Día de la Tierra: El compromiso de la comunidad USS para cuidar el planeta

Estudiantes de la sede Bellavista de la U. San Sebastián en un reciente operativo de recolección de basura en el cerro San Cristóbal, en Santiago.

La Universidad San Sebastián ha reconocido su compromiso con el desafío climático, sumando en sus áreas de investigación como dentro de la comunidad estudiantil diversos proyectos para aportar en este cambio. Instalación de paneles solares, limpieza de parques y equipos investigadores del hidrógeno verde son ejemplos de estas acciones concretas. En el marco del Día Internacional de la Madre Tierra, los protagonistas de este compromiso ecológico relatan la importancia de tomar conciencia y pasar a la acción.



Fue hace ocho años cuando Luis Vallejos tuvo una duda que cambió su vida. Era verano, antes de cursar séptimo básico, y estaba de vuelta en la playa de Papudo que acostumbra a visitar con su familia. Caminando por la orilla, el joven empezó a ver que el nivel del mar aumentaba. Sin una respuesta en su poder, se cuestionó a qué se debía ese fenómeno. Se demoró poco en googlear e investigar el porqué, descubriendo que los polos se estaban derritiendo a causa del aumento de la temperatura del planeta. En ese minuto, sentía que tenía qué hacer algo, pero no sabía qué ni cómo.

Hoy, con 20 años, Luis cursa segundo año de Ingeniería en Energía y Sustentabilidad Ambiental en la U. San Sebastián (USS), luego de decidir ser un agente de cambio. No solo espera titularse para aportar con nuevas ideas y formas de cuidar el planeta, sino que ocupa su tiempo libre para sumar a otros al desafío climático. Actualmente, es el coordinador general “Hidrógeno Verde”, un grupo universitario dedicado a difundir los avances de esta energía limpia, además de sus funciones en la Federación de Estudiantes de la USS, donde asumió como director del área de Medio Ambiente y Sustentabilidad.

Luis Vallejos expone sobre la energía hidrógeno verde a alumnos en Licantén, en la región del Maule.

Luis Vallejos pertenece a la llamada Generación Z, aquellos nacidos entre 1995 y 2004, que a su corta edad están preocupados por el cambio climático y hacen todo lo que puedan por difundir el mensaje. Esta nueva generación, que ya estudia en la universidad, ha buscado demostrar que la responsabilidad para revertir un problema transversal está en nuestras manos, educando y buscando formas de incentivar la sustentabilidad y el cuidado de los diversos ecosistemas. Acciones que toman mayor sentido de cara a una nueva conmemoración del Día Internacional de la Madre Tierra este 22 de abril, fecha instaurada por Naciones Unidas en 1969, y que cada año se vuelve un punto de reflexión frente al complejo panorama que vive el mundo.

El trabajo de hablar sobre el hidrógeno verde lo ha llevado desde estar en un pequeño colegio en Licantén, en la región del Maule, hasta ser la única agrupación universitaria en estará presente en el H2 Latam Summit 2022, primera cumbre internacional sobre esta energía. Luis no está solo en este sueño, lo acompañan otros estudiantes USS, que han levantado iniciativas, con la elaboración de proyectos apoyados por la institución.

Sebastián Rivas (21) también estudia Ingeniería en Energía y Sustentabilidad Ambiental, y es el coordinador general del Centro de Estudiantes de la carrera y lidera el voluntariado encargado de recoger residuos en el Parque Metropolitano del Cerro San Cristóbal, una actividad semestral para retirar la basura que dejan los visitantes que comenzó en 2020. En asociación con el parque, realizan el mismo recorrido que usualmente hacen los visitantes, viendo cómo los residuos siguen presentes a pesar de los esfuerzos. Solo en la última jornada de limpieza retiraron gran cantidad de botellas de vidrio, latas, plásticos y otros tipos de basura.

Voluntariado estudiantil de la sede Bellavista USS se encargan de recoger residuos en el Parque Metropolitano del Cerro San Cristóbal.

También hay otras acciones que buscan acercarse a la comunidad estudiantil. Esta semana, tras postular con un grupo de estudiantes de su carrera a los fondos concursables que lanza la Unidad de Asuntos Estudiantiles USS todos los semestres, enfocado en la instalación de una zona de carga limpia en la universidad a partir de paneles solares. “Es un gran paso de lo que podemos construir como estudiantes”, afirma Sebastián.

Luis Vallejos, en tanto, cree que toda la formación profesional debe tener un carácter ecológico: “No nos sirve que existan solo ingenieros ambientales preocupados del medio ambiente, sino que esta consciencia tiene que estar presente en quienes ejercerán la pedagogía, la medicina y cualquier otra profesión”.

Misma posición comparte Sebastián Rivas: “Los universitarios cumplen un rol clave en la sociedad en la tarea de salvar el planeta. La conciencia ambiental debe estar presente en la formación de las personas para saber cómo contribuir con un mundo carbono neutral”.

