Phil Elverum: otra vez primavera

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La mayoría lo ubica como el marido de la actriz Michelle Williams, pero el camino de este genio del lo-fi hasta las páginas de la prensa rosa fue zigzagueante y pedregoso, acompañado por los maestros de Kurt Cobain y marcado por el trauma de perder a su primera esposa.


Figura venerable del indie estadounidense, Phil Elverum creció escuchando rap clásico y sintiéndose lejano al rock para papás que consumía su viejo, un lector de la revista Rolling Stone que escuchaba a Bob Dylan y Neil Young. Cuando tenía 13 años, la irrupción de Nirvana le voló la cabeza. Al revés de los dinosaurios musicales que le gustaban su padre, Kurt Cobain y los suyos no se veían inalcanzables. De hecho, provenían de Seattle, no tan lejos de su casa en Anacortes, también en el estado de Washington. Del impacto que le causó el trío existen huellas audiovisuales: un reflotado video de MTV lo muestra en 1992, haciendo la fila para un concierto del trío y quejándose de su fama mainstream.

Con el apetito melómano de un adolescente curioso y motivado, Elverum no demoró en pasar de Nevermind a discos más oscuros, hasta descubrir una de las fuentes de las que bebía Nirvana, K Records, un sello de Olympia, otro polo de la subcultura de Washington, donde se fue a vivir apenas cumplió la mayoría de edad. Cobain tenía tatuado en el brazo el logo de la imprescindible discográfica, comandada por Calvin Johnson, líder de los influyentes Beat Happening y devoto del punk, pero no como una estética específica, sino como una forma de hacer las cosas. Como ejemplo, una anécdota: cuando Elverum le pidió ser su aprendiz, Johnson, sin hacerle preguntas ni darle instrucciones, se limitó a pasarle las llaves de su estudio de grabación. Fue un gesto de confianza porque venía recomendado. Antes de instalarse en Olympia, otro integrante de Beat Happening, Bret Lunsford, ya le había dado su visto bueno, empleándolo en su disquería y luego invitándolo a formar una banda, D+.

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En el estudio de Johnson, llamado Dub Narcotic, Phil Elverum fue puliendo la impronta lo-fi de su grupo The Microphones, activo entre 1996 y 2003, período en el que se convirtieron en favoritos de la crítica atenta al panorama independiente. The Microphones fue su vehículo para cantar sobre los asuntos que más lo fascinaban, como la naturaleza y los equipos de sonido, pero sobre todo para levantar catedrales de la baja fidelidad como The Glow Pt. 2, al que Pitchfork comparó por su inmensidad con el Gran Cañón del Colorado. El disco, lanzado el fatídico 11 de septiembre del 2001, marcó el momento de mayor notoriedad del proyecto, cuyo final llegó un par de años después, cuando Elverum adoptó el alias de Mount Eerie.

Su nuevo nombre le amplió los horizontes. Mantuvo el espíritu lo-fi, pero salió más al mundo, en sentido figurado y literal: se fue a grabar a una cabaña en Noruega, dejó que el black metal permeara su música, transparentó su fijación estética con Twin Peaks. Por un amigo en común, Elverum conoció a la ilustradora Geneviève Castrée, con la que se casó y a la que produjo en su faceta musical, como también lo hizo con su amiga cantautora Mirah. Enfrascado en un ritmo de trabajo incesante, entre largas horas de estudio, publicaciones de forma periódica y constantes presentaciones en vivo, labró una de las trayectorias más respetables de la música indie en Estados Unidos y se dedicó a trabajar en silencio. Ni siquiera daba autógrafos, una negativa basada en sus principios punk.

La vida privada de Elverum se volvió muy pública en 2015, cuando su esposa, apenas cuatro meses después de dar a luz a la primera hija de la pareja, fue diagnosticada con un cáncer pancreático avanzado e inoperable. Sin fondos para financiar los gastos de sus últimos días, abrió un sitio para reunir dinero vía crowdfunding e hizo público que K Records le debía sus royalties. Geneviève Castrée murió en julio del 2016. Menos de un año después, Elverum editó como Mount Eerie el disco A crow looked at me, un lamento espectral y desolador grabado en la pieza de los dos, el lugar donde ella falleció, con una guitarra, un notebook y las letras más directas de toda su carrera, sin lugar a interpretaciones. La conmovida recepción que obtuvo fue la mejor desde The Glow Pt. 2 de The Microphones.

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El 2018, Elverum lo dedicó a rehacerse a sí mismo. Transformado en una inspiración para generaciones posteriores, como Lil Peep -lo más cercano a Cobain en la actual camada del trap, quien antes de morir por sobredosis sampleó dos de sus temas-, siguió ahondando en la pérdida de Castrée con Now only, una secuela de A crow looked at me equivalente al frágil alivio después de los sollozos. Para sorpresa de todos, en su entrevista para la portada de Vanity Fair, la actriz Michelle Williams anunció que se había casado con Elverum en una ceremonia secreta. Williams, renombrada en Hollywood, también supo lo que era perder a una pareja tras el fallecimiento de Heath Ledger, con quien tuvo una hija. Mientras el mundo de la farándula se preguntaba quién diablos era Phil Elverum, el aludido publicó un disco en vivo de Mount Eerie, lanzó nuevo material con unos retornados D+ y siguió en la misma de siempre, haciendo música, ahora en la compañía de una nueva familia.

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