SEÑOR DIRECTOR:
El proyecto de reforma constitucional que habilitara un nuevo proceso constituyente fue despachado desde la Comisión de Constitución del Senado al pleno de la Cámara Alta, donde será votado el martes de la próxima semana para luego ser enviado a la Cámara de Diputados para seguir su tramitación.
Los senadores solo aprobaron enmiendas que mejoraron aspectos de redacción. Donde sí introdujeron cambios fue respecto del itinerario del proceso. Los senadores definieron que la elección de los consejeros constitucionales será el 7 de mayo de 2023. También aprobaron acortar el calendario electoral y fijaron que el Servel tendrá 100 días para cerrar el padrón electoral previo a los comicios.
La reforma de ser aprobada establece como hito clave del calendario la inscripción de candidaturas al Consejo Constitucional el 6 de febrero. Esto augura un enero intenso en negociaciones y disputas para definir candidaturas en el oficialismo y oposición. Se suma el alto nivel de fragmentación del sistema político y una creciente crispación social.
A las aprensiones del Servel, que a través del presidente de su consejo directivo señalo que la fecha de elección de constituyentes el 7 de mayo “sigue siendo peligroso”, debemos agregar que el itinerario propuesto adelanta el ciclo electoral que comenzaba originalmente en 2024 con elecciones administrativas (gobernadores, alcaldes, concejales y consejeros regionales) y 2025 con elecciones parlamentarias y presidenciales.
El calendario contempla voto obligatorio (repuesto recientemente, aunque sin legislación especial por ahora que lo complemente y refuerce) y estará tensionado por una ciudadanía con síntomas de fatiga constitucional y un clima de opinión pública de creciente pesimismo frente a la marcha del país. Lo ajustado del itinerario podría ser un catalizador de los (de)efectos del nuevo proceso.
Marco Moreno
Académico Escuela de Gobierno UCEN
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