“Yo quiero que me hagas el lado oscuro del Zanzíbar”

,  le dijo Susana Schnell al escenógrafo Jorge Zambrano. Quien tomó las riendas y se encargó de cada detalle en él. Logrando ir más allá de la decoración, e impactando con algo superteatral, que genera toda una experiencia en esta caverna, el lounge Zanzíbar Underground.

Con un pie dentro de este lugar empieza el viaje. Es como estar en un local neoyorquino, pero que te lleva a la cultura marroquí, a través de sus texturas, objetos y decoración. Muy taquillero y con música más ondera, tal como se caracterizan los denominados lounge.

Cuenta con tres salones: rojo, azul y dorado. Todos exóticos y en la misma sintonía, porque la diferencia está en la privacidad de cada espacio pero no en la ambientación. En ellos se aprecian muros pintados y diseñados por el mismo escenógrafo, cada uno con su respectivo color.

La comida no se queda atrás en este panorama. Y Armando Méndez, chef encargado de Zanzíbar y Zanzíbar Underground, hace cuenta de ello. La idea fue darle un valor agregado al clásico menú del restaurante, incorporando en este lado picoteo y sushi. Con un menú de degustación que va cambiando según lo que ofrece el mercado; porque todo lo que se come aquí está fresco, es orgánico y las verduras se compran dentro de 100 km a la redonda.

Y su recomendado: Zanzíbar Dark, el trago que todos aprobamos en la mesa, hecho en base a Absolut Kurant, Xenia Black, limón de pica, etc. Sin duda, tomarlo mientras se come el roll del día o unas tapas queda perfecto.

Finalmente solo queda ir a comprobar cómo es el único sushi ubicado en BordeRío, Vitacura. Y para acompañarlo, miércoles y sábados junto a una bailarina o el jueves más prendido con un Dj imperdible.

Monseñor Escrivá de Balaguer 6400, L. 11, BordeRío, Vitacura