Ética y formación jurídica
SEÑOR DIRECTOR:
Los procesos judiciales -y hasta hace poco, constitucionales- que se están llevando a cabo en estos días y que atañen a miembros del Poder Judicial exigen una profunda reflexión. No solo desde un punto de vista jurídico o político, sino desde la perspectiva de la formación de los futuros abogados y abogadas de nuestro país.
Estos hechos ponen sobre la mesa uno de los ejes centrales del proceso formativo: el correcto desempeño de sus futuras tareas. Si bien se trata de una exigencia presente en distintos ámbitos, en esta ocasión la ética profesional en el mundo legal constituye una dimensión que no podemos dejar de abordar quienes nos dedicamos a la enseñanza del derecho.
Formar abogados y abogadas conscientes de su labor y del impacto de sus decisiones y prácticas– sin importar la función o el ámbito en que se desempeñen- es nuestro deber y todos los esfuerzos de las facultades de Derecho deberían estar orientados a ofrecer una formación ética de carácter transversal, presente a lo largo de toda la carrera.
No basta un curso electivo o incluso un curso obligatorio dentro de la malla curricular. La pregunta clave es cómo enseñamos a jóvenes de 18 o 20 años una dimensión de nuestra profesión que no se aprende memorizando códigos ni repitiendo reglas, sino desarrollando un juicio ético y profesional al analizar los problemas legales y sociales en los que deberán desenvolverse en el futuro.
Lo anterior supone también contar con referentes que sirvan de modelo de ejercicio profesional. Sin buenos referentes, formar en ética se vuelve un ejercicio vacío.
Macarena Vargas Pavez
Vicedecana de Pregrado Facultad de Derecho UDP
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
2.
3.
4.



















