El Deportivo

La otra cara de la balacera

En una actividad familiar realizada por la U fue herido, entre otros, Jonathan Riquelme, alias el Jolo, quien cumplió condena por robo a cajeros automáticos. El club explica la elección de los fanáticos. Asegura no tener acceso a los antecedentes penales. Ayer, Pablo Silva se reunió con Andrés Chadwick, ministro del Interior.

Jonathan Riquelme

Las cuatro balas que quebraron la tranquilidad del Centro Deportivo Azul (CDA) causaron estupor en Universidad de Chile. Dirigentes, futbolistas e hinchas del club se unieron para repudiar los hechos que dejaron a tres fanáticos estudiantiles internados en el hospital Barros Luco, en Gran Avenida. Ayer fueron dados de alta.

Pablo Silva, director ejecutivo del club, aseguró que la actividad familiar se realizó sin problemas: "Esta era una actividad familiar por motivo de vacaciones de invierno; la gente estaba esperando fuera del centro de entrenamiento, no podemos hacernos cargo por algo que no depende de nosotros".

Pero, ¿quiénes realmente asistieron al evento que organiza mensualmente la institución? En la lista de 76 individuos, visada por Felipe de Pablo, gerente de operaciones, figuraban hinchas con prontuario policial. Jonathan Riquelme, alias el "Jolo", registra una condena por robo de US$ 1,4 millones a cajeros automáticos, en 2013. Además, el herido se vio involucrado en una de las peleas más sangrientas que se recuerden frente a la Garra Blanca, en 2006, en el que un hincha albo quedó parapléjico, en un servicentro en Talca.

En Azul Azul explican que la selección de los escogidos para presenciar el entrenamiento abierto del equipo de Kudelka se ejecutó a través de solicitudes que fueron recibidas en el correo electrónico de la institución. Luego de revisar a los candidatos, y de percatarse que no tuvieran el derecho de admisión, se permitió el ingreso al CDA: "Ese grupo de San Ramón hizo la solicitud para participar de la actividad. Ninguno de ellos tiene el código 101 ni el 102. Estaba todo en orden", dicen desde La Cisterna.

Riquelme, por su parte, se defiende de las acusaciones en su contra: "Cometí un par de errores en el pasado, pero ya llevo ocho años reinserto. Pertenezco a una asociación de fútbol; tengo series infantiles, juveniles y de adultos (...) No se me pasó nada por la cabeza en cuanto a un ajuste de cuentas", dijo a Radio ADN.

En la concesionaria afirman que desconocen las condenas de los empadronados de la institución: "A los particulares no se les permite tener la información sobre la condena de un individuo. Sólo la policía y la PDI puede tener acceso a esa información", se defienden desde el equipo laico.

Lo cierto es que el diputado Matías Walker, integrante de la Comisión de Deportes y uno de los redactores de la última Ley de Violencia en los Estadios, está en desacuerdo: "Me dicen que parte de los heridos eran barristas que tenían antecedentes policiales. Es súper importante que los dirigentes dejen de tener a hinchas que ya han presentado problemas, que no los tengan más como interlocutores. Hay que tratar a todos los hinchas por igual. ¿Por qué estos hinchas estaban en el entrenamiento y no también los que van siempre al estadio", explica.

Para el parlamentario, Azul Azul no debe tranzar y debe condenar todo tipo individuos que presenten antecedentes de riñas o conflictos: "Los antecedentes penales son reservados, pero si al club le consta que un hincha o barrista ha participado en hechos de violencia tiene todo el derecho a aplicar el derecho de admisión. Después la persona afectada podrá reclamar y todo lo que quiera, pero el club puede tomar la decisión sin tener los antecedentes penales".

Desde Estadio Seguro afirman que las planillas que reciben a diario no consignan las condenas de cada individuo que se asocia a un determinado club. Para poder tener acceso a ese tipo de detalles se debería hacer una reforma constitucional, ya que los datos son absolutamente privados.

Ayer, Pablo Silva se reunió con Andrés Chadwick, ministro del Interior, para entregar detalles del violento suceso.

En relación a la investigación, Marcelo Apablaza, fiscal a cargo de la investigación, aseguró que no existen antecedentes para comprobar que los responsables eran barristas de otro club, tal como afirmó el portero Johnny Herrera: "No existe ningún antecedente concreto para establecer mediante alguna imagen que podrían pertenecer a un grupo rival deportivo", comentó. "El motivo de esa situación se desconoce, en particular. Y de que existieran personas con vestimenta o señales de otro club deportivo también se descarta", complementó. "Lo cierto que se puede establecer es que un sujeto, probablemente acompañados por terceros, cuyo número se está determinando, efectuó disparos a tres personas que resultaron lesionadas y hay evidencia balística de cuatro disparos", añadió.

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