Este jueves, el gobierno anunció la suspensión de las Becas Chile, programa creado en 2008, bajo el primer gobierno de la Presidenta Bachelet para que jóvenes chilenos cursen estudios de posgrado en el extranjero y dar así un gran impulso al desarrollo de capital humano.

Según el ministro de Ciencias, Andrés Couve, el recorte para 2021 se debe a razones presupuestarias. “Estamos frente a un escenario presupuestario muy complejo, donde hay un déficit fiscal, recesión económica, hay muchas necesidades en temas económicos, en temas sociales, y el presupuesto 2021 se ha establecido como un presupuesto del empleo y la reactivación”, dijo a Cooperativa.

Esta decisión -y sus fundamentos- son un golpe duro no solo a la comunidad científica, a las y los jóvenes chilenos, sino que también al desarrollo futuro de nuestro país.

En primer lugar, porque este es un ministerio nuevo, creado gracias a la asignación de un presupuesto relevante. ¿No es extraño que se cree un Ministerio de Ciencia y que justamente éste recorte el gasto en ciencia y conocimiento? Antes había becas y no ministerio. Ahora, al revés. ¿No sería mejor tener dinero para invertir en becas para los jóvenes chilenos? Llama la atención -además- la rapidez con que el ministro ha aceptado -y defendido- el recorte. En esta crisis, en que comprensiblemente se revalúan los gastos para destinarlos a aquello que realmente es imprescindible, ¿por qué lo primero que se restringe es el conocimiento? La ciencia -al igual como hablábamos de la cultura la semana pasada- ¿es accesoria? ¿No está relacionada con la reactivación? ¿Es algo que se puede cortar y reponer? ¿No es un proceso de largo aliento por definición?

En segundo lugar, porque esos jóvenes que cursan doctorados en el extranjero no solo se benefician a sí mismos, sino que deben volver a Chile a hacer de este un mejor país en su área de dominio, con aquellas herramientas nuevas que han aprendido. Es decir, es el país completo el que se priva de los aportes posibles de cada uno de ellos. Esto se hace más grave todavía, pues una de las debilidades de nuestro modelo de desarrollo es la falta de inversión en investigación y desarrollo, en ciencia base especialmente y también en aplicada.

Tercero: el momento de esta decisión no puede ser más paradójico: en pandemia, como nunca se ha puesto en valor tanto el método científico como el trabajo mancomunado y sin fronteras de la comunidad científica. Todas las fichas están puestas en que esas mujeres y hombres, encerrados en hospitales y laboratorios, puedan curar a los enfermos y encontrar una vacuna a la pandemia. Si algo va a dejar como enseñanza y legado positivo el coronavirus, es la importancia de financiar a científicos e investigadores en cada país. Solo una mirada de extremo corto plazo puede no ver esto.

También esto es un daño a la idea de meritocracia. Pues un factor clave para “nivelar la cancha” es justamente la educación de excelencia. Que estudiantes de cualquier rincón de Chile accedan, por sus méritos, a las universidades más competitivas del mundo, ha hecho realidad estos años la movilidad social, tan necesaria en un país donde la desigualdad económica y de trato están en el centro de las demandas ciudadanas.

Por último, esta medida afecta muy especialmente la posibilidad de que Chile pueda comprender y así enfrentar bien las dificultades del siglo XXI: desde el cambio climático hasta la cuarta revolución industrial; desde el desafío de la inclusión de grupos subrepresentados y excluidos hasta desarrollar una economía innovadora y sostenible. Todo ello requiere que Chile sea capaz de pensar por sí mismo y ampliar la frontera del conocimiento, y de eso justamente es de lo que se tratan los estudios de posgrado, a los que ahora solo los chilenos con muchos recursos propios -de sus padres- podrán acceder.

La presidenta de la Sociedad Chilena de Epidemiología, María Paz Bertoglia, resumió con lucidez la situación: “...Es un TREMENDO error que terminaremos pagando con creces. Están hipotecando nuestro futuro al no invertir en ciencia en el presente”, dijo en su cuenta de Twitter.