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Por qué la popular activista MAGA Laura Loomer ahora está en desacuerdo con Trump

Quien alguna vez fue la partidaria más fiel del presidente republicano, su autoproclamada asesora presidencial y dispuesta a “recibir una bala por él”, recientemente se ha convertido en una de sus críticas más ruidosas, por lo que ella considera decisiones contrarias al movimiento nacionalista.

Por qué la activista MAGA Laura Loomer ahora está en desacuerdo con Trump. Foto: Archivo

Laura Loomer es una activista de extrema derecha que ha escalado posiciones desde agitadora en línea hasta autoproclamada asesora presidencial. Loomer ha sido durante mucho tiempo una de las más fervientes defensoras del presidente Donald Trump. Sin embargo, recientemente ha tenido desacuerdos con la Casa Blanca, chocando con la administración republicana por decisiones políticas y de personal.

Ello, porque considera que las decisiones de la Casa Blanca son contrarias al movimiento nacionalista Make America Great Again (MAGA). En las últimas semanas, Loomer ha criticado al nuevo Papa León XIV, ha montado una campaña contra la candidata de Trump para Cirujana General de EE.UU., Casey Means, ha cuestionado a su fiscal general, Pam Bondi, y se ha opuesto ruidosamente a los esfuerzos diplomáticos de Trump durante su viaje a Medio Oriente.

Periodista y teórica de la conspiración

Loomer, de 31 años, es periodista de profesión y es conocida por difundir publicaciones sexistas, homofóbicas, transfóbicas, antimusulmanas y ocasionalmente antisemitas en las redes sociales y sus acciones públicas.

Se dedica principalmente a exponer información disponible sobre los adversarios de Trump y a confrontar a figuras políticas con su iPhone, exigiendo que expliquen por qué no han demostrado suficiente lealtad hacia él, una práctica que ella denomina “Loomering”.

Entre sus afirmaciones más polémicas, aseguró que colecciona caricaturas de Mahoma -cuya representación visual es considerada como ofensiva entre los musulmanes- y también difundió un video en el que afirmaba que el ataque de Al Qaeda del 11 de septiembre de 2001 fue un “autoatentado” del gobierno estadounidense para desviar la atención sobre la supuesta pérdida de 2,3 billones de dólares anunciada un día antes; una teoría comúnmente desacreditada.

Ha participado en política como defensora de Trump. Se postuló sin éxito al Congreso en dos ocasiones, en 2020 y 2022, en el sur de Florida, y era conocida por organizar protestas, incluyendo esposarse a la oficina de Twitter en Nueva York después de que la plataforma la vetara por incitación al odio y saltar la valla de una casa propiedad de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

El año pasado, Loomer acompañó a Trump en sus viajes conmemorativos del 11-S en Nueva York y Pennsylvania, y también se la vio bajando del avión el día anterior, después de que el entonces candidato presidencial republicano aterrizara en Filadelfia para debatir con su oponente electoral, la entonces vicepresidenta estadounidense Kamala Harris. Loomer afirmó haber sido invitada esos días, recuerda el diario The New York Times.

Loomer dijo que nunca se unió oficialmente a la campaña después de que los aliados de Trump prefirieron que él se mantuviera a distancia de ella. La activista ha sido vetada de numerosas redes sociales, incluyendo Facebook. Durante la campaña presidencial del año pasado, publicó que si Harris vencía a Trump, “la Casa Blanca olerá a curry y los discursos se gestionarán a través de un call center”, en alusión a la ascendencia india y jamaiquina de Harris.

En diciembre, se enfrentó públicamente con el asesor multimillonario de Trump, Elon Musk, oriundo de Sudáfrica, por sus posiciones opuestas sobre el uso de visas para migrantes calificados. La activista conservadora afirma que estas visas contradicen la idea de “Estados Unidos Primero”. Su cuenta en X, anteriormente Twitter y ahora propiedad de Musk, fue suspendida temporalmente, pero ya está de vuelta.

La impulsora de los despidos

Loomer se reunió a inicios del mes pasado con Trump en la Casa Blanca, tras lo cual el presidente despidió inmediatamente a varios funcionarios de Seguridad Nacional que, según la activista, fueron desleales. El mandatario respaldó su evaluación, según informaron a la agencia The Associated Press personas familiarizadas con el asunto.

Posteriormente, despidió a Timothy Haugh, director de la Agencia de Seguridad Nacional y a su subdirectora, Wendy Noble, según informaron varios medios, y Loomer publicó en X sobre el tema el viernes por la mañana con una serie de ataques ad hominem contra los nombramientos demócratas.

Pese a ello, Trump negó posteriormente que Loomer fuera la causa. Poco después, el propio asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, fue despedido, algo que Loomer también afirmó haber orquestado. Esa fue la última señal de la influencia de la activista, incluso cuando ha enfrentado críticas por albergar teorías conspirativas sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001 y su historial de publicaciones antiinmigrantes y antimusulmanas.

En marzo pasado, Trump ordenó retirar la protección del Servicio Secreto a los dos hijos del expresidente Joe Biden, después de un informe de Loomer con fotos que mostraban que Hunter Biden contaba con 18 agentes asignados a su seguridad durante su estancia en Sudáfrica.

Ataques a la agenda republicana

Pero Loomer se ha vuelto cada vez más crítica con el gobierno de Trump, e incluso con el propio presidente. Discutió en línea con Musk, el principal asesor del mandatario, sobre las visas para mano de obra calificada. Ha argumentado repetidamente que las contrataciones de la administración están siendo investigadas indebidamente, consigna la agencia Reuters.

