El número de hoy es nuestra edición aniversario, una que por lo general se hace con bombos y platillos. Este año, cuando junto al equipo que hace la revista nos sentamos a tirar ideas de cómo celebrar, pensamos que había que hacerlo de manera distinta, un poco por el ánimo posterremoto, que a muchos aún sigue y seguirá afectando. La idea que agarró cuerpo fue tomar lo que trasciende; cosas buenas que sin ostentación han logrado perdurar a pesar de modas o tendencias, en un país donde cuesta preservar la historia y en el que lo nuevo muchas veces se valora más que lo antiguo.

Personas, acciones u obras que han forjado una trayectoria ajena a flashes momentáneos, que han sido consecuentes en su accionar a través de la historia, como Cristián Valdés, quien con su impecable obra no necesita introducciones, o Montolín, pastelería que siempre se ha caracterizado por hacer sólo los mejores pasteles y punto, sin transar en calidad. Ejemplos hay muchos, más de los que podemos mostrar en la revista, pero con los que seleccionamos creemos que logramos transmitir el mensaje.

Agosto sin duda ha sido un mes movido para nosotros; dos números atrás les presentamos nuestro nuevo diseño, una propuesta que grafica bien lo que como revista queremos ser. Más limpia, focalizada, mejorada y lista para tomar desafíos inéditos, porque todo nuevo diseño conlleva un cambio en la manera en que concebimos las temáticas y estamos contentos con el feedback de los lectores, quienes lo han entendido y aprobado.

Confiamos que nos acompañen en esta etapa, porque al igual que nuestro número aniversario, esperamos el día de mañana ser una revista que trascienda, una que haya sabido recoger lo más importante de cada momento, dentro de lo que nos compete, de manera entretenida, sin aspavientos, pero con la tranquilidad que dan la experiencia y el buen trabajo.