La Conference League es el tercer torneo de clubes en orden de importancia en el Viejo Continente. Los que concentran la mayor importancia y atención son conocidos en todo el planeta: la Champions League y la Europa League.

Sin embargo, como en cualquier competencia que se disputa en ese sector del mundo, y, en rigor, en todo el planeta, la definición entre el Betis y el Chelsea ponía en juego, por un lado, el honor de alzar un trofeo frente a millones de personas en todo el orbe y, por otro, muchos millones para engrosar la cuenta corriente del club ganador.

El millonario botín que se lleva el campeón de la Conference League

La repartición de beneficios es, por cierto, generosa: desde el inicio el certamen se conoce que el bono por alzar la copa es de siete millones de euros. El subcampeón se consuela con cuatro millones de la moneda comunitaria.

A esas cifras hay que añadir las que ambos clubes fueron acumulando por el brillante desempeño en el resto de la competición, solo por concepto de los premios que están contemplados en la misma estructura.

Según el desglose, el campeón acumula unos 15 millones de euros. Participar en la fase de liga asegura tres millones. El pozo aumenta con 400.000 euros por victoria y 133.000 por empate en esa ronda.

Españoles e ingleses siguieron sumando. Agregaron 800.000 euros por llegar a octavos, 1,3 millones por disputar los cuartos de final y 2,5 millones por meterse en la ronda de los cuatro mejores.

Aún así, el principal incentivo seguía siendo levantar el trofeo en Breslavia. Solo uno tuvo ese privilegio.