“No hay planeta sin investigación”

Ariel Valdés, biólogo ambiental y docente investigador de la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño USS, comparte plenamente las acciones ambientales de los estudiantes. De hecho, el académico cuenta que desde que fue scout a corta edad ha participado en diferentes ONGs ligadas a la protección del medio ambiente y la conservación de la biodiversidad. Ariel cree que son las nuevas generaciones las que darán avances concretos. “Hay que darles la oportunidad para que expresen cuáles son los elementos importantes en el desarrollo humano y la protección del medio ambiente”, dice el académico.

Sebastián Rivas, estudiante de Ingeniería en Energía y Sustentabilidad Ambiental; y Ariel Valdés, biólogo ambiental y docente investigador de la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño USS.

Valdés ha visto de cerca cómo la USS ha venido creando espacios para que los estudiantes puedan desarrollar proyectos y grupos de discusión, no solo de carreras ligadas a lo ambiental, sino sumando a la Federación de Estudiantes y a la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio (VcM). Además de los proyectos mencionados, VcM está apoyando proyectos como la Feria de Electromovilidad; el de Gestión de los Residuos del campus Bellavista USS y Punto de Carga Limpia (proyecto fotovoltaico).

“No hay planeta sin investigación, sobre todo tras vivir años consecutivos escuchando el rápido agotamiento de los recursos naturales”, sostiene el académico, y agrega que “paradójicamente el Día de la Tierra, está cada vez más cerca de coincidir con el Día del Sobregiro Ecológico, un hito que da cuenta del agotamiento de los recursos naturales de cada país”.

El 2022, el sobregiro de Chile se produjo el 15 de mayo; es decir, en solo cinco meses se agotaron los recursos disponibles que hay para todo un año. “Las medidas o los compromisos que los países deberían asumir justamente para evitar el acortamiento de esta fecha”, sostiene Ariel Valdés. De hecho, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sigla en inglés) de Estados Unidos, informó que el 15 de abril se reportó un nuevo peak del CO2 atmosférico, alcanzando las 424 partes por millón, lo que equivale al doble del CO2 atmosférico durante la era preindustrial.

Alumnos de la USS instalan paneles fotovoltaicos en el marco del proyecto Punto de Carga Limpia en las instalaciones de la universidad.

Para el investigador, uno de los problemas está en mirar la crisis climática como algo ajeno que, si no provoca efectos en nuestra realidad cotidiana, no dimensionamos su impacto. Por eso, ha decidido aportar desde la ciencia para conocer cómo funcionan los ecosistemas, sus funciones y servicios ecosistémicos que proveen, además de las consecuencias que provoca el desarrollo no ecológico en la calidad de vida.

“Tenemos que generar más investigación para conocer cómo podemos aportar a su protección o conservación desde nuestras distintas disciplinas”, sostiene Valdés, al tiempo que la USS ha reconocido la crisis ecológica como parte de sus desafíos, incorporando dentro de sus líneas de investigación temas como la diversificación de la matriz energética, nuevas fuentes de energía con bajo impacto, como la energía eólica o la producción de hidrógeno verde. El desarrollo de tesis, tanto en pregrado como posgrado, se han volcado a buscar soluciones.

La innovación es parte de estas respuestas. Por ejemplo, el uso de la Inteligencia Artificial es una posibilidad de reconocer el rol tecnológico en la superación de los problemas ambientales, con miras a tener un desarrollo más armonioso con la naturaleza; pero también cambiando la perspectiva histórica que ha tenido Chile, de pasar a ser un país netamente extractivo a ser un país que desarrolle tecnología.

La Inteligencia Artificial es una posibilidad de reconocer el rol tecnológico en la superación de los problemas ambientales.

Pasos futuros

Ante situaciones críticas como el incremento de la temperatura del planeta en 1,5 grados Celsius, la incerteza sobre lo que puede ocurrir preocupa a científicos, sobre todo ante la falta de acuerdos sustanciales para cumplir las metas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Así lo manifiesta Ariel Valdés tras analizar la última COP27 en Egipto: “En vista de estos avisos que nos ha dado el planeta, el llamado es a la acción de todas las personas, desde sus distintas disciplinas, profesiones o lugares de ocupación, para que comiencen a realizar actividades que reduzcan estos impactos”.

Esa forma de vida, pensar global y actuar local, es quizás el camino para evitar un desastre mayor. Así lo entienden los activistas que, desde su rol de estudiantes, ya sueñan con sus proyectos profesionales para seguir aportando en esta causa universal.

El académico resalta la investigación efectuada por Martín Jorquera en el marco de su tesis de grado en Ingeniería Ambiental, la cual arrojó que las startup en Chile sólo abordan de manera íntegra cinco de los 17 objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, señalando la importancia de que todo ecosistema productivo se sume a la cruzada por salvar el planeta.

Luis Vallejos quiere seguir involucrándose en energías renovables y espera poder apoyar en innovaciones tecnológicas que permitan distribuir energía a toda Latinoamérica. Sebastián Rivas, aún sin una decisión tomada, quiere seguir aprendiendo sobre los efectos de la contaminación ambiental en el espacio: “Hay una cantidad de satélites abandonados, muy parecidos a la basura en los océanos. Siento que la humanidad no se está haciendo cargo de este tema”.

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