Culto

Weezer cierra a lo alto una de las mejores jornadas en la historia de Fauna Primavera

Los californianos presentaron un show cargado a sus temas más clásicos y la repasada a su inolvidable disco debut. Un momento que coronó un día que tuvo a Fother Muckers tocando con Javiera Mena; a El mató mostrando su conexión emocional con Chile; la plasticidad de Yo la tengo y la superlativa actuación de Stereolab.

Weezer en Fauna Primavera Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera

La fila de gente llegaba hasta casi Avenida del parque, a poco de la apertura de puertas pasadas las 15:00 horas. A pesar de programarse en un día de semana, el primer día del Fauna Primavera 2025 es uno de los más atractivos de su historia. Un Festival que ha consolidado su propuesta entre indie y rock alternativo que atrae a un público mayoritariamente juvenil y sub 40.

Casi como un guiño a la historia local, la apertura tuvo a los chilenos Fother Muckers en el escenario BCI. Un nombre que se ha hecho más venerado con el paso de los años como un nombre clave en el indie chileno. Por ello su set se concentró en sus clásicos, como Ola de Terror, Fuerza y fortuna, Explorador (un neoclásico del rock chileno coreado por la multitud) y para el cierre una sorpresa que a la vez resultó un guiño generacional; la invitación a Javiera Mena para tocar Otra era, la canción que da título a su disco de 2014, traducida a clave guitarrera. “Es una canción que nos gusta a todos”, explicó el guitarrista Héctor Muñoz a Culto. La presentación fue un buen apronte para el inminente nuevo disco de la banda a publicarse en los primeros meses de 2026.

Ira Kaplan, de Yo la Tengo Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera.

Los aplausos apenas bajaban cuando una intervención ruidista emergió desde el escenario Levis. La señal que marcaba el arranque del show de Yo la Tengo. Uno de los momentos llamativos de la jornada, esta vez, bajo el sol primaveral. El jueves por la tarde presentaron un memorable sideshow en el Parque de las Esculturas de Providencia, bajo una intensa lluvia. En el marco del festival interpretaron un set de canciones diferente, pero igualmente desaforado.

Desde la apertura con Big Day Coming, el sonido del trío mostró su plasticidad. La voz de Ira Kaplan se fundía con las notas largas de los teclados saturados, mientras James McNew alternaba entre guitarras, bajo y teclados. El pulso con swing de Georgia Hubley es una de las claves del grupo, más en temas como Sinatra Drive Breakdown o en su extensa interpretación para Nuclear war. La sección de ritmo, hipnótica y pareja, funciona como un lienzo en el que el grupo lanza su exploración tan atmosférica como ruidosa.

El mató a un policía motorizado en Fauna Primavera. Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera.

Luego, los argentinos El mató a un policía motorizado salieron a escena. Con un sonido cada vez más pulido, por el rodaje de los shows en directo de la temporada, los de La Plata ofrecieron un show pensado para el formato de festivales, con su material de rítmica convocante al baile. Con temas como Sábado y La noche eterna, los trasandinos volvieron a dejar en claro el arrastre de su propuesta emotiva e intensa en Chile. No pocos se dejaron llevar, pese al calor que caía sobre la explanada a media tarde e incluso algunos se animaron a pedir una canción más. “Ohhh dale El matooo”, cantaba el respetable, como si estuviera en la popular de una cancha en domingo.

Tras la celebración barrial de El mató, vino la música sugerente y poderosa de Mogwai. El combo escocés llegó al país con nuevo disco, The bad fire (2025), por lo que fue una buena chance de escuchar parte de ese material en su poderoso directo. De ese álbum interpretaron Fanzine Made of Flesh, God gets you back y Hi Chaos. La atmósfera intrincada y expansiva que entretejen los músicos, parece flotar ante el fondo de inspiración espacial que usan en el escenario. Hacia el final, la poderosa We’re no here sonó atronadora.

Mogwai en Fauna Primavera. Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera.

Para entonces, ya pasadas las 19:00 horas, ya era mucho más notorio el flujo de gente que llegaba al Festival para ver a los números estelares de la noche. Las zonas de barro en la explanada, huella de la fuerte lluvia que cayó la noche del jueves, ya se habían secado y el respetable hacía la fila para acreditar que era mayor de edad, lo que le habilitaba a pasar a la zona de barras.

