
La crisis de agua más grave de los últimos 25 años en Ecuador: Sectores de Quito sin suministro hace una semana
Desde el 9 de julio, unos 400.000 habitantes de Quito, que representan al menos el 13% de la población de la capital, sufren el corte del suministro de agua potable debido a la rotura de una tubería producto de un deslizamiento de tierra.

La desesperación aumenta Quito mientras miles de personas siguen sin agua potable una semana después de la interrupción del suministro. Se trata de la crisis de agua más grave de los últimos 25 años en Ecuador.
La vida cotidiana de unos 400.000 habitantes -que representan al menos el 13% de la población de Quito, de acuerdo con el Municipio- se ha visto seriamente afectada por la emergencia, que se produjo después de que un deslizamiento de tierra dañara una tubería que suministraba agua a gran parte del sur de Quito.
El Municipio de Quito desplegó un plan de contingencia para abastecer a las seis parroquias (localidades) de la capital que se han visto afectadas.
Este martes, el Gobierno colocó la primera planta potabilizadora portátil en el sector para evitar afectaciones en la salud. Según estándares de la Organización Mundial de la Salud, se establece una dotación mínima de 15 litros de agua por persona por día en contextos de emergencia.

Pero entre la población hay molestia porque los camiones de agua y otras brigadas no llegan a tiempo. Por lo que deben buscar el líquido en otros espacios.
“Estamos haciendo cola desde la mañanita y no llega”, dijo Inés Castro, residente del sector de Chillogallo, al sur de Quito, a CNN, mientras se le llenaban los ojos de lágrimas. “Vivo sola, estoy solita”, añadió la mujer de 74 años, y explicó que esperaba que algún vecino la ayudara a trasladar el balde a su casa si logra llenarlo.
Los residentes del sur de Quito que buscan algún medio de transporte para movilizarse a los puntos de repartición de agua se manifestaron muy molestos porque el desabastecimiento les estaba generando más costos para acceder a este servicio básico. Según detallaron a CNN, tenían que pagar entre US$ 2 y US$ 5 a transportistas para que les ayudaran a trasladar los recipientes.
“No tenemos agüita para lavar ropa, acarreamos cansados. A veces pagamos el auto, US$ 2 o US$ 3 para que nos ayuden”, comentó a la cadena de televisión una señora mientras esperaba que su esposo terminara de llenar los envases.

“Siete u ocho viajes para llevar el agua y nos cobran US$ 5. No tenemos ni para lavar la ropita. Tengo nietitos que ensucian. Está saliendo muy cara el agua y nos cobrarán la plantilla (factura) completa de agua”, dijo María Tipán, otra vecina, quien contó que tiene que hacer hasta ocho viajes.
Rotura de tubería
El 9 de julio pasado, en horas de la tarde, se registró un movimiento en masa en el sector de la Reserva Antisana, provocado por intensas precipitaciones en la zona. El hecho causó daños significativos en un tramo aproximado de 350 metros de la línea de conducción superior del Sistema Mica Quito Sur, infraestructura clave para el abastecimiento de agua potable en el sur de Quito.
Por ello, se interrumpió el envío de agua a las parroquias La Argelia, Ecuatoriana, Turubamba, Quitumbe, Guamaní y Chillogallo.
“Estamos hablando de la más grave emergencia que hemos tenido respecto a desabastecimiento de agua en los últimos 25 años”, afirmó el alcalde de Quito, Pabel Muñoz.
Este martes, Muñoz informó que se han retirado 140 mil metros cúbicos de material de la tubería del sistema “Quito Sura La Mica”. El Municipio informó que la limpieza avanza en un 80%.
Con estos avances, el alcalde de Quito espera que recién el domingo se restituya el servicio de agua potable para los habitantes de las seis zonas afectadas. “Con ello, podemos tener lista la plataforma y luego la zanja para que pueda ser instalada la tubería. La programación es que esto pueda estar restituido entre el día sábado y domingo. Es un escenario realista”, afirmó Muñoz en conferencia de prensa.
“Es la emergencia hídrica más grave que ha enfrentado Quito y fue causada por un fenómeno natural extremo. Más de 500 personas están trabajando día a día en esta emergencia. En el páramo o en los barrios. De madrugada, de noche o bajo el sol”, precisó el edil.
Municipio y gobierno en pugna
Pero la crisis del agua ha atizado la tensión entre el Municipio de Quito y el gobierno del presidente ecuatoriano, Daniel Noboa. Este último encargó a la vicepresidenta, María José Pinto, ponerse al frente del tema de abastecimiento de agua y recolección de ayuda en Quito.
A la par, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional se activó para tomar varias medidas, entre ellas la instalación de tres plantas móviles de tratamiento de agua potable en los barrios Nueva Aurora y Caupicho-Los Jazmines.
Según el medio local Primicias, el 11 de julio, el Ministerio de Ambiente criticó el manejo que ha tenido la Alcaldía de Pabel Muñoz. En un comunicado aseguró que “la prestación deficiente del servicio por parte del Municipio ha generado una afectación directa al acceso regular y seguro al agua potable, vulnerando derechos fundamentales y comprometiendo la salud pública”.
La respuesta del alcalde no se hizo esperar. Horas más tarde, el 12 de julio, respondió: “Bueno fuera que me llamaran a decir cuántos tanqueros necesitamos. Pero allá ellos con las críticas. Yo estoy trabajando por los quiteños, no tengo tiempo de escucharlos”.
Esas declaraciones provocaron la reacción del Gobierno, que al día siguiente entregó unos 70.000 litros de agua en las seis parroquias afectadas.
En medio de la desesperación de los afectados, el 14 de julio, el gobierno lanzó una nueva ofensiva en la conferencia de prensa que ofrece los lunes la portavoz gubernamental, Carolina Jaramillo. La funcionaria anunció que instalarían tres plantas potabilizadoras móviles ante la “acción tardía del Municipio de Quito”, dijo.
Esa misma noche, la ministra de Energía, Inés Manzano y el ministro de Transporte, Roberto Luque, publicaron un mensaje en la red social X en el que le pidieron al Municipio que “empiece a colaborar porque el problema se tiene que solucionar lo más pronto posible”, detalló Primicias.
“Es falta de humanidad querer politizar el momento, ir de figureti para tomarse fotos”, respondió el alcalde Muñoz, ante las críticas del Gobierno.
Según este medio, la pugna por los problemas de abastecimiento de agua entre el Municipio de Quito y el Gobierno se remontan a noviembre de 2024. En ese entonces, la severa sequía que azotó a la ciudad provocó la suspensión del servicio en 92 barrios del centro y sur durante 12 horas diarias.
El Municipio justificó la medida aduciendo que los embalses que abastecen a las plantas de tratamiento registraban bajos niveles. Ante ese anuncio, el Ministerio de Ambiente acudió a los embalses para inspeccionar su estado, pues aseguraba que la Alcaldía no había elaborado un plan de contingencia que minimice los efectos de la temporada seca.
Esta crisis terminó a inicios de diciembre de 2024 cuando los embalses recuperaron su nivel por las lluvias que empezaron a registrarse.
CNN recordó que la actual crisis del agua se suma a otras tensiones en Ecuador, donde sigue vigente el estado de conflicto interno armado que fue decretado por el presidente, Daniel Noboa, desde enero de 2024 debido a la escalada del crimen organizado y la violencia. Además, en estos días varios sectores sociales y gremios de trabajadores se han convocado para protestar en rechazo a recientes leyes aprobadas por la Asamblea Nacional.
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