Este lunes la Casa Blanca dio a conocer el nuevo retrato que usará el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante su segunda administración. A diferencia de sus antecesores –y de su primer mandato–, la fotografía rompe con dos elementos que han sido parte de la costumbre presidencial por más de medio siglo: una sonrisa y la bandera.

Con una expresión severa, sin sonrisa ni bandera de fondo, la nueva imagen marca un contraste con la tradición de los retratos presidenciales más contemporáneos.

Presentado a través de un breve video en las redes sociales de la Casa Blanca, el nuevo retrato reemplaza a una versión publicada en enero de este año, cuando el mandatario tomó posesión del poder. La nueva imagen ahora está colgada en edificios federales de Estados Unidos y en los puntos de entrada al país.

El retrato de Trump en detalle

En esta nueva versión, Trump aparece en primer plano, con una corbata roja y un fondo completamente oscuro. La luz proyecta una sombra que cubre parte de su rostro, mientras que su mejilla, oreja y hombro derecho se ocultan en la oscuridad.

Aunque la fotografía no cuenta con una bandera estadounidense detrás –como ha sido habitual desde Gerald Ford en 1974–, el presidente cuenta con un pin de la bandera local en su solapa, que resalta con la iluminación.

La imagen contrasta no solo con los retratos de presidentes anteriores como Barack Obama, George W. Bush o Joe Biden (quienes posaron frente a banderas y con expresiones amables), sino también con la imagen de Trump en su primer mandato. En ese entonces, el mandatario republicano aparecía sonriente, con una corbata azul y una bandera de fondo.

“El presidente es la persona más conocida del planeta y este nuevo retrato, tomado durante su segundo mandato, refleja el optimismo y la determinación de Estados Unidos, especialmente después de cuatro años desastrosos de la administración Biden”, señaló un funcionario de la Casa Blanca a CNN.

Más allá del mensaje político, algunos comparan el nuevo retrato con la de su famosa foto policial en Georgia, tras su imputación por cargos de crimen organizado en 2023: mirada fija, gesto arisco y fondo oscuro.

Por su parte, la elección de un fondo neutro no se veía desde Richard Nixon, en 1969. Desde entonces, todos los mandatarios habían incorporado símbolos patrios en sus imágenes oficiales.

En las expresiones la diferencia es clara: en la época más contemporánea todos los presidentes sonreían. Algunos mostrando los dientes, mientras otros, como Obama con una sonrisa con los labios. Trump, en cambio, ha optado ahora por un rostro serio, más cercano al retrato de un líder fuerte.