
Los gremios empresariales miran el 2026: proyectan el PIB y fijan los principales riesgos para la economía
Las seis ramas empresariales que integran la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) hacen sus pronósticos para el próximo año, el primero del nuevo gobierno que llegará a La Moneda en marzo del 2026.
Los gremios empresariales si bien la visión en general apunta a un crecimiento entre 2% y 2,5%, con un repunte en la inversión, especialmente en la construcción, la recuperación del empleo es el principal desafío para el 2026.
Todos miran el futuro inmediato con cautela y afirman que la próxima administración debe generar las confianzas para que la inversión vuelva al país. Acá entregan su pronóstico.
Rosario Navarro:
“Un PIB con un ritmo insuficiente para las urgencias del país”
El gremio de la industria, representado por la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), proyecta un crecimiento de entre 2% y 2,5% para el Producto Interno Bruto (PIB) del 2026. Para la presidenta de ese gremio, Rosario Navarro, es “un ritmo que es insuficiente para las urgencias del país. Esa tasa refleja una economía débil y, por lo tanto, exige de nosotros pasar a la acción y avanzar con decisiones distintas y colaborativas”.
Navarro plantea como desafío la situación del empleo, que la califica como “frágil”, ya que hay una “alta informalidad, brechas de participación, especialmente entre mujeres, jóvenes y mayores de 55 años, y pérdida de dinamismo en la creación de trabajos formales y de calidad”.
En cuanto a los riesgos, dice que el calendario electoral de este año, con elecciones presidenciales y parlamentarias, es un factor que “introduce un componente adicional de incertidumbre que debemos abordar con responsabilidad y propuestas. Lo que ocurra en ese proceso, más allá de quién resulte electo, marcará el tono del debate público y, con ello, la capacidad del país para recuperar confianzas y dinamismo económico”.
Menciona que “el verdadero impulso a la actividad vendrá de nuestra capacidad colectiva para reenfocar la discusión pública hacia una agenda de futuro: una que despeje la incertidumbre jurídica, que agilice la inversión con medidas concretas y que fortalezca el mercado laboral, haciéndolo más inclusivo, moderno y productivo. Estas no son solo condiciones deseables: son indispensables si queremos salir del estancamiento”.
También menciona como otro riesgo el escenario internacional. “En materia arancelaria por parte de Estados Unidos, junto a otros focos de tensión comercial, podrían afectar de forma directa a una economía como la chilena, pequeña y abierta al mundo”, dice.
Sobre las perspectivas de la industria, Navarro anticipa un “desempeño será heterogéneo, con algunos subsectores con recuperación marginal, pero otros aún están rezagados”. No obstante, en su análisis añade que “en general no hay condiciones habilitantes, reglas claras, certeza jurídica e impulso a la inversión, la actividad y la generación de empleo formal seguirán débiles”. Y señaló que “si conseguimos acuerdos y rapidez en la ejecución de proyectos, el sector puede convertirse en motor de empleo de calidad y productividad”.

Alfredo Echavarría (CChC):
“Se proyecta un repunte de la inversión en construcción”
La construcción sufre ya varios años ya con baja demanda y, por lo mismo, el gobierno ha aplicado distintas medidas para reactivar la venta de viviendas. El presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Alfredo Echavarría, espera un mejor año. “Para 2026 se proyecta un repunte de la inversión en construcción, luego de dos años de contracción”, dice. Sin embargo, añade que “el sector inmobiliario sigue rezagado frente al de infraestructura, el que está fuertemente impulsado por grandes proyectos privados en minería y energía”.
También espera que para el próximo año las políticas como el subsidio a la tasa hipotecaria, que desde el 18 de junio está en funcionamiento, “logre un buen avance, permitiendo que más personas accedan a una vivienda y al mismo tiempo rebajar el stock disponible, que llega a 106 mil, porque de continuar en esta senda, reactivará el mercado de construcción de nuevas viviendas, el que es muy intensivo en la contratación de trabajadores desde las primeras etapas”.
Así, la inversión sectorial mostraría un dinamismo similar al de 2025, pero con una composición interna menos desigual entre infraestructura y vivienda privada. A nivel país, Echavarría proyecta un crecimiento cercano al 2,5% anual, cifra que está en el rango estimado recientemente por el Banco Central en su Ipom de septiembre.
Respecto al empleo, el dirigente espera un repunte después de “este largo periodo de caída, pero no disponemos de proyecciones específicas, pues resulta complejo elaborarlas en un contexto donde aún no se ha dimensionado el efecto causal de diversas medidas regulatorias sobre el mercado laboral”.
