Por Pía Mora, Centro de Políticas Públicas UC

Los resultados del plebiscito en el sector oriente de Santiago fueron opuestos a los del resto de la ciudad. Estas comunas, aunque presentan ciertos enclaves de diversidad, concentran mayoritariamente a grupos de altos ingresos, y bienes urbanos de gran calidad. ¿Qué pasa si una familia de menores ingresos quiere vivir ahí? ¿El arriendo podría ser un camino?

Según datos de TOCTOC.com, el precio promedio de arriendo de una vivienda de 55 m2 en Las Condes supera los $500.000, cifra muy por sobre el tope fijado por el subsidio de arriendo -apoyo estatal de $121.000 mensuales, aplicable en viviendas de hasta $316.000. El mismo fenómeno se observa en otras comunas céntricas, como Independencia, Santiago y Ñuñoa.

Es decir, hay zonas casi “vedadas” para familias de ingresos bajos y medios, pese la existencia del voucher estatal. En efecto, el Minvu ha señalado que menos de la mitad de los hogares beneficiados con el subsidio de arriendo logra aplicarlo.

El 27 de septiembre pasado, vecinos de Las Condes pidieron a su alcalde cancelar un futuro proyecto de integración social, a realizarse en el sector de Cerro Colorado. Una parte de éste se destinaría al “arriendo protegido”. ¿Para qué construir un edificio de vivienda de propiedad municipal, en un terreno que podría destinarse a otro uso, si las familias pueden optar a arrendar viviendas ya existentes? se argumentó. Pero como hemos visto, eso no es real.

Hay quienes sugerirán aumentar el monto del subsidio de arriendo. Si bien podría evaluarse, no necesariamente resolverá el problema. Como antecedente, el “subsidio a la localización”, consistente en un bono para mejorar la ubicación de las viviendas sociales, no tuvo buenos resultados.

La evidencia internacional muestra que, además de los subsidios a la demanda, se requiere potenciar la oferta. Algo hemos avanzado al respecto: en 2017, se traspasaron recursos a municipios para la construcción de viviendas destinadas al arriendo a un valor protegido -como hizo Recoleta; así también destaca el reciente Programa de Regeneración de Áreas Centrales (RAC), del Minvu, que busca generar oferta pública de arriendo en zonas bien localizadas de Valparaíso, Valdivia y Talca.

A futuro, la oferta debe fortalecerse y potenciar a entidades sin fines de lucro. Ejemplos de mecanismos para lograrlo son la entrega de recursos y créditos blandos, el traspaso de suelo, y el establecimiento de obligaciones e incentivos a los desarrolladores. Otro desafío es la consolidación de un modelo de administración de estos proyectos, que incluya tanto aspectos materiales y financieros, como también sociales. Abordar la convivencia, la participación e integración de las familias es clave para su calidad de vida, y también para erradicar los prejuicios en torno a la vivienda de interés público.

El arriendo está creciendo en Chile, y representa una fuerte carga económica para los más pobres. El desarrollo de nuevas iniciativas en la materia no solo es valorable, sino que urgente para contribuir a romper con la segregación de nuestras ciudades.