
Niño Cohete en su nuevo disco: “Es un álbum sobre los vínculos y las personas que pueden ser un hogar”
El grupo penquista acaba de publicar Donde las Serpientes Toman el Sol, en que profundiza su interés por el sonido ambient y la habitual referencia a la naturaleza. El cantante Pablo Álvarez se explaya con Culto sobre el proceso, el llevar una carrera desde región y la experiencia de telonear a Wilco.

“Fue bien natural”, detalla Pablo Álvarez, el cantante y compositor de Niño Cohete, cuando recuerda el momento en que el grupo comenzó a componer nuevo material. Tras un pausa de seis años, la banda se reunió en 2023, para una serie de shows. Allí, además de repasar su repertorio, brotó la chispa de la inquietud.
“Nos juntamos por el aniversario del Aves de Chile (2013), hicimos un par de conciertos. En ese proceso teníamos la inquietud de replantearnos un poco las canciones más antiguas. Y de a poquito empezaron a aparecer algunas canciones en todo ese proceso".
Entre ensayos, reuniones, y juntas, el grupo empezó a trabajar nuevo material. Habitualmente, Álvarez escribe, pero entre todos, el guitarrista/productor Cristián Dippel, el bajista Camilo Benavente, y el buen baterista Joaquín Cárcamo, le van dando forma.
La primera canción que terminaron fue Reverdecer. Rápidos, la incorporaron a su repertorio de directo, como en su show en M100, de diciembre pasado. “Incluso hay una versión en vivo que grabamos antes de ni siquiera pensar en hacer el disco. Está por ahí”, dice Álvarez.
Fue el primer paso para concretar el regreso discográfico, con Donde las serpientes toman el sol, el tercer álbum del grupo. Se trata de una colección de nueve canciones, totalmente inéditas, no se rescató ninguna idea, riff, o progresión de acordes de su primera época. “No hay nada reciclado”, dice Álvarez. Tampoco sobró material. Está todo lo que trabajaron. “Yo conozco gente y amigos músicos y músicas que tienen esa capacidad de hacer y hacer y hacer muchas canciones. Me impresiona mucho, pero a mí me cuesta, siento que me cuesta. Por eso me demoro caleta en hacer una canción”.
El álbum se grabó en Concepción, en el Estudio Cálido y con Cristián Dippel a cargo de la producción musical. Según Álvarez, en comparación con sus dos discos anteriores (Aves de Chile, 2013 y La Era del Sur, 2015), el proceso interno de trabajo fue muy similar, solo cambió el entorno. “En los discos anteriores siempre nos íbamos a un lugar a grabar. Nos recluíamos ahí, salíamos de nuestra rutina, convivíamos por dos semanas, nos llevábamos todo los equipos y grabábamos todo el disco ahí”.

A diferencia de lo mostrado en sus primeros discos, en este nuevo disco, Niño Cohete muestra un mayor interés por los sonidos ambientales. Las capas de ruido asoman en temas como Abedul, y en canciones como Humedal, hay segmentos en que los efectos generan una sonoridad más etérea.
Se trata de una transformación total respecto a sus primeros días, en que cultivaban una sonoridad más acústica, contrabajo incluido.
“En La Era del Sur, ya había un atisbo de eso. Yo creo que depende harto de lo que estamos escuchando. Últimamente, yo estaba escuchando mucha música ambient, entonces estaba súper pegado con eso. Y también tiene que ver con explorar otras sonoridades. Es entretenido igual la atmósfera y probar cómo los instrumentos pueden tomar otras texturas”, apunta Álvarez.
¿Qué escucha por estos días? “Estoy escuchando mucho un argentino que se llama Federico Durán. Bueno, también Greenhouse y músicos japoneses que no me sé bien los nombres ajajaja (ríe)”.
Un detalle habitual en la obra de Niño Cohete, son las referencias a la naturaleza. En este nuevo álbum se mantienen, con temas como Atardeceres, Crepitar, Viento del norte, Lo que ya planté, que mantienen la vocación del grupo por lo silvestre. Aunque la idea, dice Álvarez, es ir renovando ese enfoque.

