El factor familia en la elección presidencial
El núcleo más íntimo de los candidatos se instala como un personaje paralelo en los comicios de este año. Refugio, y en ocasiones atributo político, la irrupción o silencio del entorno familiar obliga a cada candidato a administrar con cautela esa vitrina.

Cada cuatro años, en cada elección presidencial, el núcleo familiar se convierte en la ventana más íntima del candidato: un atributo blando que, cuando se muestra, puede provocar empatía y cercanía. Pero a veces, una exposición excesiva también abre flancos difíciles de cerrar.
En esta campaña, la candidata de Chile Vamos, Amarillos y Demócratas, Evelyn Matthei, ha levantado un muro en torno a su intimidad, evitando que su familia sea parte de la puesta en escena, en un gesto que la distingue de la mayoría de sus contendores. El republicano José Antonio Kast, que en el pasado hizo de su numeroso clan un sello de campaña, ha optado esta vez por una presencia menos estridente de los suyos. Sin obviar que su primogénito, el abogado José Antonio Kast Adriasola, optó por seguir el camino de su padre y postular como diputado en el distrito 10.
Otros, en cambio, han decidido abrir ese mundo privado como una carta política. La esposa de Johannes Kaiser, Ivette Avaria, se ha instalado como una voz propia dentro del Partido Nacional Libertario y una escudera del candidato. Mientras que Jeannette Jara encuentra en su pareja, Claudio Rodríguez, soporte político, pero principalmente de contención emocional que aparece en los momentos más cotidianos de la abanderada oficialista.
La decisión de Matthei
Es una definición política. Matthei no hará parte a su familia de su campaña ni en un eventual aterrizaje en La Moneda. De todos los aspirantes a la Presidencia de la República, la militante de la UDI es quien maneja con más recelo su intimidad. Por eso mismo, resintió cuando a través de redes sociales -en el ya recordado episodio de los bots, cuando apuntó a una estrategia coordinada de descrédito de parte del Partido Republicano-, comenzaron a replicarse mensajes donde se sugería que la candidata padecía de alzhéimer.
Lo cierto es que desde hace tres años, Matthei conoce de cerca lo que es padecer una enfermedad neurodegenerativa. Su esposo, el economista Jorge Desormeaux sinceró hace algunas semanas -en conversación con La Tercera- su diagnóstico de parkinson. Una condición que -aclaró- no le ha impedido continuar con su labor profesional, asesorando en materia macroeconómica a algunas grandes empresas y participando del directorio de otras. Su cuadro médico ha implicado sumar actividades como ejercicios a su rutina diaria.
Cuando se le ha consultado, la exalcaldesa de Providencia ha optado por la mesura, en recalcar que su marido está en buen estado y en reconocer los medios con los que cuentan como familia para abordar la enfermedad. “Probablemente sea la última vez que hable de este tema”, declaró a LUN a fines de septiembre. Pero el jueves pasado, en el programa “El candidato” de Mega, volvió a referirse. “No ha sido complejo”, selló.
De su núcleo familiar, el único que ha asumido un rol dentro de la casona de Enrique Foster 203 -donde se emplaza su comando- es su hermano mayor, Fernando Matthei, quien figura ante el Servicio Electoral (Servel) como administrador electoral. Mismo rol que jugó en la campaña de 2013.
De quienes menos se conoce es de sus hijos: Jorge, Roberto y la menor, Antonia Desormeaux. Los dos primeros residen fuera del país, en España. Mientras que Antonia -según comentó la propia Matthei en sus redes sociales hace poco más de un año- reside en el país, pero no en la capital. “Mis hijos tienen que vivir su propia vida y no vivir a través de la mía”, enfatizó hace unos días.
El cuidado diseño de los Kast
En las campañas de 2017 y 2021, María Pía Adriasola -esposa de José Antonio Kast- tenía un rol político activo, de vocera del proyecto político que encarnaba su marido y de los temas valóricos que ambos defendían (y defienden). Pero en esta carrera a La Moneda tiene una participación mucho más alejada de los focos. Y eso es parte de un diseño.
No está ausente del todo: en el lanzamiento de campaña en Antofagasta, Adriasola llegó manejando un camión con una bandera chilena en el costado y acompañó a Kast durante toda su alocución.

Pero la estrategia de campaña, que busca evitar profundizar en los temas valóricos, e imponer la agenda de un “gobierno de emergencia” -con el foco en urgencias como seguridad y economía- busca evitar flancos innecesarios que sí fueron complejos de sortear en los procesos anteriores para Kast, como la opinión del partido -y de él y su familia- en temas como el aborto.
Dentro de esa definición, el propio Kast ha sincerado que no acudirá a espacios televisivos que impliquen mostrar una faceta más íntima.
Por eso mismo, escenas como las de 2021, en la que los nueve hijos de los Kast-Adriasola con guitarra y micrófonos se hicieron presentes en “Las caras de La Moneda” de Canal 13, no se deberían volver a repetir. Tampoco deberían tener presencia en la franja, como en 2017, cuando María Pía junto a toda la familia y el candidato entonaban a coro el jingle “para creer, para crear, Chile necesita a José Antonio Kast”.
Pero los Kast no están replegados del todo y su hijo mayor, José Antonio Kast Adriásola, saltó a la política compitiendo por republicanos en el distrito 10.

