La Roja y Nicolás Córdova contra la pared: Chile se juega el Mundial ante Egipto
La derrota frente a Japón dejó en una incómoda posición al combinado nacional. Ya un hecho, por ejemplo, que el anfitrión tendrá que salir de Santiago si avanza de fase. El entrenador debe lidiar, además, con dos bajas claves.

La Roja y Nicolás Córdova están contra la pared. La caída frente a Japón, inobjetable desde el punto de vista de la superioridad de los asiáticos, deja al anfitrión del Mundial Sub 20 en una situación incómoda: mirar la calculadora para proyectar sus posibilidades de avanzar a los octavos de final. En esa instancia se inscribirán los dos mejores de cada grupo y los cuatro mejores terceros. Ninguna de esas plazas está asegurada para el dueño de casa.
"Es un partido de fútbol que tenemos que salir a tratar de ganar. Se juegan dos años de trabajo. Como todos los días, nos jugamos cosas“, admitió Nicolás Córdova después del revés ante los orientales. También describió a Egipto, la escuadra ante la que, literalmente, Chile se juega el Mundial. ”Rival físico. Con Japón estuvieron muy atrás. Con Nueva Zelanda salieron más. Son rivales complejos. Esto se define por detalles", consideró.
Al margen de las consideraciones futbolísticas, la preocupación, ahora, es matemática. El equipo nacional tiene tres unidades. Figura en el segundo puesto del grupo A, detrás de Japón, gracias al triunfo sobre los oceánicos en el debut. En esa condición, un triunfo sobre los africanos le dará la clasificación como segundo del grupo, si Nueva Zelanda no vence a los nipones, o como uno de los mejores terceros si los All Whites se anotan con un auténtico batacazo y derrotan a los asiáticos.
Los problemas comienzan con los otros resultados posibles. En caso de una igualdad ante Egipto, la Roja tendrá que esperar que Nueva Zelanda no gane para terminar en la segunda casilla. Un triunfo de los neozelandeses revuelve el naipe y obliga a revisar quiénes se posicionarán entre los mejores terceros. Una nueva caída y una victoria o un empate de los oceánicos sería fatal, pues sentenciaría la eliminación del dueño de casa. Si Nueva Zelanda pierde, habrá que revisar la diferencia de goles.
Las dudas no son solo numéricas. Las hay, también, en torno al funcionamiento del equipo nacional. En la antesala de la decisiva jornada, la principal preocupación es la falta de contundencia ofensiva, considerando que ese aspecto será clave para definir la clasificación. La conclusión es preocupante: Chile ha marcado apenas dos goles, ambos ante Nueva Zelanda. El ‘detalle’ es que ninguno de los tantos ha sido aportado por un delantero: anotaron el volante Lautaro Millán y el defensor Ian Garguez.
Las miradas se posicionaron sobre dos elementos: el diseño táctico de Córdova, que opta por un delantero nominal, teóricamente apoyado por cuatro volantes y el rendimiento de Juan Francisco Rossel, precisamente quien ocupa la plaza de ariete. Al margen de que la disposición táctica no se tradujo en lo absoluto en el volumen ofensivo que proyectaban el entrenador y sus asistentes, hay quienes observan que el cruzado no se siente cómodo lidiando recurrentemente con los centrales, generalmente de espaldas al pórtico, y que su mayor potencial lo despliega llegando desde atrás, con el arco rival de frente. Precisamente, porque le saca mejor provecho a su potencia y velocidad.

Bajas sensibles
La Roja no solo sufre por los resultados o por la falta de gol. Frente a los Faraones no contará con dos de las principales figuras: el defensor Matías Pérez y el volante Emiliano Ramos. Ambos sufrieron la misma lesión en el choque ante Japón: desgarro de bíceps femoral. En ambos casos, la dolencia los margina del resto del Mundial.
En ese escenario, el estratega tendrá que echar mano a las alternativas. En la defensa, recurrirá al hispano Milovan Celis. Como carrilero izquierdo, optará por Rodrigo Godoy.
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