Echavarría añadió que “la evidencia más reciente muestra que la creación de empleo continúa siendo lenta, mientras que los salarios reales y los costos laborales registran un aumento. Así lo advirtió recientemente el Banco Central en su informe de mercado laboral, en el que confirmó que algunas de las leyes laborales como el alza del salario mínimo y la ley de 40 horas sí han afectado al mercado impactando negativamente al empleo”.
Sobre los riesgos, dice que se concentran en el crecimiento global por tensiones arancelarias y geopolíticas y, a nivel local, “no se pueden descartar sorpresas de subejecución de obras, debido a restricciones regulatorias como hallazgos arqueológicos e imprevistos presupuestarios del sector público.
José Manuel Mena (ABIF):
“No esperamos una aceleración respecto de 2025”
Desde la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), su presidente, José Manuel Mena, ve un crecimiento para el Producto Interno Bruto (PIB) para el 2026 en 2,3%, “lo que está dentro del rango que el Banco Central estima en su último Ipom. No esperamos una aceleración respecto de 2025, ya que los principales factores que han mantenido el crecimiento en una senda de bajo dinamismo seguirán presentes”.
En cuanto al empleo, Mena dice que no prevé “cambios significativos respecto del escenario actual, con una proyección de la tasa de desempleo de 8,7% en 2026”. En ese contexto, menciona que “siguiendo el razonamiento para nuestra proyección de PIB, nada nos hace presagiar que las condiciones para el crecimiento del empleo mejorarán en el corto o mediano plazo”.
Sobre los riesgos que ve para la economía chilena en 2026, señala que en el frente interno, “las situaciones de inseguridad e informalidad seguirán siendo una gran traba al crecimiento, con el riesgo de ir aumentando su peso en la economía”. En la mirada global, dice que el “recrudecimiento de la guerra comercial, los conflictos bélicos en Europa y Medio Oriente, y una mayor desestabilización política regional podrían golpear a un crecimiento que ya se proyecta débil”.
Para las perspectivas que tiene para su sector, el dirigente gremial sostiene que el escenario que anticipan presenta importantes similitudes con lo vivido durante 2025, por lo que no esperan que el rendimiento de la banca se diferencie demasiado de lo exhibido en los últimos trimestres. Y dice que “las colocaciones siguen mostrando el peor ciclo de crédito desde que tenemos datos, manteniéndose aún un 7% por debajo de su nivel máximo, alcanzado hace cinco años. Relativo al tamaño de la economía, el crédito bancario se ha reducido casi 25%”.
Por ello, en un escenario económico de dinamismo deprimido, “esperamos que las colocaciones totales crezcan entre 2% y 3% en términos reales, en línea con el crecimiento del PIB”, puntualiza Mena.
En el detalle dice que los créditos comerciales están ligados a proyectos de inversión que se mantienen contenidos. “Los créditos de consumo todavía enfrentan un mercado laboral en condiciones de debilidad, y los créditos para la vivienda muestran una menor demanda en un contexto de tasas de interés y precio de las viviendas elevados”, indica.

José Pakomio:
“Prevemos una expansión acotada para el comercio”
El sector comercio tiene como escenario base para el próximo año un crecimiento para la economía chilena de entre 1,75% y 2,75%, en línea con el rango que entregó el Banco Central en el Informe de Política Monetaria (Ipom) de septiembre. En ese sentido, el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), José Pakomio, detalló que, en su análisis, el crecimiento del próximo año estará impulsado principalmente por un mayor dinamismo de la inversión, en especial en grandes proyectos de infraestructura y minería, junto con una recuperación gradual del consumo privado, apoyada en mejoras de los ingresos laborales reales y en condiciones financieras más favorables.
“El menor costo del crédito y un escenario de política monetaria menos contractivo también contribuirán a sostener la demanda interna”, subraya.
Sin embargo, el dirigente gremial alerta por la inflación, que se ha mantenido más alta de lo previsto, “lo que refleja rigideces en su componente subyacente y obliga a un proceso de convergencia más lento hacia la meta del 3%”. Pakomio explica que “eso limita los márgenes de la política monetaria y mantiene riesgos sobre la evolución del consumo. A ello se suman los mayores costos laborales, que afectan la contratación formal, y un contexto externo incierto, con precios de materias primas y un tipo de cambio volátil que pueden restar competitividad y frenar el crecimiento interno”.
Sobre su sector, prevé que cerrará 2025 con un alza real entre 4,5% y 5,5%, en línea con una recuperación moderada del consumo. “Para 2026 prevemos que la expansión será acotada y, probablemente, más de la mano del comercio mayorista, beneficiado por un mayor dinamismo de la inversión y la reposición de inventarios”.
En el caso del comercio minorista, señala que “el dinamismo ha sido mayor durante este año, explicado en parte por el incremento de la masa salarial y la fuerte influencia de las compras de extranjeros, un fenómeno transitorio que eleva las bases de comparación para lo que resta del año y el inicio de 2026”.