Rodríguez, el apoyo de Jara
La historia de Jeannette Jara y Claudio Rodríguez data desde el periodo universitario en la USACH. Allí, quienes asumieron un papel dentro del comunismo se acercaron y crearon un grupo a prueba de fuego junto a otros rostros del PC como el exministro Marcos Barraza y el subsecretario del Trabajo, Pablo Chacón.
En las primarias, Jara presentó a Rodríguez como su “pinche”, una figura que pasa desapercibida, pero que juega un rol clave. Es su consejero político más íntimo de la campaña.

Con la intensificación de la campaña, Rodríguez ha buscado tomar cada vez más distancia de la gestión política de la campaña para concentrarse en el papel de contención de Jara, con quien vive a un par de cuadras en la comuna de Ñuñoa. Allí, junto a los vecinos del sector -los mismos que la acompañaron cuando participó en “La Divina Comida” de Chilevisión-, se suelen juntar para organizar asados, como en el 18 de septiembre. También la ha acompañado cuando la candidata ha buscado refugio en su parcela en Padre Hurtado.
Cercanos a la pareja dicen que Rodríguez es consciente de que en una eventual segunda vuelta es inevitable que su nombre empiece a salir cada vez más en los medios, pero que no asumirá ningún rol formal dentro del comando, donde fuera de horario laboral ha buscado aportar en algunas áreas del programa, como seguridad.
El resto de la familia de Jara solo han aparecido en momentos claves, como el día en que ella fue a votar en Conchalí. Allí estuvo con su madre, quien emitió su sufragio en el mismo colegio. Jara es la mayor de cinco hermanos y su pariente más mediático es Sergio, periodista al que defendió cuando Kast lo apuntó por un reportaje de Chilevisión.
Matices entre los candidatos
El rol de Ivette Avaria, esposa de Johannes Kaiser, recuerda al de Adriasola en las primeras campañas de José Antonio Kast. Mediática y con voz propia dentro del Partido Nacional Libertario, acompaña en cada actividad que puede a Kaiser y se ha mostrado amable frente a una de las competidoras de su marido, Evelyn Matthei. Tienen una pequeña hija en común, que ha aparecido en algunos videos que el actual diputado ha compartido a través de sus redes sociales.

En una reciente entrevista con este medio, Avaria arremetió contra republicanos: “Johannes tiene consecuencia política y hemos visto que republicanos no la ha tenido. Su proyecto fue una tremenda desilusión, por eso tienen menos de la mitad de nuestros militantes. Ellos dijeron, nosotros estamos en contra de la nueva Constitución. ¿Y qué hicieron después? Dieron una nueva Constitución que habían pactado con la izquierda”.
El abanderado del Partido de la Gente (PDG), Franco Parisi, guarda con recelo su intimidad familiar. En esta campaña, está desplegado recorriendo Chile sin nadie de su entorno. Su hijo menor y su pareja viven en Alabama.
Su hermana Zandra, en cambio, ha estado en la primera línea de su campaña.
El independiente Harold Mayne-Nicholls fue acompañado por su esposa, Eugenia Fernández, al debate que realizó Chilevisión el 10 de septiembre.
La extenista, en entrevista con la Revista Ya el pasado 8 de septiembre, confesó que no todos los integrantes del núcleo familiar -sus cinco hijos- están de acuerdo con la candidatura. “Encuentran que es demasiada exposición”, aseguró. “Yo les digo: “Miren, el papá es un hombre inteligente. Él sabe, y si él cree que es capaz de hacerlo...”.

A ese mismo debate, Marco Enríquez-Ominami acudió junto a su hija Manuela, quien reside en Francia. Su mujer, la presentadora de televisión Karen Doggenweiler, hasta ahora no había intervenido en la carrera a La Moneda de su marido. Pero esta semana sí lo hizo y se refirió al impasse de ME-O con la periodista Monserrat Álvarez cuando la comunicadora cuestionó que esta sea su quinta campaña a la Presidencia de la República.
“Marco estuvo muy bien (...). ¿Sabes qué pasa? Llega un minuto que tú dices ‘¿por qué por el hecho de ser mujer no le puedes responder a alguien?’. Es al revés, siento yo”, defendió en un programa de espectáculos.
En cuanto a Eduardo Artés, aseguró a La Tercera que su familia “no está a disposición porque ellos no son los candidatos”. El profesor es padre de dos hijas.
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