Presidente del Banco Central de Nueva Zelandia: "Hay una real preocupación por el ambiente global de desaceleración"

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Respecto a la inflación, Adrian Orr reconoce que los bancos centrales indagan en las presiones a la baja que están operando de manera global.


Dada su estructura económica similar a la de Chile, el Banco de Reserva de Nueva Zelandia, así como el de Australia y Canadá, son una guía para la política monetaria nacional. De hecho, fue este el ente rector que dio el puntapié inicial al ciclo de baja de tasas, al que se sumó en junio nuestro país.

Adrian Orr, su presidente, en conversación con PULSO explica qué motivó la expansión y las altas posibilidades de que se avance en esa dirección. En el marco de su participación en la Conferencia Anual del Banco Central, reconoció que los bancos centrales del mundo intentan dilucidar qué frena a la inflación, mientras que advirtió que la baja en la confianza empresarial es el mayor riesgo para países como los nuestros.

Fueron de los primeros en recortar tasas, ¿en qué se basaron?

-Tenemos un régimen muy similar al del Banco Central chileno. Nuestro trabajo es tratar de mantener la inflación en el margen de 1% y 3%, pero actualmente ha estado debajo del punto medio de 1,5%. La economía ha estado creciendo bien, pero la economía global está comenzando a desacelerarse y -tal como Chile- somos muy dependientes de las exportaciones.

En ese marco, tenemos espacio para cortes de la tasa de interés, para intentar estimular la economía y, desde que lo hicimos, muchos bancos centrales también cortaron la tasa. Hay una real preocupación por el ambiente global de desaceleración.

¿Fue suficiente el estímulo que aplicaron o se va a requerir de más?

-En nuestras últimas proyecciones sugerimos que se podrían necesitar más cortes de la tasa de interés. En las próximas semanas vamos a renovar todas esas previsiones, como lo hacemos cada tres meses, así que tenemos que esperar y ver qué decidimos como comité. Pero sí, hay muchas incertidumbres relativas al crecimiento global, muchas de ellas se están manifestando ahora y hemos visto una desaceleración de la inversión de las empresas en Nueva Zelandia. Estamos en una posición en la que queremos mantener los estímulos en la economía.

¿A qué incertidumbres se refiere puntualmente?

-El crecimiento de la economía de EEUU todavía es un motor importante para el mundo y ellos están preocupados, por lo que la Reserva Federal está considerando una flexibilización que estamos observando.

Por otra parte, Europa luce mucho más débil, particularmente ahora Alemania, que ha sido de las más fuertes de esa región. Además, hay incertidumbres en curso en el Reino Unido y a eso se suma que China, uno de nuestros grandes socios, y Australia también se desaceleran.

La baja inflación se repite en varios países. ¿A qué lo atribuye?

-Claramente las presiones de inflación global son débiles y nosotros importamos mucho de eso. Vemos ventajas comerciales desde la economía china, con avances tecnológicos, reduciendo el costo de los procesos. En ese marco, muchas economías pequeñas, como Chile y Nueva Zelandia, están experimentando baja inflación comercial.

El fenómeno global también se explica por el hecho de que los salarios han crecido lentamente, aun cuando el desempleo es bajo. Estamos viendo todo eso y tratando de entender los cambios fundamentales del mercado laboral, con una naturaleza del trabajo más flexible, inmigración y aumento de la fuerza de trabajo.

En general, se dice que se llegará a la meta de inflación ¿es una certeza o hay dudas?

-Es un verdadero desafío. En esta conferencia (la del Banco Central de Chile) nos hemos planteado la pregunta respecto a si la relación entre actividad e inflación cambió y si las políticas monetarias están siendo efectivas para impulsar las expectativas de inflación.

Estas son conversaciones serias entre los bancos centrales alrededor del mundo. Si bien no hay evidencia de un cambio en la relación actividad/inflación, hay grandes dinámicas en el comercio mundial que están actuando para mantener la inflación baja, por más tiempo de lo que esperábamos.

Otra preocupación es que si la situación empeora, no habrá margen de estímulos. ¿Cómo maneja ese riesgo?

-Tenemos que ser inteligentes, más innovadores. La política monetaria es solo uno de los caminos. Las autoridades tendrán que pensar más sobre el espacio que ellos tienen para estimular la demanda y mejorar la productividad, para que se hagan los ajustes necesarios en la economía en lugar de recurrir al gasto del gobierno.

Pero los bancos centrales, alrededor del mundo, también estamos pensando en qué ocurre cuando tienes la tasa en cero, cuáles son las tácticas para continuar guiando la política monetaria. Hay muchas posibilidades y algunos países las han utilizado por un tiempo, como la flexibilización cuantitativa, la compra de activos. Se conversa sobre esto y todo es posible.

En este punto ¿cuál es el riesgo más relevante que ve para países como Chile y Nueva Zelandia?

-Nuestros países tienen un buen desempeño, pero lo que me preocupa es la pérdida de la confianza empresarial. Se puede ver en la inversión, en sus implicancias financiera. Es un asunto psicológico.

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