Antes de iniciar la reunión de emergencia Covid-19 de ayer, Salud ya manejaba “en carpeta” varias propuestas que, de implementarse, tenían que ser visadas por el Presidente Sebastián Piñera. Luego de varios días con los contagios por sobre los cinco mil -cifra que hoy bordeó los seis mil- y de constatarse que el aumento de casos correspondía, derechamente, a un rebrote de la enfermedad, “tal como sucedió en Europa durante la segunda ola, después del verano”, destacan, es que se definió aplicar un ”apretón para la última milla” de la pandemia.

El escenario es complejo. Según ha dicho el coordinador de camas UCI del Minsal, el doctor Luis Castillo, con la demanda de camas UCI al alza y un proceso de vacunación progresivo, “aún nos quedan cerca de 60 días de ‘pandemia activa’, esto significa un período de mucha presión asistencial”. Sesenta días que justo en su medio tiempo tiene un hito político relevante: la elección del 10 y 11 de abril de constituyentes, alcaldes, concejales y gobernadores.

De hecho, el ministro de Salud, Enrique Paris, anunció que, a propósito del retroceso a Transición y el endurecimiento del toque de queda, “habrá un gran despliegue de fiscalización para el cumplimiento de estas medidas (...). Pero lo más importante es que en esta etapa, en que estamos en ‘la última milla’, seamos capaces todos de contribuir para que podamos avanzar rápidamente y podamos reencontrarnos con nuestras familias y abrazarnos”.

¿La razón? El ritmo de vacunación contra el coronavirus -reconocido a nivel mundial por los estadísticos de Our World In Data de la Universidad de Oxford- es uno de los aspectos que más han celebrado el mismo Mandatario -tanto en privado como en público- como el ministro Paris.

“Es ese esfuerzo el que no se quiere tirar por la borda”, explican quienes conocen las razones tras la decisión de retroceder en bloque la Región Metropolitana, fórmula que ya se había aplicado en diciembre, cuando la capital fue vista como una sola unidad epidemiológica-territorial, medida que en ese entonces fue celebrada por los expertos.

Restringir ahora en marzo -y aunque la Fase de Transición no implica cuarentena total- debería reducir la movilidad durante los fines de semana, a la vez que desincentiva la concurrencia a bares y restaurantes, tras la imposición de un cierre anterior al horario del toque de queda, a las 20 horas, durante la semana.

Ese escenario permitiría capear con cierto margen las próximas dos semanas el peak que se espera en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) por casos Covid-19, una disminución “discreta” de los contagios de aquí a cuatro semanas, a la vez que se continúa lo más rápido posible con el plan de vacunación. El plan apunta a alcanzar los cinco millones de personas vacunadas a marzo, lo que permitiría tener a casi un tercio de la población inoculada ad portas de un nuevo hito eleccionario masivo, como es la elección de alcaldes, concejales, gobernadores y miembros de la convención constitucional.

Pero también el factor político de la proximidad de la megaelección estuvo en consideración. Aunque hay parlamentarios que de manera reservada plantean que se debiera evaluar un cambio en la fecha de los comicios, lo cierto es que al menos hasta hoy en La Moneda tienen la decisión tomada de que estos se realicen en los días ya fijados, el 10 y 11 de abril.

En ese sentido, según fuentes consultadas en Palacio, la apuesta al aplicar medidas más restrictivas ahora es que de aquí a las elecciones de abril la pandemia esté más controlada y con menos casos activos, apostando a que el rápido ritmo del proceso de inmunización seguirá manteniéndose. En ese sentido, las mismas fuentes sostienen que “no hay dudas de hacer las elecciones” en la fecha estipulada y que se está trabajando para eso.

Además, en Palacio agregan que, de continuar comunas en cuarentena, se debería permitir, tal como ocurrió en el plebiscito de octubre pasado, que las personas puedan asistir a votar sin permiso especial, sino solamente con su rut.

52 comunas a Transición

Sin embargo, hasta la noche del miércoles no había certeza del endurecimiento de las medidas. Durante esa jornada, altos personeros de la cartera sanitaria comentaban que “no está considerado un retroceso general”, pues debía hacerse un análisis por comunas, una a una, durante la reunión del jueves.

Pero el análisis fue tajante: ayer, solo la capital registró 1.757 nuevos casos, la peor cifra desde el 5 de julio pasado. Y según los últimos informes epidemiológicos, la tasa de casos activos -entre confirmados y probables- de la región se ha elevado, con cerca de 150 contagiantes cada 100 mil habitantes. Como referencia, cuando ese índice ha estado por sobre 200 casos, ha implicado “cuarentena segura”.

Quienes conocieron mayor detalle de la reunión, señalan que según los indicadores epidemiológicos eran apenas dos o tres las comunas que podrían haberse “salvado” de la cuarentena, por lo que “no tenía mucho sentido” mantenerlas en la Fase de Preparación, argumentan. A eso se sumó el empeoramiento de algunos indicadores, como la rapidez de los contagios y la incidencia de casos por comuna.

Sobre la mesa, y entre las otras propuestas de Salud, estaba dictaminar la suspensión de cirugías electivas -que en el decreto pasado quedó a discreción de cada centro de salud- para favorecer la reconversión de camas y el aumento de los cupos UCI. También se evaluó la continuidad del permiso de vacaciones, que permite moverse entre comunas en Fase 2, lo que podría dar una señal equívoca a la vez que se quieren reducir los contagios. Sin embargo, no se aplicaron cambios en dichas materias.

En la mesa estaba presente el ministro de Economía, Lucas Palacios. Si bien entre los presentes señalan que advirtió -como usualmente lo ha hecho en otras reuniones- que algunas de estas medidas podían ser “perjudiciales para la economía” -como el cierre de casinos y gimnasios, además de imponer un cierre dos horas antes del toque de queda al comercio y restaurantes-, no manifestó mayor resistencia, pues el Mandatario se aseguró de recalcar que la mayoría de estas medidas serían por un período acotado, de tres semanas, hasta fines de marzo.

Esta mañana, y en entrevista con Radio Pudahuel, Piñera fue enfático: “Claro que tenemos un rebrote. No nos sorprendió, porque por eso habíamos preparado el plan de vuelta de vacaciones, el Plan Otoño”.

Así, el jefe de gobierno agregó que “espero que esto (rebrote) sea corto por dos razones: en primer lugar, porque tomamos muchas medidas restrictivas y, en segundo lugar, está el proceso de vacunación que nos va a cuidar”.