José Pakomio enfatiza que “el gran desafío será revertir la tendencia al alza de la informalidad y fortalecer la creación de empleo asalariado formal, condición esencial para la productividad y la sostenibilidad del sector”.
Jorge Riesco
“El riesgo es prolongar la lentitud en ejecución de proyectos”
La minería proyecta un crecimiento de la economía cercano a 2% y una mejora acotada del empleo. “Es un ritmo coherente con el estancamiento productivo que arrastra el país”, dice el presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Sonami, Jorge Riesco, recién reelecto en el cargo por otro período de tres años.
En ese contexto, Riesco explica que la minería es un reflejo de esa situación, con volúmenes de producción de cobre estancados en torno a 5,4 millones de toneladas anuales. “El aporte provendrá más de la continuidad operacional y de los encadenamientos de servicios que de expansiones físicas”, especifica el dirigente gremial.
Para el rendimiento que espera de la minería en 2026, Riesco afirma que “inciden leyes más bajas de los minerales y mayores profundidades que elevan requerimientos operativos, límites de capacidad en plantas y reingresos o ajustes regulatorios que alargan cronogramas”.
Sobre el desempeño del empleo en el sector de la minería, Riesco sostiene que no habrá grandes avances. “El cuadro será contenido: las dotaciones propias se ajustan a mejoras de productividad, mientras la demanda por servicios especializados en construcción, montaje, ingeniería y operación de instalaciones asociadas ayuda a sostener la ocupación en el entorno de las faenas”, dice.
Como referencia, entrega algunos datos: “El empleo minero pasó de 286 mil personas en 2024 a más de 309 mil a la fecha. Este aumento no responde a un mayor volumen de producción, sino a que se requiere más mano de obra para mover más mineral y obtener las mismas toneladas de cobre fino, lo que evidencia la caída de las leyes y el incremento de los costos laborales”.
Sobre los riesgos que ve para el crecimiento del país en 2026, menciona “prolongar la lentitud en la ejecución de proyectos de inversión: tramitaciones extensas, cambios de criterio y judicialización que retrasan inversiones, en un contexto de productividad estancada, costos elevados y un escenario externo incierto que debilita expectativas”.
En ese sentido, dice que “lo que puede impulsar la actividad es despejar esos nudos con reglas y plazos claros en permisos, mejor coordinación entre servicios públicos y foco en proyectos con retorno rápido en empleo e inversión, como vivienda, infraestructura logística y modernización productiva en los territorios”.
Antonio Walker:
“Se deben generen las confianzas para una mayor inversión”
El presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Antonio Walker, destacó el crecimiento que ha tenido la agricultura estos últimos dos años: “El sector creció 3,5 veces de lo que ha hecho la economía chilena. Es importante, dado que es la agricultura es muy intensiva en mano de obra”, afirmó el dirigente gremial.
Para la temporada 2025-2026, Walker dice que será clave la cereza.
El dirigente advierte sobre la necesidad de mejorar la infraestructura en materia de riego. Y dice que la inseguridad en zonas rurales atenta contra un mayor dinamismo del sector. “El crimen organizado debe ser expulsado del campo y de Chile”.
Walker reafirmó el rol estratégico del agro como motor de desarrollo, destacando su aporte en empleo formal, seguridad alimentaria y exportaciones. Sin embargo, agregó que “Chile no puede dar por garantizada la competitividad de su agricultura”.
Y por lo mismo valoró la apertura que está buscando Chile para llegar a otros destinos a través de acuerdos comerciales. Uno de ellos es la negociación de un Acuerdo de Asociación Económica Integral para profundizar su relación comercial con India.
A nivel país, Walker señala que se puede volver a crecer al 4%, pero dependerá de “quien llegue al gobierno en marzo del próximo año”.
Para Walker lo primordial es que, para retomar el crecimiento económico, “es importante que se generen las confianzas para que haya una mayor inversión. El fisco tiene poco espacio para gastar y por ello, quienes deben hacer la inversión son los privados, pero para que lo hagan se deben generar las confianzas para impulsar una alianza público-privada y así recuperar la inversión para generar empleo”.
Y agrega sobre el cambio de gobierno: “Se necesita de la buena política, del diálogo, por lo que quien llegue a gobernar el próximo año tiene la misión de ser un articulador que genere acuerdos entre todos los sectores políticos”.
Mencionó que Chile tiene la oportunidad del litio, el cobre, el hidrogeno verde, pero para que se acelere la inversión “se necesita de una buena política y en ese caso un cambio en el sistema político es fundamental”. Para Walker se debe terminar con el falso dilema “entre crecimiento económico y medioambiente. Eso no es así, las dos cosas son posible y eso es importante tenerlo claro”.
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