Este es el baño que el arquitecto Jorge Figueroa diseñó para su departamento en Vitacura. Atípico, elegante y que permite generar varias instancias al mismo tiempo, gracias a sus espacios unidos que conforman el sector de vanitorio, ducha y vestidor.

“Es un ambiente más de fotografías que de remedios”, dice Jorge, porque al estar abierto al dormitorio permite ser una prolongación más de este espacio. “¿Quién dijo que no se puede seguir una conversación mientras la mujer se maquilla?... ¡Mucho más entretenido!”, agrega.

Por esta razón, el arquitecto se dio la libertad de adaptarlo con fotografías familiares, cuadros, alfombras Kilim y una serie de objetos de baño y vestir que estando a la vista cumplen un rol decorativo en sus distintas tonalidades y formas.

Todo lo anterior lo convierte en un rincón cálido y acogedor, más parecido a un lugar de estar, muy por el contrario de lo que comúnmente nos imaginamos cuando nos hablan de un espacio de baño, generalmente destinado solo a colores neutros y materiales escuetos.

Aquí la madera de cedro, presente como revestimiento de muros y muebles, tiene gran protagonismo y se luce aun más con la iluminación indirecta que se integró detrás del espejo principal.

En horas cuando la luz artificial no se prioriza, este baño se mantiene de igual forma iluminado gracias a la iluminación natural que ingresa sutilmente por la fila de vidrios opacos ubicados en lo alto de la pared que cruza todo el perímetro.

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