SEÑOR DIRECTOR:

Con envidiable dignidad y sensatez política, el Presidente Ricardo Lagos ha anunciado su retiro de la vida pública, al menos de la forma en que hasta ahora intervenía en ella. Sin duda, deja el recuerdo de un gobierno eficaz, con visión estratégica y la prefiguración de un país posible y su proyección histórica; además de avances concretos y sustantivos en áreas cruciales del desarrollo nacional, tales como la salud, la educación, la justicia, el sector laboral y la infraestructura.

Es lamentable que en 2017 su propio partido, capturado en ese entonces por dirigentes políticamente bizcos, le haya negado burdamente la oportunidad de postular a la primera magistratura, inclinándose en cambio por un candidato improvisado, sin talento, gris y con ideas más cercanas a la época de la Postguerra que a las que nuestro país requiere para salir de la decadencia que en esa época ya comenzaba a invadir todos los espacios de convivencia.

Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega

Abogado