"Aprendí a preparar pastas de niño y cuando me fui a estudiar a Milán, a los 25 años, solía visitar a mi tía abuela Rosa, que tenía un albergue en la zona de Liguria y cocinaban pastas frescas. Estas preparaciones requieren tiempo y dedicación, pero desde que empezó la cuarentena, con mis tres hijos adolescentes y mi señora Carmen Gloria -que es una gran cocinera-, hemos preparado fettuccine, gnocchi, gnocchi a la sorrentina y trofie ligure, además de salsas como pesto, pomodoro y con queso parmigiano. Como buena familia con tradición italiana, disfrutamos de la buena mesa y su preparación es un momento para estar en familia.

Se podría decir que mi maña en este ámbito es que soy demasiado perfeccionista y trato de respetar al máximo la receta original, porque creo que tener los mejores ingredientes es fundamental para un buen resultado. Por lo mismo, de mi último viaje a Italia traje algunos chiches, como un buen libro de pizzas, un uslero para cortar fettuccine y una tabla para hacer gnocchi, además de la clásica cafetera italiana Bialetti".

Patricio Pescetto (56) es fotógrafo.