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Vehículos coreanos: Del desprecio al número uno

<p>Hace un par de meses, en julio del presente año, la empresa analista de materias económicas, J.D. Power, dio a conocer su ranking de fiabilidad respecto de las marcas más vendidas en Estados Unidos. El estudio, uno de los más valorados a nivel global, dejó en el primer lugar, por primera vez en 27 años, [&hellip;]</p>

Hace un par de meses, en julio del presente año, la empresa analista de materias económicas, J.D. Power, dio a conocer su ranking de fiabilidad respecto de las marcas más vendidas en Estados Unidos. El estudio, uno de los más valorados a nivel global, dejó en el primer lugar, por primera vez en 27 años, a una marca que no pertenece al segmento premium. Kia barrió con casi tres décadas, seguido de Porsche y, en tercer lugar, Hyundai, la otra firma del grupo con casa en Seúl.

El origen coreano se ganó el reconocimiento en el mercado más complejo del mundo. En nuestro país, la aceptación de los vehículos construidos en el país asiático también es patente, al punto que desde 2007 es el principal origen en la importación de vehículos livianos y medianos.

Actualmente, seis marcas comercializan en Chile modelos de este origen. Las coreanas Kia, Hyundai y SsangYong, a las que se agregan Renault (Koleos y Fluence), Chevrolet (Captiva, Orlando, Tracker y Sonic) y Opel (Mokka). Entre todas, ofrecen al público nacional 46 modelos, los cuales acaparan entre enero y septiembre el 22,7% del market share de las ventas totales.

Las razones del auge y de la consolidación de los automóviles coreanos se explican por el impresionante progreso del país asiático en cuanto a investigación y desarrollo. Esto se refleja en que hoy todos los productos provenientes de Corea que se encuentren relacionados a la tecnología gozan de tanto prestigio como los construidos en Japón.

El mercado automotor chileno así lo ha reflejado también, coronándose esta temporada con el ascenso de marcas coreanas (Hyundai y Kia) a los primeros lugares de venta, fenómeno que jamás había ocurrido en Chile.

En cuanto a números, desde el año 2000, el porcentaje de participación de los vehículos coreanos no ha bajado del 20%, con la excepción de 2003, cuando se llegó al 18,3%. Desde ahí, y con la entrada en vigor del TLC entre Chile y Corea el 1 de abril de 2004, la curva de matriculaciones fue en aumento, llegando al máximo esplendor en 2009, cuando tomó el 37,1% del mercado.

Desde ahí, si bien mantiene el primer lugar, superando con largueza a los orígenes más cercanos (China 14% y Japón 13%), la participación de mercado ha ido decreciendo, aunque no por menor calidad, sino por  factores de tipo de cambio (apreciación del yen), por menos actores (Renault Samsung dejó de comercializarse en 2014), pero fundamentalmente por la globalización que deriva en una mayor diversificación de productos, aspecto que se refleja en la creación de fábricas en países que entreguen variantes más competitivas, como es el caso de Hyundai y sus instalaciones en India, desde donde se importan modelos como el Creta, Eon y Grand i10.

En consecuencia, un origen que al comienzo se miró con cierto recelo, pero que a base de investigación, innovación, inversión y desarrollo se abrió paso entre europeos, japoneses y estadounidenses, al punto de que, como dice Rodrigo de la Torre, gerente general de Kia Chile, "hoy en día la gente sabe más sobre Corea, y sobre lo que ahí está pasando, y no solo en cuanto a la fabricación de automóviles, sino que a nivel cultural en general como con la arquitectura, el arte, la música, el diseño industrial y todo tipo de cosas".

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