Mi Placer: Plateada
Color, destello, carne. Si pienso en tonos invernales llego sí o sí al plateado, ese color del congelado derritiéndose, la gotita por caer. También es un tono festivo que levanta el ánimo y el rey del reflejo. Tanta cosa metálica rodeándonos, el brillo de los espejitos y la plata. Una especie de abrazo en plateado que abriga con esos platos memorables de nuestra cocina, como también grandes estructuras que decoran ciudades y las embellecen.


01 Puerta de la Nube
Hay demasiadas esculturas en plateado con las que alucinar. Me conmueven especialmente las que están en pleno contacto con lo que las rodea, son un aporte y destacan por su tamaño. He ahí parte de la obra del supremo Anish Kapoor, y esas instalaciones con pedazos gigantes de espejos puestos en el pasto del Gate Cloud, o The Bean, en Chicago, hecho de 168 placas de acero inoxidable y mide 10 x 20 x 30 metros. Me emociona ese plateado ubicado justo para proyectar la ciudad desde el parque con lago, la forma, el porte.
02 Espejos
Me gustan en todas las dimensiones. Desde el aro hasta los gigantes que cubren paredes. Qué decir de los en madera tallados con pedacitos pegados tipo peruanos. Siendo práctica en favoritismos, llego a los con el look de marco antiguo, envejecido, rocoquiento, etc. Creo que es práctico, bonito y demasiado amplio en gustos y colores. Para los amantes de la búsqueda, piérdanse en el Biobío y Franklin que seguro un buen marco encontrarán. El resto, Paula Olivares, en Vitacura, el precioso y cuidado. Calle Loreto, miles y con esa cosa del azar que tiene la variedad.

03 Fresh Fingers
Su nombre lo dice todo. Creo que toda cocina debe tener uno. En serio. Se trata de una placa de acero inoxidable, pequeña y liviana, que saca todos los olores después de cocinar. Desde el pescado al ajo y cebollas varias. Téngalo, regálenlo, repártanlo. Es fabuloso y al fin volvió al Homecenter, porque habían discontinuado su venta.
Efecto Paillette
Lentejuelas, brillitos, piedrecillas. Todo lo que haga una prenda -desde el vestido a la cortina- especial. Las conocemos hace tiempo, pero para este verano es la arremetida con todo. Ya lo comprobaron las estrellas forradas en ellas, incluso la soñada Kate Moss de novia con ese estilo Galliano lleno de incrustaciones de plata. Prada con toda una colección de carteras bañadas en lentejuelas platinadas de colores, y uno, a una escala bastante menor, haciendo lo posible. El punto es que brille, vayamos por eso.
+D La plateada
No hay época más rica que el invierno para comer plateada. Sí, es buena todo el año, pero esa grasa que abraza con el juguito y la carne poderosa es definitivamente mejor con clima frío. No discuto que después de un plato vamos directo a la siesta, de hecho lo celebro, y al mismo tiempo pienso en esos sanguchitos de plateada en el Liguria, Ciudad Vieja, algunas pastas rellenas con esta carne. Al más puro estilo chileno son:

El Colo Colo
Nada se iguala y me atrevo a decir que nada le llega ni a los talones. Atiendo casos como abuelas y madres en competencia, pero me la juego 100% por este restaurante de El Romeral. El Colo Colo es un clásico de aquellos, un lugar que hay que recordar cuando se va al sur y a 185 km dar la vuelta para comer unos trozos de carne generosos, servidos en olla de greda, llenas de jugo desafiando al pan amasado o las papas fritas que piden ser untadas en él. Esas comidas que no se olvidan, que se aplauden y que gritan patrimonio desde que salen del horno.
Dirección: Av. Chile 1332. Romeral, VII Región.
Teléfono: (75) 431 036
Cívico y Cuerovaca
Ambos de Juan Gabler, restaurantero del que valoro su extraordinario conocimiento en carnes. Hace ya unos buenos años fue el que comenzó con el wagyú y no solo a preparar lomos, sino que a investigar sus cortes. De ahí que sirva unas plateadas de ese tipo de vaca bien ricas, también hay de las normales. En el Cívico, platos un poco más elaborados, en el Cuerovaca, la parrilla la lleva.
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