamericanos, debido a que los bancos centrales de la región han ajustado su política monetaria más rápido que otros países desarrollados.

Finalmente, la clave para los inversionistas en 2023, período en que continuará la incertidumbre económica, será buscar puntos de inflexión en los mercados económicos y financieros, gestionar activamente los riesgos y ajustar las asignaciones de activos para crear carteras de inversión sólidas y ampliamente diversificadas.

* El autor es country manager y CEO de Credit Suisse Chile.

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