27-F: el silencioso rescate de las iglesias

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La Basílica del Salvador estrenó en 2018 su sistema de estabilización estructural. Foto: Carlos Infante P.

La dirección de Arquitectura del MOP ya ha reconstruido un total de 22 templos severamente dañados en 2010, con una inversión de $ 36.700 millones. Más de la mitad son monumentos nacionales.


Habían pasado sólo dos semanas del 27-F, pero sus devastadoras consecuencias patrimoniales ya eran evidentes. Según el primer catastro del Consejo de Monumentos Nacionales, el 31% de los monumentos entre las regiones de Valparaíso y del Biobío había sufrido daños graves. El terremoto del 27 de febrero de 2010 se hizo sentir con fuerza en las iglesias de un Chile Central habitado por la construcción en adobe.

A un mes del 27-F, la Conferencia Episcopal emitió un informe que estableció que el 47% de los recintos religiosos del país había sufrido daños. Entre San Felipe y Temuco, eran 440 templos y 105 capillas y casas parroquiales. De ellos, 82 tenían daños severos y probabilidad de derrumbe y 107, graves deterioros.

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El estado del templo de calle Huérfanos era dramático a primera vista en 2010.

FOTO: CEDOC COPESA.[/caption]

El informe, sin embargo, no especificaba cuántas edificaciones eran monumentos nacionales, o si tenían valor patrimonial, condiciones que propician la inversión del Estado en un rescate.

A 10 años del terremoto, 22 iglesias ya han sido recuperadas por la gran maquinaria de reconstrucción que ha probado ser el Ministerio de Obras Públicas (MOP), a través de su dirección de Arquitectura. Doce de ellas son monumentos nacionales y las otras 10 también tienen valor patrimonial.

"La recuperación del patrimonio arquitectónico religioso es un ámbito poco conocido del esfuerzo realizado por el Ministerio de Obras Públicas en la reconstrucción tras el terremoto del 27-F, tratándose de obras relevantes para ciudades y pueblos que tienen a sus iglesias como sus principales referentes de identidad. Durante la década hemos entregado 22 templos restaurados, que involucraron una inversión fiscal cercana a $37 mil millones, y proyectamos que en los próximos años se iniciarán las obras en una veintena de iglesias que ya cuentan con los diseños requeridos y esperan financiamiento", asegura el ministro (s) de Obras Públicas, Cristóbal Leturia.

La inversión, de $ 36.700 millones, se ha financiado principalmente vía Gobierno Regional y Subdere y, según Raúl Irarrázabal, director de Arquitectura del MOP, "corresponde a un hospital de mediana complejidad, o a 15 comisarías".

"Hemos ido acumulando experiencia desde el terremoto del año 2010, que marcó un antes y un después en la restauración patrimonial. Hoy se entiende que no es un maquillaje, sino un cambio que permite que un edificio se use y que dure 100 años más. Antes siempre se buscaba hacer un edificio nuevo, con la última tecnología. Ahora es al revés, se aprecian los edificios antiguos, que tengan una historia que contar", explica el arquitecto.

Valor histórico

A menudo, el MOP ha debido enfrentar la pregunta respecto a por qué se destinan recursos públicos para reconstruir iglesias. "La verdad es que son espacios públicos e icónicos, y tienen una gran representatividad para la gente que vive ahí. Tienen un valor histórico, patrimonial, y arquitectónico que va mucho más allá del culto mismo que se desarrolle dentro de la iglesia", asegura Irarrázabal.

Además, da cuenta de otro cambio post 27-F: "Muchas iglesias se han transformado en especies de centros culturales, o sedes sociales de la comunidad. Lo exige el Ministerio de Desarrollo Social, el edificio que recibe fondos públicos debe cumplir un rol social relevante".

Un ejemplo es la iglesia y el monasterio del Buen Pastor en San Felipe. Con una inversión de $ 2.678 millones, es la segunda más cuantiosa después de la restauración de la fachada de la Catedral de Santiago, que costó $ 3.671 millones. Monumento nacional, la iglesia fue construida en 1878 en albañilería de adobe, y sus muros miden dos metros de ancho y 10 de altura. En lo estructural, se reforzó con una cadena de amarre en hormigón armado y exoesqueletos de madera, además de geomallas amarradas entre sí. Pero también se habilitó su museo de arte sacro y un nuevo centro cultural, que ya está funcionando .

Le siguen, en términos de inversión, $ 2.543 millones, para la parroquia San Ambrosio de Chanco, en la Región del Maule, y la iglesia de La Merced de Rancagua, con $ 2.489 millones. Esta última es monumento nacional, y allí se refugiaron O'Higgins y sus tropas del asedio realista en 1814. La de Chanco, en tanto, está en una Zona Típica, y se completó hace un par de meses.

"La iglesia de Chanco tiene mucho arraigo en la gente del lugar. Es sencilla, pero con valor arquitectónico. Y como todas las iglesias rurales del Maule, se le construyó una sala de uso público para la comunidad, con baños y cocina, que ya se está ocupando", destaca Irarrázabal.

La Basílica del Salvador

Mención aparte merece la Basílica del Salvador. Muchos sospecharon que el 27-F era su condena a muerte, porque llevaba 25 años cerrada, desde el terremoto de 1985. Construida en 1871 en ladrillo por Teodoro Burchard, José Smith le incorporó hormigón en su fachada en 1906. Y ahora, fue intervenida parcialmente entre 2017 y 2018, con un costo de $ 1.667 millones.

"Se hizo una estabilización estructural para que la iglesia no sufra daños si vienen sismos de mediana o gran intensidad", apunta Irarrázabal. Con diseño del especialista Dino Bozzi, se le instaló una estructura metálica interior, una suerte de mecano, sostenido en micropilotes anclados a 24 metros de profundidad.

"La Basílica del Salvador es el primer proyecto patrimonial con aisladores sísmicos que funcionan como patines. Es algo inédito en Chile. Ahora se está terminando el diseño para el refuerzo estructural definitivo, y esperamos que el próximo año o a fines de éste, pueda ejecutarse, porque su valor no es menor; está cerca de los $12 mil millones", revela Irarrázabal.

Tal como la Basílica del Salvador, también están afinándose los criterios de ejecución de los proyectos de San Francisco de Curimón y San Francisco de San Fernando, y existen otras ocho iglesias que ya cuentan con diseño arquitectónico terminado o en elaboración. La carpeta de proyectos en desarrollo del MOP es aun más abundante: ya se está ejecutando el rescate de la parroquia San Francisco de Asís en Rancagua y, en paralelo, se están licitando Nuestra Señora de la Merced de Codegua y la capilla del Hospital San Juan de Dios de Chillán. En las próximas semanas se licitarán otras cinco recuperaciones en O'Higgins, Ñuble y Maule.

Irarrázabal es optimista respecto del futuro avance de los inmuebles pendientes: "El mecanismo está cada día mejor. Como el financiamiento es de los Gobiernos Regionales, son decisiones que se toman en las regiones que quieren cuidar su patrimonio".

Patrimonio vivo

Iglesia y convento del buen pastor de San Felipe

Buen Pastor es atribuida a Eusebio Chelli, y su museo de arte sacro y costumbrista posee 1.000 piezas.

Iglesia de Guacarhue, en la Quinta de Tilcoco, Región de O'Higgins

El diseño de Guacarhue es de Joaquín Toesca y se invirtieron $896 millones en su reconstrucción.

Parroquia San Ambrosio de Chanco, en la Región del Maule

La sencillez de la fachada de la parroquia de San Ambrosio contrasta con su depurado interior.

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