Bad Education: el aclamado filme de HBO para la pandemia

Una de las películas más elogiadas de 2019 debuta hoy, pero no en los cines, sino que en el cable. Un bullado caso real y una celebrada actuación de Hugh Jackman son parte de la cinta.


Interminable como de costumbre en su parrilla de películas, el último Festival de Toronto desplegó títulos de peso, desde Parasite y Joker a los últimos filmes de Pedro Almodóvar y Pablo Larraín, varios ya estrenados antes en otros certámenes. Junto a Jojo Rabbit -la gran ganadora de la cita-, el evento vio alzarse como una de sus principales revelaciones a Bad education, la nueva cinta de Hugh Jackman, aclamado a tal punto que al menos durante unos días tomó fuerza la opción de que el actor aspirara nuevamente a los Oscar.

Pero el filme no contaba con distribuidor y terminó encontrando su comprador en la televisión, cuando HBO pagó US$ 17,5 millones por quedarse con los derechos de exhibición. El foco para la película, entonces, pasaron a ser los Emmy, la misma razón por la que el canal de cable compró en 2018 The tale, el crudo drama con Laura Dern. Hasta ahora la premiación más importante de la TV sigue en pie, pero el ambiente que finalmente acoge su debut no podría ser más revuelto y enrarecido.

A cambio, para el largometraje de Cory Finley quizás nunca habría existido una vitrina tan amplia como la que le termina dando HBO hoy, en plena pandemia, y ante la ausencia total de estrenos en salas. Por méritos propios y el vacío que dejan los cines cerrados, Bad education luce como un pequeño oasis que llega en simultáneo con EE.UU., esta noche a las 22 horas (también en HBO GO), la misma semana que el streaming de la compañía, HBO Max, ratificó que debutará a fines de mayo en EE.UU., con este título como uno de sus mayores atractivos.

Comparada con Yo, Tonya por algunos medios, el filme es un drama con comedia negra que inyecta sutileza al desenfado que posee al trasladar a la pantalla un virulento caso real. Es la historia de un gran fraude ocurrido en 2002 en Roslyn, un distrito escolar de Nueva York ubicado como uno de los mejores de EE.UU., en parte por la cantidad de alumnos que aceptaban universidades como Yale o Harvard.

Por méritos del superintendente escolar Frank Tassone había llegado a ese puesto y por su conducción la institución terminó estrellándose y apareciendo en los periódicos (The bad superintendent se titula un artículo de 2004 de New York Magazine que cubre buena parte del caso), para escándalo de todo el país.

Escrita por un estudiante que vivió de primera mano los hechos, el guionista Mike Makowsky, la película muestra a Tassone (Jackman), un antiguo profesor de Literatura con voluntad para capturar con su carisma a estudiantes, apoderados y todos los eslabones de Roslyn que le permiten lograr su cometido. Un villano que es la estrella de una sátira muy contenida.

También explora la relación que forja con su asistente, Pam Gluckin (Alisson Janney), pero sobre todo cómo lentamente el asunto se les escapa de las manos. Primero una estudiante empieza a investigar los contratistas y las ordenanzas detrás de un ambicioso nuevo proyecto que pretenden levantar, luego es cómo una figura clave del engranaje interno termina gastando una suma millonaria de fondos, y al final, como toda historia de corrupción, viene el desplome.

A la fecha, es el mayor escándalo de malversación de fondos del sistema escolar de EE.UU., pero la cinta no cae en la tentación y se cocina a fuego lento, con un Jackman brillante.

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