El presidente

Sergio Jadue
Foto: Photosport.


Mientras Sergio Jadue espera aún sentencia en Estados Unidos, como testigo protegido por el FBI, su figura vuelve a adquirir notoriedad con El Presidente. Los hechos son demasiado conocidos como para volver a repetirlos, pero vale la pena preguntarse, a pesar del tiempo transcurrido, si los actos de corrupción lo tuvieron como único culpable. Es el principal, pero no es el único.

En derecho existen autores materiales que ejecutan los ilícitos y también cómplices pasivos. En este caso, estos aún se mantienen como dirigentes activos en los clubes e incluso en el directorio de la ANFP. Además, y mientras se cometían las irregularidades, estos mismos hacían vista gorda y participaban de beneficios económicos que Jadue se encargaba de otorgar a sus clubes.

Conforme a los estatutos, el consejo de presidentes es la autoridad máxima y entre sus funciones se encuentra fiscalizar los actos del directorio y de su presidente. El no haber ejercido esta función a plenitud los transforma en cómplices pasivos.

Fallaron también los controles del Ministerio de Justicia, del IND y de la Superintendencia de sociedades anónimas deportivas, todos con competencias de fiscalización y control.

Mientras no se aclaren estas actuaciones u omisiones y algunos personajes permanezcan enquistados en el fútbol, la desconfianza del aficionado permanecerá.

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