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Aunque producción de cobre apenas crece, consumo energético de la minería en Chile ha aumentado 54% entre 2010 y 2024

El envejecimiento de minas es un factor clave en el alza del consumo energético, pues sus menores leyes mineras obligan a mayor transporte y procesamiento de minerales.

Pese a que producción de cobre se mantiene, consumo energético de la minería aumenta 54%

La producción de cobre en Chile se ha incrementado apenas 1,6% entre 2010 y 2024, siendo su peak el 2018, con 5,8 millones de toneladas de metal fino. Frente a ello, sin embargo, el consumo energético del sector minero aumentó 54% en igual periodo. Así lo detalla un estudio al respecto realizado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).

El informe revela que durante 2024 la industria minera en el país reportó un consumo total de energía de 199 mil terajoules (TJ), representando la energía eléctrica 102 mil TJ y el consumo de combustibles 97 mil TJ.

De todos los procesos, el de mina rajo es el que mayor consumo reporta (42%), seguido por el de concentradora (29%) y el de lixiviación (10%).

El consumo energético de mina rajo tuvo un alza de 79% entre 2010 y 2024 y el concentradora 89%, mientras el proceso de lixiviación redujo su consumo 32%. El primero está vinculado al crecimiento de 28% en la producción de concentrado en el mismo lapso, mientras que la baja en el consumo del proceso de lixiviación se relaciona con la caída de 41% en la producción de cátodos.

En particular, en el uso de combustibles la mina rajo alcanzó 81% del total, seguido de las fundiciones, con 6%. En tanto, el consumo eléctrico es mayor en el proceso de concentradora (56%), y luego en la electro-obtención (16%) y en el uso de agua de mar (11%).

A su vez, la gran minería privada representó el 70% del consumo de combustibles y el 73% del consumo eléctrico, lo que corresponde al 72% del consumo energético total de 2024. Por su lado, la gran minería estatal, representada en 24,7% por Codelco, registró un 25,3% del consumo energético total. Por último, la mediana minería alcanzó el 3% del total, repartido entre la mediana minería privada y las plantas de Enami.

Respecto del uso de energías renovables, la gran minería, que es la que tiene más avance en esta materia, alcanzó el 96% del consumo, superando el 93% de 2023. En cambio, la mediana minería registró un 84% en el uso de fuentes renovables, con la privada totalizó un consumo renovable de 70%, un alza respecto al 57% de 2023.

En términos consolidados, durante 2024 el 78% del consumo eléctrico total de la minería del cobre vino de fuentes renovables, aumentando 74% versus 2023.

Envejecimiento de minas

Cochilco explicó que este mayor consumo de energía está vinculado a causas estructurales y de producción de cobre, entre ellas el envejecimiento natural de las minas, lo que se vincula a menores leyes de mineral.

Justamente, esto conlleva transportar y procesar mayor mineral con tal de sacar una cantidad similar de cobre que en años pasados. Además, se suma el factor de una roca más dura y más distancias de acarreo, lo que aumenta el consumo energético, particularmente de combustibles, aunque también de electricidad.

Sobre si el consumo de energía de la minería se incrementará, la directora de estudios y políticas públicas, Patricia Gamboa, indicó que “el consumo de energía eléctrica se proyecta que continuará aumentando hasta alcanzar los 32,5 TWh en 2034, continuando la tendencia que se ha observado durante la década pasada”.

Directora de estudios y políticas públicas, Patricia Gamboa.

Complementó que “si bien se espera que el consumo de energía proveniente de combustibles disminuya de acuerdo con las metas de descarbonización que se han fijado las empresas de la minería del cobre para el 2030-2035, en el período reciente solo se ha observado un incremento. En este contexto, si la electrificación de procesos se consolida durante la próxima década, es probable que el consumo eléctrico crezca aún más, al mismo tiempo que debiera iniciarse una reducción gradual en el uso de combustibles”.

En cuanto al avance de las energías renovables, Gamboa detalló que “de acuerdo con datos de Cochilco, la información que nos han reportado las empresas para los últimos 3 años ha evolucionado así: 67% en 2022, 74% en 2023 y 78% en 2024”.

Y respecto de si el consumo de energía por parte del uso de agua de mar superará al tercer proceso que más consume, el SX-EW, la directora de estudios precisó que “es probable. Por un lado, el consumo de energía asociado al uso de agua de mar continúa en aumento y se espera que mantenga esta tendencia, especialmente ante la incorporación de nuevas plantas desaladoras para la gran minería del cobre”.

Así, agregó, “se proyecta que el uso de agua de mar crezca alrededor de un 145% hacia 2034. Por otro lado, el proceso SX-EW muestra una tendencia a la baja debido a la menor disponibilidad de minerales oxidados, por lo que su participación en el consumo energético seguiría disminuyendo. En conjunto, ambos factores hacen probable que el consumo energético del agua de mar supere al de SX-EW en los próximos años”.

Además, Gamboa, a propósito de que el proceso mina rajo es el que mayor consumo energético reporta, sostuvo que este se explica, “principalmente, por el mayor uso de diésel en los equipos de transporte. Esto se debe a una mayor intensidad operacional asociada al envejecimiento de los yacimientos y al incremento de su profundidad, lo que implica distancias de acarreo más largas. A ello se suma la disminución sostenida de las leyes minerales, que obliga a mover mayores volúmenes de material”.

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