SEÑOR DIRECTOR:
Llama la atención que la discusión sobre la legitimidad del proceso constituyente se haya ido centrando en la representatividad del órgano redactor. La búsqueda de la representatividad es una quimera, como bien lo demostró el proceso anterior y como frecuentemente lo demuestran los niveles de aprobación del Congreso.
En lugar de preguntarnos cómo elegir un órgano representativo, el foco podría estar en cómo asegurar que la nueva Constitución permita corregir errores que inevitablemente iremos encontrando una vez se implemente. La legitimidad del texto debe garantizarse por sus propios atributos, no por la condición de las personas que lo redacten.
Diego Cathalifaud
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