Pulso

Rolf Lüders a 40 años del plan económico de los Chicago Boys: "Hace tiempo se debieran haber buscado soluciones para aumentar la competencia (en AFP e isapres)"

Hoy en una ceremonia en el Congreso en Santiago, se conmemorarán 40 años del Programa de Recuperación Económica que dió inicio al modelo de libre mercado que adoptó el país a mediados de los años 70 y que fue liderado por un grupo de economistas conocidos como los Chicago Boys, por sus estudios en esa universidad. Rolf Lüders, académico de la UC, es uno de ellos -el único cuya tesis fue guiada por Milton Friedman, el máximo referente de Chicago- y será el orador de la jornada.

¿Cuál es su evaluación a 40 años de haberse instalado el modelo de libre mercado en Chile?

“El modelo”, como se le suele llamar a la economía social de mercado chilena que se instauró a partir de 1974, le ha dado al país prosperidad y estabilidad de precios, al mismo tiempo que una muy significativa reducción de la pobreza. Tanto así, que un 75% de la población se considera feliz.  Pasamos de ser un país que estaba en la más absoluta mediocridad en los años 70 a liderar la región en casi  todos los indicadores de bienestar material.  Es cierto que el sistema no es perfecto  y que aún persisten elevados índices de desigualdad, pero éstos han estado disminuyendo desde el 2000 acompañados con una alta movilidad intra e intergeneracional.

¿Hay políticas que podrían haberse realizado de otra forma?

Siempre es posible hacer las cosas mejor. En retrospectiva, hay bastante consenso en que probablemente se cometieron algunos errores en el manejo macroeconómico que agravaron algunos períodos críticos, particularmente el de 1981-1983.  También es posible que se debió haber prestado mucho más atención a la falta de competencia existente en algunos rubros de producción y distribución de bienes y servicios no transables.

¿Valió la pena el costo en cierre de empresas y alto desempleo?

Se refiere al período de  “política de shock”,   aquél que se inició en 1975 con el Programa de Recuperación. Creo que lo que se hizo fue correcto y fue lo que permitió el posterior despegue de la economía, brevemente interrumpido por la crisis bancaria.  El ajuste de 1975 fue doloroso porque producto de las instituciones y políticas seguidas en los gobiernos previos, había un exceso de gasto y distorsiones absolutamente  insostenibles. Al perro le podemos cortar la cola con un solo corte o a rebanadas.  ¿Qué duele más?  El símil en este caso, fue un ajuste muy doloroso. Lo viví, pero breve.

¿Habría sido factible implementar un programa así en un escenario de democracia real?

Creo que en esa época un programa de ajuste y de reformas estructurales mayores, como el implícito tanto en el Programa de Recuperación como en El Ladrillo, sólo se podría haber implementado bajo un Gobierno autoritario.  Era la época de la Guerra Fría y no existía ni en Chile ni en otros países en desarrollo, acuerdo respecto al sistema ideal de desarrollo. Incluso la mayoría de los expertos opinaban que éste sólo se lograría con un alto grado de intervención del Gobierno.  Los ejemplos de Singapur, Corea del Sur, y Taiwán sólo se empezaban a conocer.  Además, en el caso de Chile, la opinión pública estaba totalmente  dividida y los militares habían llegado al poder, de modo que la pregunta relevante era qué sistema adoptarían.  Afortunadamente optaron por El Ladrillo.  Solamente un régimen que pudiera darle sustento en el tiempo a los esfuerzos de reforma permitiría conocer las bondades y defectos del sistema.  Hoy, en parte importante gracias al ejemplo de Chile, la situación es totalmente distinta.  El sistema se ha validado y un gran número de países en desarrollo lo han adoptado en democracia en algún grado.

¿Qué responde a quiénes apuntan a este “modelo” como el responsable de la  desigualdad?

