Por Ricardo EscobarPresidente: Hay plata en la calle, por favor, recójala

El nuevo gobierno deberá enfrentar un problema crónico legado por la actual administración, un gasto público más grande que los ingresos presupuestados. Esto que ya es grave para cualquiera, lo es más para un presidente que desea impulsar el crecimiento económico como palanca para financiar una rebaja de impuestos que haga más competitivas a las empresas chilenas.
Pues bien, hay una oportunidad escondida a plena luz que es buena, bonita y barata, que el nuevo gobierno puede aprovechar (es incomprensible por qué el Presidente Boric no lo hizo): ¡Váyase de cabeza contra el contrabando!
Luchar contra el contrabando es bueno, porque es una de las líneas de acción del crimen organizado. Derrotar el contrabando debilita a los malos. Pero no solo eso, también ayuda a los buenos, a los que dan empleo formal y pagan impuestos, que deben competir con los sinvergüenzas que venden productos falsos de todo tipo: cigarrillos, cervezas, licores, perfume, ropa, etc. Una competencia desleal que lastra el crecimiento de empresas pequeñas y grandes y que solo ayuda a la informalidad.
Es bonita, porque derrotar a este comercio ilegal permite recaudar miles de millones de dólares. Solo en cigarrillos falsificados, la evasión se estima en US$ 800 millones anuales de impuestos y derechos de aduanas. Si a estos se agrega lo que ocurre con cervezas y licores, ropa y artículos electrónicos, fácilmente se puede llegar al equivalente a una buena reforma tributaria.
Es barata, porque solo se necesita que Aduanas trabaje en serio (que todos los escáneres de contenedores estén funcionando en las fronteras, y que compremos y usemos unos pocos más), y que se coordine un trabajo permanente con el Servicio de Impuestos Internos (SII), la Unidad de Análisis Financiero (UAF), el Ministerio Público y la policía, para desbaratar a las redes mayoristas de distribución. La efectividad está en el crimen organizado, no en los que venden en las veredas.
Lo mejor de todo, no requiere cambio de ley. Aquí tiene cientos de millones de dólares que recaudar sin tener que conseguir votos de diputados díscolos.
Si quiere pasar una ley fácil y efectiva, promueva una que ayude a las víctimas a obtener reparación por los daños sufridos y frenar prácticas desleales que distorsionan el mercado. Ayude a que puedan obtener medidas precautorias para que se incauten productos falsos, para que los que hacen comercio ilegal no se escabullan con el producto de sus fechorías. Esa ley sale con votación unánime y rápida.
Presidente, aproveche el impulso de la partida y su contundente mayoría. Recoja rápidamente esta plata que está en las veredas de todo Chile.
*El autor de la columna es abogado
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