Estamos de aniversario, doce años, y dependiendo de la vara con que se mida, pueden ser muchos o pocos. Si miramos el mundo editorial en general, 12 no son muchos, hay medios que llevan mucho más que nosotros; pero si miramos lo que ha pasado en estos doce años con la escena local e internacional, sin duda que ha habido desarrollos enormes en poco más de una década. Es en este punto donde quisimos poner el énfasis en esta edición, en cómo la tecnología ha modificado la producción industrial y también los procesos artesanales; donde antes existía una clara separación entre industria y oficio, hoy encontramos una amplia zona gris llena de oportunidades. Creo que aún no nos damos cuenta, pero aplicaciones, impresoras 3D y tecnología en la punta de los dedos están eliminando el cómo, para solo dejar la pregunta del qué. Ya lo dijo Tom Dixon cuando lo entrevistamos el año pasado; cualquiera con un teléfono inteligente y un mínimo de interés puede acceder al mundo desde su casa, promoviendo lo que hace, sin intermediarios de por medio, y lo mismo ocurre con la impresión 3D, ya no es necesario el desarrollo de matrices, plantillas o herramientas especiales, solo hay que definir forma e imprimir.

Lo anterior permite que cada artesano se transforme en fabricante/diseñador, y viceversa, las economías de escala siguen siendo relevantes, pero la producción a baja escala es hoy realidad. Eso y mucho más ha cambiado en estos últimos doce años, y sin duda los próximos por venir estarán llenos de más novedades y cosas que hoy no podemos vislumbrar, como el hecho de que Apple decidió discontinuar la producción de su revolucionario iPod, porque está traspasando todo el negocio de la música a la nube con el lanzamiento del servicio Apple Music, todo en un plazo de apenas 14 años.