Opinión

Columna de Rodrigo Ramírez: Reforma integral del SAE y la gestión de emergencias en Chile

Leonardo Rubilar

Los recientes incendios en la Región de Valparaíso nos obligan a realizar una retrospección acerca de estos sistemas y sus procedimientos, vitales para salvar vidas. La herramienta tecnológica definida para alertar a la población, el sistema SAE muestra deficiencia que es necesario abordar y resolver con prontitud, teniendo en cuenta que nuestro país depende de un sistema de comunicaciones robusto que informe oportunamente a la población, pero, no es todo, se requiere resolver los problemas de implementación y despliegue efectivo de logística y conducción de la nueva institucionalidad de emergencias de nuestro país, el Senapred, poniendo en orden las prioridades y aportando los recursos necesarios para su desarrollo.

Debemos tener presente que el actual sistema de alerta de emergencias se basa únicamente en mensajería y señales auditivas a través de los equipos terminales móviles, quienes, por la masiva penetración del servicio de comunicaciones móviles, en teoría llega a la gran mayoría de la población, sin embargo, presenta deficiencias, entre las que destaca el problema estructural para desplegar infraestructura de telecomunicaciones, principalmente torres y antenas, las cuales deben resolverse.

Se suma el desconocimiento generalizado acerca de las vías de evacuación en eventos de incendios los cuales, por su propagación dinámica obliga a que la institucionalidad se haga cargo del mantenimiento de vías y zonas seguras, identificando aquellas áreas inseguras y potenciales de sufrir catástrofes. Otra temática, difícil de resolver, sin una logística institucional integral, se debe a la toma de decisiones acerca de la implementación de medidas de mitigación de incidentes, como fue la destrucción regular de estaciones base de comunicaciones, donde medidas como la entrada en operación oportuna del sistema roaming de emergencia era primordial; se deberá por lo mismo revisar este factor en cuanto a los plazos y procedimientos seguidos para su entrada en operación oportunamente.

La nueva institucionalidad, fundada en la Ley 21.364, actualmente en proceso de implementación entrega nuevas herramientas y la generación de nuevos instrumentos que, de ser correcta y oportunamente implementados, nos ayudarán a estar mejor preparados para este tipo de catástrofes y otras que nos expone recurrentemente. De esta manera la ley aborda la situaciones de desastres en su integridad, diferenciando las fases que la componen, de mitigación, preparación, respuesta y recuperación, donde interactúan distintas entidades tanto públicas como privadas, coordinadas por los distintos consejos de tipo nacional, regional, provincial o comunal, según la dimensión del evento se usan distintos instrumentos de gestión de desastres como son las políticas y planes de reducción de riesgos de desastres, estrategias sectoriales, mapas de riesgos, entre otros.

Toda esta nueva institucional requiere de un sistema de información y comunicaciones robusto y actualizado, con un sistema de alerta de emergencias, SAE, actualizado y multiplataforma, con capacidad de actuar con anticipación, permitiendo la inclusión, además de los servicios móviles celulares, de otros servicios como son la radio, la televisión y la red de radioaficionados.

La ley comprende y reconoce la necesidad de fomentar la interoperabilidad, confiabilidad, escalabilidad, portabilidad, resiliencia y redundancia entre las distintas redes de telecomunicaciones de las entidades participantes de estos eventos de desastres, donde la infraestructura de información y habilitante de estas redes, como son las torres y cableados de fibra óptica de telecomunicaciones, es prioridad estratégica debiendo establecerse mecanismos de seguridad de los mismos y facilitación del acceso a estos, junto a priorizar su puesta en servicio oportunamente, incluido el suministro energético.

Urge por tanto desplegar el Sistema Nacional de Comunicaciones la ley dice que deben estar incluidos todos los sistemas del territorial, incluido los municipios, integrado y robusto, que permita el flujo de comunicaciones permanentes con las organizaciones del Sistema que participan en todas las fases del ciclo del riesgo de desastres y que considere, los mecanismos de aviso y comunicación de las alertas y emergencias preventivas ocupando todos los medios de comunicación disponibles.

Por Rodrigo Ramírez, ex subsecretario de Telecomunicaciones

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