“En este disco me vine a vivir como a un cerro y construí mi casa. Entonces, a medida que ha ido pasando el tiempo, de cierta forma vas encarnando un poco más esto. Y eso hace que se vayan revelando más cosas, lo que permite, pienso yo, que vayas profundizando. La naturaleza es una cuestión infinita, siempre hay cosas que ver y a veces hay cosas sutiles, que te permiten darte cuenta de todo”.
En la música chilena, el ambientalismo y el interés por la naturaleza han sido parte de la obra de grandes nombres. Ahí están La mañana y el Jardín, o El río donde va, de Los Blops. Aunque Álvarez comenta que solo conoce la inmortal Los momentos de aquel grupo que integrara Eduardo Gatti. “Solo he escuchado esa canción, a Los Blops no los he escuchado. Los voy a a escuchar, voy a poner atención”.
El álbum también incluye la instrumental Calypso. No es la primera creación de ese tipo en su carrera (ya está Vultur, de La Era del Sur), pero no es lo habitual. “Hay una inquietud general, como colectiva, de salirse de este formato de canción, estrofa-verso, y de hacer otro tipo de canción -apunta Álvarez-. Otra cosa que pasaba era que a veces empezábamos con cierta secuencia de acordes y tratábamos de hacer una canción cantada, yo trataba de crear alguna melodía o alguna letra, pero terminaba no pasando. Entonces, empezábamos a direccionar la canción de forma instrumental”.
El título del álbum, salió hacia el final de las sesiones de trabajo del disco, que en todo su proceso tomó casi dos años. “Al cerrar la etapa de creación de canciones y de música, empiezas a mirar el disco un poco más de lejos y empieza a mostrarte cosas -explica el cantante-. Nos dimos cuenta que el disco se refería al hogar en su amplio significado, no solamente el lugar físico de una casa, sino que sobre todo, los vínculos y las personas pueden ser un hogar. Y justo una amiga me contó sobre una frase antigua, que dice que construyas tu casa donde las víboras toman el sol. Entonces, nos hizo mucho sentido”.
Esa referencia al hogar también definió la portada del álbum. Ahí se ve una pequeña casa, como de adobe. Un poco remitiendo a otra época, a una calidez antigua. La casa en cuestión fue hecha por el artista lotino Gustavo Aburto, de Taller Lota.
“Él hace casas de cerámica, ese es como su rollo, se inspira un poco en las construcciones de Lota -explica Álvarez-. Él nos ayudó y nos prestó esas casitas, la de la portada, la casa de los dos singles. La agarramos, le sacamos fotos y la montamos ahí“.

-Ustedes residen en Concepción, no se trasladaron a Santiago como sí lo hicieron Los Bunkers o Los Tres. ¿Cómo ha sido llevar una carrera desde región?
-Claro, igual vivir en Santiago, en ese sentido, te facilita ciertas cosas. Los traslados, ahí estás más disponible. Pero Santiago no es tan lejos. Hoy en día con el mundo digital, todo se ha vuelto un poco más remoto y eso te permite hacer un trabajo desde otro lugar. Y siempre se puede viajar. Estás a una noche en bus, no es tan terrible. Y eso a cambio de vivir en una ciudad más pequeña, tener otra forma de vida un poco más de provincia, un poco más tranquila.
Fue en Concepción, donde Pablo Álvarez protagonizó un hecho más propio de las páginas policiales. Mientras concedía una entrevista, vía remoto, con su celular desde el Parque Ecuador, de Concepción, fue asaltado. El delincuente le quitó su móvil y lo amenazó con un arma.
Álvarez no recuperó el teléfono. Práctico, simplemente dejó pasar la situación. “No pasó nada después. Tampoco hice la constancia. No sé. Pensé que no valía la pena”, dice, escueto.
Días después vivió un momento especial. En una de sus últimas visitas a Santiago junto a la banda, participaron como número de apertura para el show de los estadounidenses Wilco, íconos del indie, en el Teatro La Cúpula. “Estábamos renerviosos igual, porque Wilco era una referencia que siempre está súper presente en todos los discos. Siempre los revisamos a la hora de trabajar. Y los conocimos y estuvimos un ratito, un saludo. Pero estuvo bacán, igual La Cúpula en un buen lugar, suena bacán. La gente fue súper receptiva, así que quedamos recontentos”.
En estos días, Niño Cohete se alista para presentar su nuevo disco Donde las serpientes toman el sol, con dos shows; este 19 de junio en el Teatro Oriente de Santiago y el 6 de julio en el Teatro Universidad de Concepción. “La idea es tocar todo el disco nuevo y también sumar canciones, obviamente, de los otros discos. Nos gusta mucho tocar el formato de teatro, creo que es una instancia bien especial, igual, para mostrar la música en vivo”.
Las entradas para ver a Niño Cohete están a la venta en Ticketmaster.
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