SEÑOR DIRECTOR:

Las listas de espera en salud vuelven cada cierto tiempo a la agenda pública y, una vez más, por el informe de personas fallecidas mientras esperaban por una atención de salud. Sin embargo, este es un problema que nos aqueja hace décadas. Si bien la espera existe en todos los sistemas públicos de salud, en el caso de Chile son excesivos los tiempos de espera y la cantidad de gente que espera.

Desde hace décadas, distintos gobiernos han usado la misma receta: gastar más para tratar de hacer más. Se ha contratado prestaciones de salud en el sector privado y horas extras en el sector público, organizado operativos médicos en las regiones más críticas y generado incentivos económicos para mejorar la productividad. Sin embargo, las listas y tiempos de espera se han mantenido relativamente constantes por 10 años.

La estrategia que hemos seguido hasta ahora esquiva el principal problema: las deficiencias que tenemos en cómo gestionamos la salud pública. A pesar de los esfuerzos profesionales de la salud y administrativos, diversos estudios nos han alertado en los últimos años sobre los grandes espacios para mejorar la eficiencia y productividad en la gestión del sistema público de salud.

Si no enfrentamos más decididamente las causas del problema de la espera, todo esfuerzo vía recursos extras solo logrará aminorar temporalmente el problema, sin solucionarlo.

Necesitamos rediseñar la forma en cómo cuidamos a las personas buscando brindar de manera oportuna las atenciones que requieren, mejorando su información, estableciendo mecanismos para monitorear su estado de salud mientras esperan y logrando una mejor articulación entre los diversos equipos de salud involucrados en la trayectoria de cuidado de cada paciente.

Eso implica hacerse cargo de mejorar la gestión actual. No hay atajo.

Paula Bedregal

Profesora titular Facultad de Medicina UC