Cuando Trump elogió al nuevo Papa, León XIV, y le envió buenos deseos, Loomer lo tachó de “anti-MAGA” y marxista. “El nuevo Papa retuiteó una vez una publicación sobre cómo debemos seguir orando por George Floyd, un delincuente profesional y drogadicto”, escribió enfurecida, en alusión al afroamericano asesinado por la policía en Minneapolis, Minnesota, en 2020. “El tuit decía: ‘Que se erradique todo odio, violencia y prejuicio’. ¿Qué prejuicio? ¿Es otra forma de escribir ‘sobredosis de fentanilo’? ¡Papa marxista!”, continuó.

En tuits adicionales, Loomer se lamentó del “PAPA MARXISTA DESPIERTO” y afirmó que “es anti-Trump, anti-MAGA, pro-fronteras abiertas y un marxista total como el Papa Francisco”, agregando que es “ASQUEROSO” que ahora esté a cargo del Vaticano.

En contraste, el mandatario había celebrado la elección del nuevo Papa: “Felicitaciones al cardenal Robert Francis Prevost, quien acaba de ser nombrado Papa”, escribió Trump en Truth Social. “Es un gran honor saber que es el primer Papa estadounidense. ¡Qué emoción y qué gran honor para nuestro país! Espero con ansias conocer al Papa León XIV. ¡Será un momento muy significativo!”, apuntó.

Por otro lado, Loomer expresó su consternación la semana pasada cuando Trump anunció el levantamiento de las sanciones económicas a Siria y cuando alcanzó un acuerdo de inversión con Qatar, al que acusa de financiar manifestaciones propalestinas en Estados Unidos. Qatar apoya a Hamas desde hace mucho tiempo, pero no hay pruebas directas que lo vinculen con el financiamiento de las protestas, según la prensa estadounidense.

Loomer manifestó su menosprecio ante la posibilidad de que Trump aceptara un Boeing 747 de lujo de parte del gobierno qatarí. “Amo al presidente Trump. Recibiría una bala por él”, escribió la activista en X. Pero “no podemos aceptar un ‘regalo’ de 400 millones de dólares de yihadistas trajeados”. El presidente estadounidense ha dicho que el avión sería entregado al país, no a él.

También ha continuado criticando duramente a Pam Bondi por lo que, según ella, es un fracaso en la limpieza del Departamento de Justicia.

Donald Trump y su esposa Melania Trump se reúnen con Joe Biden y la primera dama Jill Biden el día de la toma de posesión del republicano, en Washington, el 20 de enero de 2025. Foto: Archivo Carlos Barria

El lunes, Loomer apareció en el programa del exasesor de Trump, Steve Bannon, y afirmó que sabía desde hacía un año que el expresidente Joe Biden padecía una enfermedad terminal. Lo hizo en referencia a que la oficina de Biden informó el domingo que el exmandatario demócrata padece cáncer de próstata avanzado. Bannon, quien también se considera la conciencia de la base MAGA, la llamó “una guerrera en la guerra de la información”.

Pero el mayor dolor de cabeza de la Casa Blanca podría ser la cruzada de Loomer para descarrilar la nominación de Casey Means como Cirujana General de Estados Unidos. En numerosas publicaciones, Loomer ha argumentado que Means, quien se graduó en medicina en la Universidad de Stanford y se describe en LinkedIn como una excirujana convertida en “evangelista de la salud metabólica”, no está calificada para el cargo, recordando que tras licenciarse, abandonó su residencia médica.

“Quiero saber cuál de los genios del presidente Trump eligió a una mujer que literalmente habla con árboles y médiums espirituales”, publicó Loomer en X el día que Means fue nominada. Trump, en cambio, ha defendido la elección.

La reacción de Trump

Loomer tiene un podcast llamado Loomer Unleashed en Rumble, una plataforma conocida por transmitir a figuras de extrema derecha. La influencer publica frecuentemente mensajes antiislámicos y antiinmigrantes en redes sociales y lanzó ataques extremadamente racistas y sexistas contra Kamala Harris. En una ocasión, compartió un video en X que decía: “¡El 11-S fue un trabajo interno!”.

Durante la campaña para las elecciones presidenciales del año pasado, Trump reconoció que “Laura me ha apoyado” y que tenía “opiniones firmes”, pero negó tener conocimiento de sus comentarios. Y en su cuenta de Truth Social, publicó que discrepaba con sus declaraciones. “Laura Loomer no trabaja para la campaña. Es una ciudadana privada y partidaria desde hace mucho tiempo”, aclaró en principio.

No estoy de acuerdo con las declaraciones que hizo, pero, como los muchos millones de personas que me apoyan, está cansada de ver a los marxistas y fascistas de la izquierda radical atacarme y difamarme violentamente, incluso hasta el punto de hacer cualquier cosa para detener a su oponente político, ¡YO!“, escribió en esa ocasión.

Trump negó que Loomer tuviera algo que ver con los funcionarios expulsados ​​de sus trabajos en el Consejo de Seguridad Nacional, calificándola de “muy buena patriota y una persona muy fuerte”.

El mandatario también dijo a los periodistas en el Air Force One mientras se dirigía a Miami que ella sólo había hecho recomendaciones. “A veces escucho esas recomendaciones, como hago con todo el mundo”, comentó. Y añadió: “Suele ser muy constructiva. Recomendó a ciertas personas para puestos”.

El gobierno estadounidense también ha afirmado que Loomer no es asesora presidencial, ni autoridad de otro tipo. No tiene pase para entrar al complejo, según un funcionario de la Casa Blanca, y no hay más reuniones planeadas con ella.

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