Por Paulina ReyesInfraestructura con propósito: el desafío de construir ciudades humanas, seguras y sostenibles
En el marco del Día Mundial de las Ciudades, bajo el lema “Ciudades inteligentes centradas en las personas”, expertos del sector público y privado reflexionan sobre cómo la tecnología, los datos y la descentralización pueden transformar la vida urbana en pos del medio ambiente, las personas y su bienestar.
Según ONU-Habitat, el programa de Naciones Unidas que busca transformar las ciudad y los asentamientos humanos, se estima que para 2050 cerca del 70% de la población mundial vivirá en áreas urbanas, lo que implica una mayor presión sobre la vivienda, la infraestructura, los servicios y la resiliencia climática, mientras plantea interrogantes sobre la equidad y la inclusión social. Tema que además se relaciona directamente con el ODS 11 “Ciudades y comunidades sostenibles”, que se ha convertido en uno de los ejes centrales de la próxima COP30, mostrando avances hacia ciudades más resilientes, sostenibles y humanas.
En esa línea, tanto expertos del sector público como privado, aseguran que construir ciudades sostenibles implica repensar la manera en que se diseña, gestiona y habitan los entornos urbanos. El desafío, explican, no se limita en construir más infraestructura, sino a readaptar la existente con eficiencia energética, equidad territorial y resiliencia climática.
Ciudades inteligentes
Desde el Ministerio de Obras Públicas (MOP), el ministro (s) Danilo Núñez explica que este enfoque es un eje clave en la planificación nacional con la elaboración del Plan Nacional de Infraestructura Pública, que planifica los requerimientos en infraestructura de nuestro país al año 2055, y proyectando la inversión público-privada en cuatro puntos: conectividad, habitabilidad, seguridad hídrica y seguridad energética. “Todos estos ejes los cruza un elemento que nos parece clave para el desarrollo del país: la infraestructura como un instrumento para enfrentar el cambio climático y regenerar los ecosistemas”.
El MOP ha impulsado también herramientas digitales para mejorar la gestión territorial, como GeoMOP, una plataforma que promueve la transparencia y la participación ciudadana, compartiendo datos territoriales de manera abierta, fortaleciendo la trazabilidad de las intervenciones y contribuyendo a una planificación más sostenible y resiliente. “La transformación hacia ciudades inteligentes no solo implica incorporar herramientas digitales, sino también garantizar que éstas estén al servicio de las personas”, indicó Núñez .
Entre los proyectos actuales en los que trabaja el gobierno, destaca el control aluvional en la Quebrada Bonilla, en Antofagasta, el parque inundable Víctor Jara en Santiago y obras de defensa fluvial en distintas regiones del país. Estos proyectos contribuyen en “proteger a la población ante eventos extremos y avanzar hacia ciudades más seguras y sostenibles”, señala el ministro (s).
Infraestructura sostenible y descentralización
En el ámbito académico, Felipe Encinas, investigador asociado del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) de Ciudades Climático-Resilientes, plantea que el gran objetivo para el país es lograr la integración entre los distintos componentes urbanos: “El principal desafío va por el concepto de la integración que muchas veces tanto nos cuesta. Tendemos a ver los aspectos de movilidad, energía, espacio público y planificación urbana como elementos separados”.
En esta línea, Encinas advierte además que la desigualdad territorial y la segregación urbana siguen siendo obstáculos estructurales: “Podemos encontrar comunas con altos estándares respecto de estos aspectos, pero también una tremenda segregación dentro de las mismas ciudades o entre regiones. Nuestro objetivo debería ser que la calidad de los servicios no dependa del nivel socioeconómico de los habitantes”.
Sobre el uso de tecnologías, destaca la importancia de la gobernanza digital y la autonomía local, con innovaciones que permiten recolectar y utilizar datos para la toma de decisiones urbanas. Sin embargo, dice también que “siempre aparece una tensión entre que esta tecnología sea emancipatoria, fortaleciendo a las comunidades y la cohesión social, o que sea cooptada por el mercado. En ese sentido el rol de la gestión en la toma de decisiones urbanas es clave”.
Finalmente, advierte que la sostenibilidad debe entenderse desde la realidad de cada territorio: “En Chile estamos hablando de situaciones de alta vulnerabilidad en prácticamente todos los territorios. No podemos seguir pensando solo en Santiago, necesitamos decisiones basadas en ciencia y datos también para las ciudades intermedias”.
Construir ciudades, no solo infraestructuras
Desde el sector privado, la presidenta de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Marisol Cortez, destaca la necesidad de un cambio cultural en la industria, con programas concretos como lo es el Compromiso PRO, que mide el desempeño de las empresas por su contribución a la sostenibilidad social, ambiental y económica. “Nuestra meta es que la medición del progreso en la construcción no se limite a los metros cuadrados edificados, sino que incorpore la capacidad de los proyectos de mejorar la calidad de vida, aportar a la sostenibilidad y reducir el impacto ambiental”, indicó.
Señala también el rol de las nuevas tecnologías con ejemplos como el proyecto Construye Zero, que alcanzó “98% menos energía utilizada, 97% de ahorro en agua, 86% menos residuos y tiempos de construcción en un 90% menos que los métodos tradicionales”.
En cuanto a los marcos globales, alineados a los compromisos climáticos, Cortez menciona una agenda robusta, en la que destaca “la Guía de Huella de Carbono del Ciclo de Vida de la Construcción, la Hoja de Ruta de Huella de Carbono 2025-2030 y proyectos como la Red de Economía Circular, financiada por el BID, que promueve la valorización de residuos y la innovación circular”.
Para Cortez, este cambio cultural y especialmente el Día Mundial de las Ciudades, “nos invita a mirar la construcción y el desarrollo urbano desde una perspectiva sistémica, entendiendo que cada proyecto es parte de un entramado mayor que impacta la calidad de vida de las personas. Más que construir infraestructuras, queremos construir ciudades sostenibles”.
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