¿Puede la vacuna cambiar el periodo menstrual?
Hace unos días, las doctoras Alice Lu-Culligan y Randi Hutter Epstein, publicaron en The New York Times, una columna titulada No, We Don’t Know if Vaccines Change Your Period (No, no sabemos si las vacunas cambian tu período). Luego en la bajada, aclaran: “Lo que sabemos, es que los investigadores no estudian lo suficiente la menstruación”.
El artículo surge por una serie de informes de mujeres que afirman que sus ciclos menstruales cambiaron después de recibir sus vacunas contra el coronavirus. “Hasta ahora, no hay datos que relacionen las vacunas con cambios en la menstruación. Incluso si hay una conexión, un período inusual no es motivo de alarma. Existe una larga lista de factores desencadenantes que pueden provocar cambios en el ciclo menstrual, incluidos el estrés, las enfermedades, los cambios en la dieta y la actividad física”, escribieron.
Andrea von Hoveling, ginecóloga, obstetra y directora de la Sociedad Chilena de Endocrinología Ginecológica (SOCHEG) concuerda. “Lo único que se ha visto son mujeres que refieren que al momento de vacunarse, la menstruación que les tocaba después de la vacuna fue distinta en tiempo, cantidad o características. Por tanto, lo primero es que no está claro que sea por la vacuna, y en segundo lugar, aunque fuera por la vacuna, una alteración transitoria de la regla no tiene ninguna relevancia en la salud general de la mujer y por tanto, en ningún caso sería para alarmarse ni mucho menos pensar que la vacuna podría afectar su vida o su salud reproductiva u hormonal”, explica.
Y aunque todos los expertos estén de acuerdo con este último punto, la pregunta que surge es: Si tantas cosas pueden afectar los períodos, ¿por qué no sabemos más sobre cómo estas vacunas, o cualquier otra, afectan la menstruación? Las doctoras estadounidenses lo responden en su columna: “Es parte de una larga historia de medicina que no se toma en serio el cuerpo de las mujeres”.
Y es que –como señalan– los ensayos clínicos deben rastrear y documentar los cambios menstruales al igual que otros posibles efectos secundarios. Al igual que las fiebres informadas después de las vacunas, un cambio transitorio en el período puede no ser malo para la salud en general, ni tener efectos duraderos, pero sigue siendo informativo. Un efecto secundario inesperado, como un período inusualmente intenso, podría provocar miedo y socavar la confianza del público en las vacunas. Esto es particularmente importante ahora, cuando poner fin a la pandemia requiere una aceptación generalizada de la vacunación contra el coronavirus.
Andrea cuenta que a la menstruación se le suele llamar ‘el otro signo vital de las mujeres’. “Es muy bueno prestarle atención a la salud menstrual, de hecho me parece que es muy bueno que estemos hablando de menstruación, independiente de que sea por la vacuna”. Sobre todo se hace relevante considerando una serie de noticias falsas que asocian la vacuna a la infertilidad y otros problemas de salud. La experta aclara que hay muchas razones por las que la vacunación podría alterar la menstruación. “El estrés también puede alterar la regla, y en algunas mujeres, el solo hecho de pincharse ya es un estrés para el cuerpo; o el cambiar los hábitos en pandemia puede hacer que se altere el ciclo, de hecho, en estos meses se han visto más desórdenes menstruales que antes. Y por otro lado las mujeres que usan anticonceptivos hormonales, ahí no cuenta como un signo de salud porque el sangrado es atribuible al fármaco”.
En el artículo publicado por Lu-Culligan y Hutter explican que los períodos menstruales también involucran al sistema inmunológico debido a que el proceso de desprendimiento del revestimiento uterino durante la menstruación, es en parte una respuesta inflamatoria, razón por la cual las mujeres a menudo experimentan calambres y dolor durante esta etapa. “Dado que el ciclo es apoyado por el sistema inmune en todo momento, es posible que las vacunas, que están diseñadas para encender una respuesta inmunológica, cambien temporalmente el curso de los eventos”, dicen.
A la ginecóloga chilena le parece que, si bien esto podría ocurrir, la asociación es un poco sobrestimada. “En el proceso de la ovulación hay mediadores inflamatorios y la inflamación tiene que ver con la inmunidad también. Sin embargo haría la asociación más directa a otras cuestiones como el estrés. Muchas mujeres pueden venir con desórdenes del ciclo previos y no le prestan atención, pero como se vacunaron están más pendientes de su cuerpo y su salud y por eso se dan cuenta”.
Finalmente no existe evidencia, ni nadie podría explicar a ciencia cierta las posibles alteraciones del ciclo menstrual después de la vacuna –para averiguarlo, necesitaríamos un estudio controlado con un grupo de placebo–, sin embargo lo que sí queda en evidencia, es que los ensayos clínicos en general, incluidos los de vacunas, frecuentemente omiten el seguimiento de los ciclos menstruales, aunque las y los expertos coinciden en que se trata de un importante indicador de salud femenina.
“Durante gran parte de la historia médica moderna, las mujeres no fueron incluidas en los ensayos médicos debido a sus períodos o porque podrían estar embarazadas. A los investigadores les preocupaba que las hormonas fluctuantes agregaran demasiadas variables, confundiendo sus estudios”, dice el artículo del New York Times. A lo que la doctora von Hoveling complementa que en lugar de tratar los ciclos menstruales como poco importantes, los investigadores deberían ver el seguimiento de los períodos en estudios futuros como una oportunidad para comprender mejor las formas en que las mujeres responden de manera diferente a muchas enfermedades y tratamientos.
“Es importante que la medicina en general y la ginecología en particular, tengan perspectiva de género. Y aquí muchos podrían decir que es obvio que la ginecología la tiene, pero no. Hasta ahora, solo atiende a mujeres, que es distinto. De hecho, la ginecología se hace cargo de la mujer en su etapa fértil y entonces, si la menstruación está o no está, importa en la medida en que exista un riesgo de embarazo. Pero el prestarle la atención a síntomas más sutiles o cómo cambia el cuerpo durante el ciclo son cosas que no se suelen hacer. Solo basta con pensar que la ginecología del climaterio y de la niñez son ramas nuevas, siendo que la partería existe desde la prehistoria. Por eso, no solo resulta importante estudiar a la par a mujeres y hombres, sino que es importante también prestarle atención a los fenómenos específicos de las mujeres como la menstruación y considerar eso como un elemento a registrar y no como uno secundario”, concluye.
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