El ambiente siguió a lo alto con James. El combo de Manchester mostró de entrada la vocación festiva de su música, deudora del post punk y la era madchester. Con dos kits de batería, fuerte sonido de bajo, el violín que aporta un sonido más crudo y los bailes del carismático Tim Booth, quien no dudó en bajar a cantar cerca del público. Detalle aparte las bellas visuales de inspiración naturista. El final con la clásica Laid, cerró un set energético.

Tim Booth, en un mar de gente. James en Fauna Primavera. Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera.

Pronto el espacio ante el escenario Levis se vio repleto. Era el momento para la presentación de Stereolab. Nombre capital en el indie, muy venerado en la escena local (de hecho, había varios músicos entre el público), era uno de los más esperados de esta edición, pues no venían hace 25 largos años. Y no defraudaron. Con una puesta en escena minimalista, sólo con fondos de colores en las pantallas, el show pone a la música en el centro, pese a que el set está cargado al material de su nuevo álbum, el buen Instant Holograms On Metal Film, publicado este año. Su ambición y desarrollo de una sonoridad emparentada con el pop barroco se desplegó en sus paisajes instrumentales, los cambios de beats dentro de una misma canción y el uso de diferentes colores tonales (entre el trombón, los órganos, distorsiones de guitarra, armonías poco convencionales a ratos, etc).

Lætitia Sadier, el carisma al frente de Stereolab, uno de los mejores shows del Fauna 2025. Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera.

La encantadora Lætitia Sadier se vio algo sorprendida por la entusiasta respuesta del público. Los aplausos sonaron apenas se encendieron las luces y el grupo entró al escenario. “Yes we love you -dijo Sadier-. Its all about love” antes de presentar Peng! 33. La música se desata en esa inexplicable alquimia entre la rítmica intrincada pero accesible y las tramas de sonido, como en The flower called nowhere. Stereolab no se impone por un sonido apabullante, prefieren claridad antes que potencia. Aun así su presentación no decae y crece en dramatismo, en una progresión bien trabajada. De lo mejor de la jornada.

Apenas se apagaba la estela de sonido de Stereolab arrancaba el número final de la noche. La presentación de Weezer, la segunda en nuestro país tras aquel inolvidable debut en 2019, estaba cruzada por la celebración de los 30 años del Blue Album, uno de los grandes discos debuts de la música popular. Por eso sonó contundente desde el arranque con My name is Jonas, la primera de ese disco. De inmediato se formó el habitual mosh en las primeras filas. También quedó en claro el sentido del espectáculo del grupo. “Chilee!”, saludó Rivers Cuomo, en medio de Perfect Situation. Aunque su discografía ha perdido brillo y ha tendido a mirar a lo exótico para trazar ideas (entre estas, por supuesto, un álbum de covers), otra cosa son sus poderosos shows en vivo.

Weezer en Fauna Primavera Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera.

En la gira sudamericana, el baterista habitual, Patrick Wilson pasó a tocar la guitarra eléctrica de apoyo, generando una pared de distorsión junto a los habituales Cuomo y Brian Bell. En la batería, el sillín fue ocupado por Josh Freese, recientemente despedido de Foo Fighters. El cambio se nota; el show gana en potencia e intensidad con 3 guitarras y Freese le imprime una mayor contundencia y pegada a los temas, en desmedro de ciertos detalles en los arreglos.

La primera parte del show brilló con material del Blue Album, como No one else, Surf wax America (donde el bajista Scott Shriner apoya en las vocecitas altas), In the garage, pero también con clásicos como Dope Nose, Hash Pipe (Rivers Cuomo escribió ambas la misma noche)e Island in the sun. Habitualmente incluyen algún cover y no fue la excepción, con su peculiar lectura para Enter Sandman, la canción más “Weezer” de Metallica. Luego el show siguió con un segmento de temas como Pink Triangle y Beverly Hills hasta llegar a la clásica Say it ain’t so, uno de los momentos más emotivos de la noche cerrada en el Parque Ciudad Empresarial. El set terminó con dos guiños a sus memorables primeros años; El Scorcho y Buddy Holly. Un final emotivo y contundente para una jornada que mezcló novedad, regresos que se sintieron frescos y shows que se comentarán durante mucho tiempo.

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