
Beatriz Sánchez (FA): “Decían que íbamos a ser sólo un satélite del PC, pero fracasaron en sus pronósticos”
La convencional constituyente electa celebra la posición en la que quedó su coalición tras las elecciones y sostiene que tendrán la responsabilidad de ser los articuladores del sector en esa instancia. Asimismo, llama a todos los sectores a dialogar y buscar acuerdos. “Quienes se parapeten en lo que piensan van a quedar aislados”, dice.

Dos son las razones que repite la hoy convencional constituyente del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, para manifestar que hoy mira este proceso con “esperanza”: que ningún sector político logró obtener el tercio necesario para tener “poder de veto” y que la composición de ese órgano será “lo más parecida a Chile que hemos tenido nunca”.
En ese sentido, la excandidata presidencial del FA sostiene que el diálogo será obligatorio y que ningún sector, ni de derecha ni de izquierda, tendrá la oportunidad de derribar los acuerdos.
¿Por qué el castigo a los partidos tradicionales pareció no tocar al PC ni al FA?
Fuimos en un pacto con el PC en el que también había independientes y organizaciones. Eso hizo un cambio. No puedo hablar mucho por el PC, pero tengo una lectura de lo que nos pasó a nosotros y tiene que ver no solo con que seamos nuevos, sino que también venimos levantando ciertas banderas que hoy son sentido común. Nos formamos en 2017, corrimos el cerco de la conversación y hoy estamos cosechando algo que se sembró ahí.
¿Fue el giro correcto, entonces, que el FA se inclinara hacia el PC?
Mirando todos estos resultados, sí, absolutamente. Muchos dijeron que no era la alianza correcta, que íbamos a ser solo un satélite del PC y todos fracasaron en sus pronóstico. Hablaban de una subordinación al PC y los resultados muestran que no es así. No solo es una alianza correcta respecto de un proyecto de país, sino que, además, no significaba en ningún caso subordinarnos al PC. Tenemos identidades distintas.
Pero usted nunca estuvo a favor de eso, estaba por la amplitud...
Son cuestiones distintas. Una cosa es ir construyendo mayorías que tienen objetivos grandes y otra cosa son los pactos que puedes hacer a propósito de coincidencias más programáticas y más profundas.
¿Le deben al PC el revival del FA?
A lo mejor de tanto leerlo uno cree que es así, pero viéndolo en la realidad no hubo un revival del FA. Nunca estuvimos muertos. Lo creímos, porque nos dijeron tantas veces que estábamos muertos. Esto es fruto del trabajo y las elecciones no son casualidad.
“A diferencia de Jadue, Gabriel no tiene miedo a pagar costos por sus convicciones”.
¿Y cómo el PC, un partido tradicional, se pudo escapar de esta crisis?
El PC ha estado estos últimos años en la institucionalidad, pero siempre ha estado un poquito más fuera. Ellos manejan muy bien esto de estar como en la calle y en la institucionalidad, como una pata en cada cosa. Quiero decir que muchos estuvimos siempre con la idea del cambio constitucional y después del estallido nos tocó pagar costos, como estar en ese acuerdo, el mismo Gabriel, que a diferencia de Jadue, no tiene miedo a pagar costos por sus convicciones.
¿Y esa dualidad (calle-institucionalidad) la hacen mejor que el FA?
No lo sé. Nosotros surgimos de organizaciones sociales, parte de los diputados que tenemos vienen del movimiento estudiantil, ambientales.