Chile siempre ha sido -medido por el coeficiente Gini de los ingresos monetarios- un país desigual.  La pregunta es si es ese el indicador pertinente. Porque en Chile no es cierto que los pobres y  ricos son siempre los mismos.  Gracias a nuestra economía libre hay un alto grado de movilidad, de modo de que -como lo muestran las estadísticas- el que es pobre hoy tiene  una buena probabilidad de ser más rico mañana y viceversa.  En otro plano, si bien la distribución del ingreso monetario es relativamente desigual, no es menos cierto que la alta tasa de crecimiento promedio ha disminuido la pobreza y ha transformado al país en uno de clase media, en que todos somos, de facto, mucho más iguales.

¿Cuán  relevante es para un Chicago Boy la desigualdad? 

Hablaré en mi nombre.  Me interesa que todo el mundo tenga las necesidades básicas cubiertas -de allí el énfasis en focalizar los programas de ayuda social- y que por ende exista igualdad de oportunidades en la sociedad.  Dada esa, y en Chile todavía no la logramos,  los resultados dependerán de las preferencias personales y, por supuesto también, hasta cierto punto de la suerte.  Tengo la impresión que en Chile una alta proporción de la población se ha percatado que el sistema les da la oportunidad de tener éxito si se esfuerzan y lo valoran.  Persisten, no obstante, envidiosos.

Con este modelo nacieron las AFP y a las isapres, ¿cuál es su evaluación de ellas, siempre en el ojo del huracán?

Los problemas de las AFP y de las isapres son complejos y evidentemente no los mismos.  Hay, sin embargo, una característica común que explica al menos en parte las críticas, y me refiero a la falta de competencia que existe en ambos sectores, que se traduce en un servicio menos que óptimo a precios mayores que los debidos.  Si bien muy probablemente ambas instituciones debieran haber nacido como las conocemos, hace tiempo se debieran haber buscado soluciones para aumentar la competencia, permitiendo que otras instituciones (bancos comerciales y de inversión, administradoras de fondos mutuos, compañías  de seguro, etc.) realicen parte de sus funciones específicas. Además, por supuesto, se debieran haber ajustado los parámetros de los sistemas de pensiones y salud a la realidad del país.

¿Cómo vislumbra el enfoque de las políticas públicas hoy? 

Hay un claro énfasis en expandir derechos y en redistribuir ingresos, en aras de generar una sociedad más igualitaria e inclusiva.  Se piensa que en ausencia de esas políticas, se producirían problemas sociales, que se traducirían en inestabilidad institucional, que a su vez afectaría al crecimiento económico. Subyace la idea, ya señalada, que una tasa de crecimiento económica mínima está asegurada, independientemente de la expansión de los derechos y de la redistribución mencionada.

¿Los últimos casos financieros  que han estallado son producto de la aplicación de “el modelo”?

Es necesario distinguir entre estos casos, pero lo que sí se puede afirmar taxativamente, basado en estadísticas internacionales, que los modelos de economía de mercado libre minimizan la corrupción.  A pesar de los casos de corrupción que parecen haber salido a luz, Chile sigue siendo un país con muy poca corrupción.  Hay casos de fraude tributario y esos existirán en toda economía de mercado. Afortunadamente la opinión pública ha reaccionado vehemente en contra de las mencionadas irregularidades y las autoridades están tomando las medidas que corresponda para eventualmente aplicar las penas que correspondan.

¿Qué siente de que algunos de los involucrados fueron estudiantes de la UC?

Por nuestras aulas han pasado miles de estudiantes. Es doloroso que algunos de ellos hayan sido nombrados y/o formalizados y se vean aparentemente involucrados en algunas de las irregularidades que menciona, pero habrá que esperar que terminen los juicios correspondientes antes de condenarlos. Si el juicio les fuera desfavorable, estaré decepcionado, pero tengo conciencia de que, dado los número involucrados, siempre será posible que algún alumno nuestro se vea envuelto en alguna irregularidad.

Más sobre:Portada

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

Contenidos exclusivos y descuentos especiales

Digital + LT Beneficios$3.990/mes por 3 meses SUSCRÍBETE