Densidad e integración



En matemáticas se dice que los números racionales son un conjunto denso. Es decir, entre cada par de números racionales existe otro número racional. Así, el conjunto no solo es infinito en el eje de los negativos y positivos, sino que crece infinitamente entremedio. Pareciera que la “izquierda” tiene esta propiedad. Es como si entre cada par de organizaciones de izquierda existiera otra también de izquierda, pero distinta.

Klappenbach (2013), refiriéndose al caso español, plantea que, a diferencia del pensamiento conservador, que tiende a justificar el “natural” orden social y proteger su continuidad, un componente esencial del pensamiento de “izquierda” es la crítica al orden vigente y su transformación. Se crea entonces, argumenta Klappenbach, una continua tensión entre la ética de las convicciones y la ética de la responsabilidad, ya que históricamente la “izquierda” ha puesto mayor énfasis en la construcción de sus principios ideológicos, sacrificando a veces avances que parecen intolerables porque contradicen sus principios (ética de las convicciones). Como los principios son absolutos, se puede identificar rigurosamente si una política es o no coherente con estos, mientras que las consecuencias de las políticas que violan estos principios tienen “matices y decisiones complejas”. Así se van separando los “compañeros de viaje” entre los que cumplen con una identificación total con los principios y los que no.

Según Alabao y Rodríguez (2020) las redes sociales han potenciado esta “política moralista”, por la capacidad que tienen de “castigar” a través de una “política semiótica” o basada en imágenes o declaraciones. Esta política semiótica y moralista afecta a todos los sectores, pero según Fisher (2019) afecta más a la “izquierda”. Las consecuencias son que muchos actores deciden alejarse definitivamente, y por otra parte, y los que se quedan, tienden a autocensurarse y repetir continuamente lo que se considera políticamente “correcto”. Todo esto deteriora la discusión de contenidos y propuestas de acción y organización colectivas, y por supuesto, disminuye la posibilidad de acercamiento.

Volviendo a las matemáticas, existe también el concepto de integración, o una suma de infinitos sumandos, infinitesimalmente pequeños. El Frente Amplio Uruguayo logró esta integración en la izquierda de manera magistral, sumando no solo a un amplio tipo de organizaciones sino a los actores pequeños a través de los independientes. Para eso, sin embargo, se requiere “construir camaradería y solidaridad en vez de hacer el trabajo del capital condenándonos e insultándonos” (Fisher, 2019) y recuperar lo elemental, una política de lo que se construye en el curso de la acción colectiva (el camino es la recompensa) para la transformación de la realidad, “y no una del enemigo irrenunciable” (Alabao y Rodríguez, 2020).

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