El plan eje Alameda-Providencia

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SEÑOR DIRECTOR:

Es esperanzador escuchar que el gobierno ha decidido relanzar el proyecto para el eje Alameda-Providencia, propuesta que hoy adquiere una trascendencia y urgencia mucho mayor que cuando en el año 2015, el entonces intendente Claudio Orrego convocó a un concurso de arquitectura.

El plan que ahora se anuncia es menos ambicioso que el proyecto original, pero sin duda presenta un punto de partida para recuperar aquello que con tanta furia ha sido vandalizado a partir del así llamado estallido social de octubre de 2019. Es llamativo que el plan proponga no solo inversión, sino también recursos para recuperación y mantención de fachadas.

¿Es sostenible que sea el Estado el que una y otra vez pinte y repinte fachadas, repare paraderos y reponga semáforos? Ya vimos esa estrategia en el caso del monumento a Baquedano, vandalizado hasta el hartazgo, semana a semana y repintado igual número de veces hasta que la agresión fue de tal magnitud y riesgo, que el Consejo de Monumentos Nacionales se vio obligado a retirarlo para salvar al monumento y evitar riesgos a la vida de personas.

Por ello sostengo que el éxito del plan eje Alameda-Providencia y la capacidad para asegurar su sustentabilidad en el tiempo requiere un triple compromiso: un transversal y explícito acuerdo de todos los sectores políticos y medios de comunicación para la responsabilidad del uso y cuidado del espacio público, un eficiente programa para garantizar el orden y la seguridad y un plan de difusión masiva y permanente que eduque a la ciudadanía sobre el valor de la ciudad, la de Santiago y cualquier otra del país.

Hay aún muchos puntos indefinidos, sin duda el principal de ellos es el diseño para la actual Plaza Baquedano, incluida la restauración del acceso al Metro. Sin duda habrá mucha discusión y debate ciudadano. Bienvenido sea, pues es la gran oportunidad para la generación de una plaza cívica, cuyo diseño resuelva las urgencias urbanas a la par con generar belleza, que tan bien hace al alma. Es de desear que arquitectos y artistas tengan amplia participación para dar un nuevo significado y profundidad cultural a ese espacio.

En época de buenos deseos para el próximo año, le deseo a este plan que su diseño e implementación sea la forma visible, el símbolo que muestre que como sociedad somos capaces de ponernos de acuerdo y recuperar mínimos civilizatorios que garanticen el derecho a una vida individual y comunitaria segura, alegre y esperanzadora.

Magdalena Krebs

Arquitecta

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