Tarantino y su talón de Aquiles: las mujeres maltratadas de su cine

Margot Robbie interpreta a Sharon Tate en Había una vez en Hollywood.

El director se enojó hoy en Cannes cuando le preguntaron por qué le dio tan pocas líneas de diálogos al personaje femenino de su filme Había una vez en Hollywood, que se estrena el 22 de agosto en Chile. En rigor, las mujeres siempre han sido carne de cañón en sus películas.


Le dispararon donde más le complica: las mujeres. Y le duele porque nunca las ha tratado demasiado bien. Hacia el final de la conferencia de media hora que Quentin Tarantino y el resto de las estrellas de Había una vez en Hollywood ofrecieron esta mañana en el Festival de Cannes, el realizador comenzó rápidamente a perder la sonrisa de su cara. En los 30 segundos que se tomó la periodista de The New York Times en preguntarle al cineasta por qué le había dado tan pocas líneas de diálogo al personaje de la actriz Margot Robbie, el rostro de Tarantino pasó de la serenidad al odio. La respuesta fue corta y clara, quizás para no echarle más bencina al fuego de la ira: "Bueno, yo rechazo su hipótesis".

Margot Robbie, sentada a su lado izquierdo, trató de ser un buen apagaincendios y buscó equilibrar el clima de la conferencia de la mejor manera que pudo. En la película interpreta a la actriz Sharon Tate (1943-1969), asesinada por la pandilla de fanáticos de Charles Manson cuando tenía ocho meses y medio de embarazo de un hijo del cineasta Roman Polanski. "Pienso que durante los momentos en que estoy en pantalla honro a Sharon (Tate)", dijo Robbie. Y agregó: "Pienso que su tragedia fue la pérdida de la inocencia. Y mostrar los maravillosos lados de su personalidad se podía hacer sin hablar. Siento que tuve una gran cantidad de tiempo para explorar el personaje sin los diálogos. Rara vez me pasa en las películas".

Al lado derecho de Quentin Tarantino estaban nada menos que Leonardo DiCaprio y Brad Pitt, los dos protagonistas de esta historia sobre un actor y su doble intentando encontrar la mejor vida posible en un Hollywood que cambia. La cinta, que se estrena en Chile el 22 de agosto, es la novena de Tarantino y llega a 50 años de los trágicos acontecimientos que terminaron con la vida de Tate y cuatro personas más el 9 de agosto de 1969. La actriz y esposa de Roman Polanski recibió varios tiros y fue apuñalada al menos 16 veces.

Aunque los personajes de Di Caprio (Rick Dalton) y Brad Pitt (Cliff Booth) son los centrales, Tarantino ha dicho en otras oportunidades que Sharon Tate marca "el ritmo vital" de la historia. Es un ritmo curioso y sangriento, pues es básicamente una mujer que terminó noqueada, acribillada y amarrada por el cuello junto a su peluquero Jay Sebring en el living de su mansión de Los Angeles.

Mujeres: carne de película

Si se revisan las películas de Quentin Tarantino no es difícil encontrar mujeres maniatadas o maltratadas. Forman parte de su inventario. Y si no la pasaron mal en la ficción, lo pasaron mal o peor fuera de la ficción, en el rodaje. Quizás a partir de ahí se entiende el rostro del realizador cuando alguien le insiste sobre el "tema femenino" de sus filmes.

El caso más célebre es el de Uma Thurman, una de las actrices fetiche del director, protagonista de Pulp fiction (1994), que le dio la Palma de Oro en Cannes. En febrero del 2018 la actriz reveló a The New York Times que durante el rodaje de Kill Bill sufrió un accidente automovilístico casi fatal y que le había dejado un daño recurrente en su cuello. Lo peor es que esto se podría haber evitado fácilmente si es que Tarantino no hubiera insistido en que Thurman hiciera sus propias escenas escenas de acción, sin dobles.

Meses después, el realizador reconoció en su cuenta Instagram que el episodio con la actriz había sido uno de "los grandes errores" de su vida". Tales hechos sucedieron en plena efervescencia del movimiento #MeToo, poco después de las acusaciones de violación y acoso contra Harvey Weinstein, el mejor amigo de Tarantino en Hollywood y productor de todas sus películas a excepción de Había una vez en Hollywood, en que por razones obvias no participó.

Siendo amigo de Weinstein es difícil salir indemne de las eventuales acusaciones que han caído sobre el productor y Tarantino está más que "salpicado" al respecto. En aquella misma entrevista de febrero del 2008 de The New York Times donde se refería al accidente en Kill Bill, Thurman revelaba que Harvey Weinstein intentó violarla a mediados de los años 90 en el Hotel Savoy en Londres, la época de Pulp fiction. En el mismo periódico, la actriz keniata Lupita Nyong'o había escrito unos meses atrás que el productor de Tarantino había procedido de similar forma con ella mientras estudiaba en la Universidad de Yale.

Es probable que la condición de "musa" de Tarantino haya superado a Uma Thurman. Ya en el año 2004 y después de que Tarantino comparara su relación con ella con la que Alfred Hitchcock tenía con la actriz Ingrid Bergman (una de sus favoritas), la actriz dijo a la revista Rolling Stone: "Por qué Quentin me hace estas cosas? Siempre me está machacando, cubriéndome de barro y haciendo que me disparen en la cara con una escopeta. ¿Qué diablos es esta mierda? Dice que me quiere, ¿pero qué tipo de amor es ese?".

La lista de las chicas masacradas en el cine de Tarantino es larga.

En su anterior filme Los ocho más odiados, Jennifer Jason Leigh, la viperina fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Lee) era baleada por el sheriff Mannix y posteriormente mandada a colgar de las vigas de la cabaña por el veterano de la Guerra de Secesión Marquis Warren (Samuel L. Jackson).

En Kill Bill, la novia (Uma Thurman) le quitaba el único ojo que le quedaba a Elle Driver (Daryl Hannah).

En Django sin cadenas, el malvado Calvin Candie (Leonardo DiCaprio) tortura psicológicamente a Bromhilda von Shaft (Kerry Washington), con un cráneo en una mano y un martillo en la otra. Para la pobre empleada de color, el golpe del martillo en su propio cráneo era cuestión de segundos.

Y en Jackie Brown, donde una mujer (interpretada por Pam Grier) era la más inteligente del grupo, Tarantino no pudo evitar su dosis de sadismo: Robert De Niro le pega varios tiros mortales a Bridget Fonda sólo porque hablaba demasiado.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.