¿Es Undertale una joya moderna en 8 bits?

20706072_10212657273243006_154067424_o

Tras ya dos años de su salida a Steam, la revolución que Undertale nos trajo sigue vigente: La violencia es opcional.


Para quienes no me conozcan, soy un Steamero de corazón. Gracias a esta plataforma que nos otorgó desde el Olimpo el tío Gabe, he podido jugar joyas del arte videojugabilístico -a precios ridículos- y verdaderos excrementos, que el tío Gabe no hace ningún miramiento para recibir de vuelta y en veinticuatro horas reembolsar mi dinero. ¿Qué otra plataforma o consola permite esto?

Hoy hablaremos de Undertale, esta joya en ocho bits, creada tan solo por una persona. Al iniciar el juego pensé en cuán poco disfruto los títulos retro de 8 bits —salvo honrosas excepciones. Que este sería otro juego que el tío Gabe iba a tener que recibir de vuelta. Pero este juego te recibe con una inesperada broma que te saca una carcajada de esas que pensabas que ya no tenías en tu ennegrecido corazón entintado por tu ex.

Al descargarlo, no tenía idea de qué se trataba, ni de cómo se jugaba. Sólo había visto que las críticas eran extremadamente positivas en Steam y que era un RPG a la vieja usanza, pero con una diferencia que me llamó la atención: se podía pasar sin violencia. No pude recordar ningún videojuego que careciera de violencia. O sea, el más emblemático de los videojuegos, te insta, no más al empezar el mundo 1-1, a que con la humanidad de un fontanero regordete se aplaste con toda su masa corporal a una pequeña criatura inocente que pasaba por ahí.

La historia, como muchas, no es muy original que digamos (tranquilos, en esta columna no haré ningún spoiler). Muchos años atrás, La Tierra estaba compartida tanto por monstruos como por seres humanos. Un día hubo una guerra que los humanos ganaron y sirvió para encerrar en un mundo subterráneo a los monstruos. Supuestamente, los humanos ganaron la batalla porque su alma era más fuerte que la de sus oponentes, al lograr existir incluso después de la muerte. Cuando un monstruo muere, su alma muere con él. Esta "superioridad" del alma humana, se debe principalmente a la determinación de los hombres.

Los fanart de este título nos presentan a nuestro personaje principal tanto como hombre o como mujer (por favor, no busque Undertale rule 34 en internet) —, explorando unas oscuras cuevas en las montañas, como quien no recorrió oscuras cuevas en la más absoluta soledad en su tierna infancia, cayó por una trampa y apareció en el mundo de los monstruos. Para poder regresar a su lugar de origen, nuestro héroe tendrá que atravesar un peligroso mundo y con el poder de su alma y determinación, romper la barrera que separa ambos parajes.

Pero Undertale avisa que es un juego diferente con el tutorial que nos entrega el personaje que nos presenta la mecánica del juego. En el modo de lucha contra un oponente, se nos dan cuatro opciones para cómo queramos superar el encuentro.

La primera es Fight, en donde nuestro personaje propinará un daño físico al adversario, con la posibilidad de matarlo. El segundo es Act, en el que nuestro personaje intentará resolver de otra forma el conflicto con el adversario. Esto dependerá del tipo de adversario que nos toque y tendrá opciones tan diversas como hablar, comprobar, coquetear, insultar, posar, etcétera. La tercera opción, es tan típica como la primera: Hablo del elemento Item, que es el menú en donde nuestro personaje usará un objeto durante un turno. El último es Mercy, en donde nuestro personaje podrá perdonar a su rival cuando este no quiera luchar más o huir del encuentro.

Lo que hace especial a Undertale es que podemos esquivar el ataque del oponente con una mecánica bastante abstracta, mas muy original. Nuestra alma está representada por un pequeño corazón que podremos mover, mientras que el ataque de nuestro oponente vendrá de muchas formas y podremos esquivarlo en un formato de Hell Bullet en una pequeña ventana al centro de la pantalla. El Hell bullet podría traducirse como el típico juego de avioncitos en donde tenemos que esquivar balas por distintas partes de la pantalla. Como Aero Fighters o Aero Fighters 2 (sí, no me puedo acordar del otro juego que era un número como "1973, Never Forget"). La manera en que nos atacará dependerá de nuestro contrincante y créame cuando le digo que todas las formas son distintas. Gracias a este formato, este juego no será papita para el loro. Habrán enemigos bastante difíciles que pondrán a prueba toda nuestra habilidad con el mando y nuestra resistencia a la frustración.

Lo más notable de este juego es que sus personajes son tan entrañables y de una ternura tal que me hace querer abrazar a mi hijo o hija y decirle "no hagas caso de lo que dice tu madre. Yo soy tu verdadero padre, hijo o hija mía". La historia que cuenta Toby Fox, quizás no es tan original, pero sí entrega una experiencia única con personajes que son facilísimos de querer. Aparte, nos encontraremos con situaciones tronchantes y con un sentido del humor que no te esperas de un juego que aparentemente se ve tan básico, y que muchas veces rompe la cuarta pared, dándonos un susto parecido al Metal Gear de PSX.

Quizás lo que Fox nos quiso dar, fue la oportunidad de vivir una experiencia nueva en un videojuego. Quizás postula que el solo hecho de que podamos pasarnos el juego usando la violencia solo como opción y no como una necesidad para avanzar, quiere decir que la violencia no es necesaria en ningún aspecto de nuestra sociedad y que nunca fue la partera de la historia. ¿O tal vez nos quiere decir que detrás de cada acto violento hay una justificación y que, sólo empatizando, escuchando y hablando podemos entender?

Undertale es una experiencia única del arte videojugabilístico del cual se van a acordar para toda la vida. Después de terminarme el juego en modo pacifista, lo cerré y prometí no pasarlo del modo violento, pues para mí este es el final de la historia (aunque una parte importante se encuentre en el modo violento). Cerré mi ventanita y me puse a explorar el internet en busca del respectivo merchandising y escribo esto vestido con una flamante camiseta en un computador lleno de calcomanías de Undertale.

*Aquiles Felics es un periodista y músico chileno radicado en Utah. 

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.