Las elecciones marcaron la irrupción de los independientes. ¿La diversidad en la convención puede dificultar los acuerdos?
Veo todo esto con harta esperanza, porque no hay un sector que tenga esa mayoría para buscar derribar los acuerdos. Esto obliga a dialogar y a conversar. Todos los sectores que queremos cambios estamos en la misma página, entonces se va a poder avanzar de una súper buena manera, para construir la Constitución de la dignidad.
¿Y ese llamado también lo hace a quienes han dicho que no van a hablar con los partidos, como algunos en la Lista del Pueblo?
No me gusta esto de los llamados públicos. Los sectores más extremos, de un lado y de otro, quienes se parapeten en lo que piensan, van a quedar aislados. La sensación general es de conversación.
Pero ya hay instalado un clima “antipartido” y “antipolítica tradicional”. ¿Cómo ve que será eso en la convención?
Me ha tocado estar en conversaciones, informales, con distintas compañeras, porque hay un encuentro feminista, en un WhatsApp, entonces lo primero va a ser encontrarnos en distintos temas.
¿Y estrechar lazos con quienes han expuesto su antipartidismo?
Lo principal es abrir todas las puertas y las ventanas al diálogo, es muy importante eso, mostrarse muy disponibles a la conversación. Y también reconocer sus propios espacios de deliberación y políticos.
¿Esos sectores más extremos dónde los ve?
Los veo más en la derecha. Con personas que están muy parapetadas en lo que son, lo que representan, en no entender muy bien lo que ha pasado, ni creérselo tampoco.
“Con la gente que he conversado de la Lista del Pueblo todos dicen que están súper disponibles para conversar”.
¿Y en la izquierda?
Sí... Lo que pasa es que ahí me pierdo un poco entre quienes son constituyentes electos y quienes son voceros, a cuántos representan, a cuántos no. Eso recién lo vamos a conocer cuándo veamos el despliegue de la convención.
Personeros de la Lista del Pueblo lo han dicho...
Lo que pasa es que con la gente que he conversado de la Lista del Pueblo todos dicen que están súper disponibles para conversar. Con la gente que he conversado están súper disponibles entendiendo que tienen sus lógicas, que se deben a sus propias organizaciones de base, pero todos tienen el ánimo de establecer diálogo.
¿Va a haber un enfoque en Apruebo Dignidad para articular con ellos? Si se suman llegan al tercio.
Como FA tenemos una misión de tener un rol lo más articulador posible, porque queremos que la convención avance para lograr los cambios que la gente quiere. Si de algo estamos convencidos, yo particularmente, es que las personas no solo tenían un concepto muy acabado de lo que era la Constitución, sino que, además, entendían que se abrió esta ventana para cambiar estructuralmente por primera vez las cosas.
¿Pero no será difícil cumplir ese rol con un sector que los critica?
La gran mayoría y el tercio completo no lo tiene ningún sector y eso es muy decidor. Eso marca la obligación de conversar.
¿Pese a que representarían a quienes funaron a políticos, como a usted?
De todas maneras, imagínate si uno se quedara un poco pegado ahí... Nos pasó a mí, a Gabriel, en momentos muy específicos. No me arrepiento ningún segundo de haber apoyado, desde lejos, ese acuerdo. Lo pasado quedó atrás.
¿El PC al no firmar el acuerdo del 15 de noviembre tiene el camino más fácil para llegar a ese sector?
No sabría responder eso.
El FA acordó una primaria con el PC. ¿Es suficiente para construir gobierno?
Lo que pasó ya pasó y doy vuelta la página. Es de público conocimiento que desde hace harto rato vengo impulsando una unidad opositora porque no quiero un gobierno de derecha de nuevo.
¿Pero aún hay margen para tener un gobierno conjunto?
Sigue existiendo espacio para seguir construyendo. Siempre hay espacio, sobre todo con un proceso constituyente en marcha, todo lo que tenga que ver con programa, planteamientos, está muy sobre la mesa.
Lo que dinamitó la primaria de la izquierda fue el veto de CS y el PC hacia el PPD y el Partido Liberal. ¿Cómo vio eso?
Desde antes siempre me había hecho mucha ilusión con que el PS rompiera su trato histórico con la DC y se acercara a una raíz más histórica de izquierda. Hay una serie de versiones y en eso no me voy a meter.

¿Qué gestiones hizo para revertir eso?
Doy vuelta la página.
El partido de Boric no respaldó su opinión ese día. Como excandidata presidencial del FA, ¿cree que hay poco cuidado en CS con su figura?
Diría que no. Gabriel no solo es nuestro candidato presidencial, sino que también es uno de los referentes máximos del FA. Es uno de los fundadores.
Pero no es la primera vez que su partido no lo respalda, ya le ocurrió en el acuerdo...
Quizás el mismo hecho, y ahí hablo por experiencia propia, de representar a más que tu partido haces que tomes decisiones que representan a un colectivo más amplio, que responden a algo más republicano. Y a veces eso excede los límites de tu propia colectividad, porque estás intentando representar algo más grande. Eso no es fácil de digerir ni de procesar.
Es una situación distinta a la suya. Él es militante, usted es “frenteamplista”...
Quizás por eso es más difícil para Gabriel.
¿Teme que lo dejen solo?
No, lo que sí es que estamos en una carrera contra el tiempo, todo ha sido demasiado rápido. Eso ha sido más difícil, lo otro no.
Cuando decidió no ir a la presidencial, una de las razones era por el abandono de los partidos. ¿Eso no le puede pasar?
El camino de la candidatura presidencial es súper rudo, he hablado harto con Gabriel y todos lo acompañamos. Para mí esta militancia siempre ha sido más compleja, porque tienes el apoyo, pero el cobijo de ninguno. En el caso de Gabriel tiene el cobijo propio, pero su desafío es representar algo más que eso.
Eso ya le ha abierto flancos.
La representación de colectivos más grandes siempre es desafiante.
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