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Los cocodrilos que se adaptaron a unas islas en el Caribe mexicano y “evolucionaron” como nuevas especies

Un estudio internacional reveló que los cocodrilos que habitan en Cozumel y Banco Chinchorro, en la península de Yucatán, podrían ser consideradas nuevas especies.

Los cocodrilos que se adaptaron a unas islas en el Caribe mexicano y “evolucionaron” como nuevas especies

Un equipo internacional de científicos descubrió que los cocodrilos de dos islas del Caribe mexicano –Cozumel y Banco Chinchorro– esconden linajes genéticos únicos, resultado de miles de años de aislamiento y adaptación a entornos extremos.

El hallazgo, publicado en la revista Molecular Phylogenetics and Evolution y destacado por el medio Ladera Sur, sugiere que estas poblaciones podrían constituir dos nuevas especies dentro del género Crocodylus.

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El origen de las nuevas especies de cocodrilos

Durante décadas se creyó que el cocodrilo americano (Crocodylus acutus) era una sola especie distribuida desde Florida hasta Sudamérica.

Sin embargo, los investigadores de la Universidad de McGill, en Canadá, junto a científicos mexicanos y del Smithsonian Tropical Research Institute, descubrieron que las poblaciones insulares de Cozumel y Banco Chinchorro presentan diferencias genéticas, morfológicas y ecológicas suficientes para ser consideradas especies independientes.

Los cocodrilos quedaron aislados del continente hace unos 11 mil años, tras el aumento del nivel del mar al final de la última glaciación.

¿Qué rasgos tienen estas especies?

Desde entonces, han desarrollado adaptaciones sorprendentes: los de Banco Chinchorro toleran las salinidades más altas registradas para el género, mientras que los de Cozumel modificaron su forma de anidar y su ritmo reproductivo para sobrevivir en condiciones de arena y calor extremos.

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“El aislamiento ha impulsado una evolución rápida y notable”, explicó el investigador Pierre Charruau, de El Colegio de la Frontera Sur, quien ha estudiado a estas poblaciones durante más de 20 años.

En Banco Chinchorro, los cocodrilos tienen cráneos más anchos y cortos, ideales para romper caparazones duros como los de cangrejos y caracoles; en Cozumel, en cambio, son más largos y delgados, una forma asociada a la caza de peces.

Diferencias genéticas

Las pruebas genéticas confirmaron las sospechas. Usando una supercomputadora y más de 16 mil marcadores genéticos, el equipo identificó divergencias tan profundas que corresponden a linajes puros, sin flujo genético con las poblaciones continentales.

“En términos evolutivos, estos cocodrilos han seguido su propio camino”, señaló el investigador José Ávila Cervantes, de la Universidad de McGill.

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El descubrimiento tiene implicancias directas para la conservación. Ambas poblaciones cuentan con menos de mil individuos reproductores y enfrentan amenazas crecientes, como la urbanización costera, el turismo masivo y el cambio climático.

Reconocerlas como especies distintas podría fortalecer su protección legal y priorizar esfuerzos de conservación en los ecosistemas insulares del Caribe mexicano.

“La biodiversidad está desapareciendo más rápido de lo que alcanzamos a descubrir”, advirtió Hans Larsson, coautor del estudio.

“Ahora que reconocemos a estos cocodrilos como especies distintas, es crucial proteger sus hábitats y limitar el desarrollo costero en Cozumel y Banco Chinchorro”, agregó.

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